Romper una oposición rota
(ADN).- Alberto Weretilneck trabaja para dividir la oposición y provincializar la elección del año próximo. Esos dos vectores -advierten en el oficialismo- son la clave para, al menos, retener la dos bancas (una en Diputados y otra en Senadores) que aún le quedan en el Congreso.
Para esto, la batalla con la provincia de Buenos Aires por la planta de GNL se transformó en el factor aglutinante interno, en un Juntos con cada vez más tensiones y algunas fugas hacia La Libertad Avanza. La cruzada YPF-Petronas no solo cohesiona, sino que da cobijo a quienes buscan el calor presupuestario de la Casa de Gobierno.
Por un lado alivia a la «pata peronista» liderada por el vicegobernador Pedro Pesatti, incómoda por el acercamiento de Weretilneck al presidente Javier Milei, y le da discurso para enfrentar la cruzada del 2025 que probablemente deba asumir. Por el otro, otorga a la UCR y a la CC-ARI letra provincialista e independencia de la estrategia de las conducciones nacionales.
Con esa base, el oficialismo ya trabaja en el desgaste de la oposición que por sí sola ayuda -y mucho- a los objetivos de JSRN.
Los libertarios tienen cada vez partidos y poca vocación de unidad. A LLA (sello presidencial) se suma el PRO, Primero Río Negro, el Partido Liberal y el espacio de Aníbal Tortoriello que quiere representar al presidente pero aborrece los métodos que se denunciaron en la Justicia, y manchan a la diputada Lorena Villaverde.
Juntos mira esa atomización con beneplácito. Entre los partidos hay desconfianzas se acusan mutuamente de ser «funcionales a los verdes». En el mejor de los casos, y con una fuerte intervención nacional, los partidos de Tortoriello, Villaverde y Juan Martín podrían ir en una misma boleta (no sin un duro debate por las candidaturas), pero la suerte electoral está indisolublemente ligada al gobierno nacional que mantiene buenos números pero pierde mes a mes adhesiones.
En el conglomerado del peronismo (el Partido Justicialista, Nuevo Encuentro, el Movimiento Evita y todos los espacios que allí se referencian) la unidad es un tarea compleja. Weretilneck lo sabe y trabaja para desgranarlo. El Gran Acuerdo es historia pero el oficialismo se quedó con dirigentes que fueron parte de las boletas verdes, como el legislador Luis Noale, y ya cuenta con el pase -sin blanquear aún- de su par Pedro Dantas. En esa cuenta en la Legislatura suman a Luis Ivancich. También al intendente de Conesa, Héctor Leineker, y susurran: «habrá más».
Los dirigentes del PJ deberán demostrar que pueden romper la inercia de la historia.
Sin embargo, en las huestes peronistas aseguran que el camino de la unidad está sólido y se presentarán en 2025 como la única fuerza opositora a Milei. Indican que será difícil salir de la nacionalización y en esa ecuación de tercios, sacan cuentas y se ven peleando el primer puesto.
Los liberales aseguran que quienes vayan con la boleta de Milei «arrasan». Por ahora, no hay experiencias electorales donde LLA gane una elección sin el Presidente en competencia.
Todo esto está en danza en el oficialismo que bajó la impronta de romper la oposición, una oposición que ya está rota.
Para esta tarea Weretilneck cuenta con sus aliados de la UCR y la CC-ARI que están convencidos que el provincialismo tiene chances el año próximo, solo si el peronismo está dividido. De esto saben mucho los dos operadores de esos espacios: Daniel Sartor y Bautista Mendioroz, dos dirigentes clave que fueron parte del engranaje de poder durante los 28 años de gobierno radical en Río Negro que se sustentó, entre otras cosas, por la división de su histórico adversario y la complicidad de dirigentes de las Unidades Básicas más cómodos en la oposición que en la construcción de un proyecto de poder.
Ahí no habrá debates por las candidaturas. Las define el Gobernador.
Ahora arranca una carrera contra el tiempo y los oficialismos pondrán mucho en juego si el año que viene no cesa la motosierra. Acá no solo va la suerte de los libertarios, sino también la de Juntos que gobierna la provincia y ya recibe las críticas de la ciudadanía por los tarifazos y otros males.
Para peor, si la Casa Rosada no modifica algunas cosas que se vienen reclamando será pérdida para JSRN, como la administración de las represas. Además, se calcula que en mayo o junio del 2025 estará la definición por la inversión del GNL.
Está el estandarte y la estrategia. Alcanzará?