Temporada de cosecha. ADN
Javier Milei repartió las invitaciones a Tucumán y una de las direcciones postales del listado fue Laprida 212, Viedma, Río Negro. La misiva encontró a un predispuesto Alberto Weretilneck para ir el 9 de julio, a Tucumán, a festejar la independencia argentina y firmar el Pacto de Mayo.
Con ese acto se cierra una etapa marcada por la Ley Bases y se inaugura un proceso ultra liberal, que tiene en el flamante ministro Federico Sturzenegger la garantía de retomar el manual económico de Martínez de Hoz. La hoja de ruta está fijada en las misiones y funciones de la cartera de Desregulación y el marco legal lo da el vigente DNU. El Presupuesto 2025, esbozado por el titular de Economía Luis Caputo esta semana, tiene evidencias claras del rumbo nuevo.
El gobernador engrosará el listado de asistentes a la foto pretendida en el Jardín de la República. Así se lo confirmó al jefe de Gabinete, Guillermo Francos, cuando esta semana se reunieron en la Casa Rosada donde firmaron acuerdos para que Nación retome la obra pública paralizada.
El listado incluye rutas, obras escolares y de saneamiento. También hubo acuerdos para financiar viviendas en forma conjunta viviendas.
Para Weretilneck comenzó la temporada de cosecha tras el respaldo de sus legisladores a la Ley Bases. Es más simbólica que real, ya que no hubo anuncios hacia el futuro, sino que el gobierno nacional solo se limitó a retomar trabajos inconclusos por ésta y otras gestiones, como la eterna ruta 23.
No habrá devolución de coparticipación ni fondos (como el FONID o el de transporte), no hubo siquiera un compromiso de revisar el cierre de organismos nacionales ni retrotraer despidos, tampoco la promesa de revisar la medida de convertir en sociedades anónimas a las represas del Comahue y darle participación a las provincias, mucho menos de desembolsos para desequilibrios financieros.
Incluso al anunciar las obras viales, Nación dio por tierra el anhelo de administrar (con peajes) la 22, la 151 y la 40. Allí talló la diputada mileísta Lorena Villaverde, que mantiene un fuerte disputa con el mandatario.
Pero para el Gobernador el raid porteño fue fructífero. Visitó al mandamás de ATE, Rodolfo Aguiar, y paró la rebelión gremial que se empezó a complicar por la dureza de la UnTER, y el rechazo de las propuestas salariales de UPCN y Asspur. El gremio de pecheras verdes hace de tapón y garantiza la paz social. Por eso Aguiar tiene trato preferencial y actúa casi como Ministro.
Weretilneck también estuvo en la UOCRA con Gerardo Martínez, celebrando la reactivación de obras que darán empleo a sus afiliados. Esa actividad dinamiza las economías de pueblos y ciudades, y aplaca el creciente malhumor de los obreros por la falta de proyectos provinciales.
También estuvo con Miguel Pichetto reafirmado esa vieja sociedad, que le da anclaje nacional a Juntos en tiempos de fuerte grieta. La foto suma protagonistas al espacio dialoguista que el diputado nacional del PRO pretende transformar en un instrumento electoral de centro derecha, para ofrecer una alternativa en 2025.
Así, el gobernador recuperó el centro político perdido. Delegó en su vice, Pedro Pesatti, la gestión de los últimos días y en especial la rosca política para lograr los votos legislativos necesarios que avalen la renegociación de los contratos petroleros. De paso instala a su candidato a senador.
El gobierno requiere de esos dólares que proveerán las petroleras. Estima recaudar dos masas salariales, que perdió en este semestre por la fuerte caída de la recaudación producto de la recesión económica nacional, y el recorte de fondos discrecionales.
Por eso amplió el debate a otros sectores y convocó a la Comisión en Cipolletti, en el moderno y autosustentable edificio de la Secretaría de Energía. El oficialismo escuchó a gremios, superficieros y pymes. Faltaron las empresas que operan los pozos y pretenden seguir explotándolos por diez años más, con informes sobre inversiones y remediaciones ambientales, altamente cuestionadas. Para que avance el proyecto, aún la oposición requiere cambios que aporten transparencia y certidumbre. Especialmente sobre la concesión de combustibles no convencionales, y el control legislativo. Además, hay dos proyectos (uno del PJ y otro de la CC-ARI) para que las regalías fortalezcan el sistema público de salud y otros servicios provinciales.
Para el Gobierno con el Pacto de Mayo también termina una etapa. Se despegará otra vez del gobierno libertario. Sólo mantendrá su apego a YPF basado en el desarrollo del oleoducto, y el lobby para que el proyecto de GNL se instale en Río Negro. Para ello deberá romper las barreras de Juntos y sumar todas las voluntades políticas posibles, para evitar que la corporación de Bahía Blanca se quede con el proyecto.
En rigor, todos los partidos políticos se expresaron a favor: LLA, la UCR, la CC-ARI, el PRO y el PJ. Incluso el senador Martín Doñate se reunió con el presidente de la compañía, Horacio Marín, a quien presentó una carpeta con las «ventajas» de Punta Colorada. Sin embargo, falta un gesto de amplitud (reclaman desde la oposición) y piden que el Gobernador convoque a un gran acuerdo (aunque sea circunscripto a lo energético) para potenciar la propuesta de provincia, que ciertamente tiene ventajas comparativas con el viejo puerto del sur bonaerense.
Es esencial para la provincia el proyecto YPF-Petronas. Convertir al este costero en un polo de desarrollo energético y de exportación consolida a Río Negro en el mapa nacional y mundial, y lo potencia en la Patagonia como boca de salida al mundo de productos de la región. Allí pueden confluir pétreo, gas y en un futuro el hidrogeno verde.
Esa acción de conjunto sería independiente de lo político partidario, donde el oficialismo ingresará en la etapa de trabajar en la división de la oposición. Para ir con chances a la elección nacional del año próximo requiere que se divida el espacio liberal y fundamentalmente el peronismo. De lo contrario corre riesgo de perder diputados y senadores.
Por ahora, el mundo liberal le está dando buenas noticias: Aníbal Tortoriello avanza con la idea de construir su propio partido, espantado por las conductas de La Libertad Avanza que no logra armar el sello y suma más denuncias judiciales o mediáticas por la compra de adhesiones.
El PRO -enemistado con Tortoriello- estudia el terreno, pero queda atado a la suerte nacional. Por ahora Mauricio Macri resiste la fusión con la LLA y Bullrich y quedó al borde de la salida. Una alternativa que se estudia es habilitar negociaciones puntuales, que cada distrito decida. Juan Martín está decidido a explorar la alianza con los mileistas pero pone reparos al mini bloque (nunca reconocido) de los libertarios que armaron Ibarrolaza, Mc Kidd y Domínguez.
Por otro lado está Primero Río Negro, al que el resto del espectro liberal ve “cercano” a Juntos. No ayudó la cumbre Weretilneck-Pichetto. De todos modos, su presidente Ariel Rivero, sigue adelante con su constitución federal para competir en 2025.
Así, habría cuatro listas (tres en el mejor de los casos) referenciadas con el cambio y la libertad, contra la casta y el kirchnerismo. Un escenario a pedir de Juntos.
El peronismo está sólido en su unidad, al menos en los sectores mayoritarios. Debe intensificar la tarea de convocatoria a todos aquellos que aún no se sienten parte del proceso. Sabe que el Gobierno trabaja en “comer piezas” de a poco como el legislador Pedro Dantas. Por eso blinda a los intendentes, muchos acorralados por la siempre vigente causa de Techo Digno. Sin embargo, arma una estrategia para manifestar la unidad en las listas de diputados y senadores, y abiertamente opositora a Milei. «Sin 2025 no hay 2027» repiten como un mantra, y evidencian lo que está en juego.
Los cálculos del oficialismo es que cualquier lista identificada con el Presidente se impondrá en Río Negro, e imaginan la disputa por el segundo puesto con el PJ. Según algunos estudios de opinión pública el justicialismo unificado ronda el piso del 30%, un punto de partida nada despreciable.