Educación esencial: cercena el derecho a huelga?
(ADN).- El Congreso votó la Ley Finocchiaro que declara a la educación como «Servicio Estratégico Esencial». Ayer, el oficialismo y sus aliados en la Cámara de Diputados dieron media sanción al proyecto que genera polémica y rechazo en la oposición y los gremios. Uno de sus artículos establece guardias mínimas en escuelas cuando haya días de paro.
La mayoría se construyó con los diputados de La Libertad Avanza, el PRO, la UCR y bloques aliados del oficialismo como el MID, CREO, Independencia, Producción y Trabajo, y Buenos Aires Libre. Hubo 131 votos afirmativos, 95 negativos y dos abstenciones.
Qué dice el proyecto
La iniciativa declara a la Educación como Servicio Estratégico Esencial en todos los niveles y modalidades comprendidas en la obligatoriedad escolar y pretende garantizar los 180 días de clases en instituciones públicas.
Los argumentos formales de quienes defendieron el proyecto fueron que los estudiantes no pierdan días de clases, y que se garantice la protección y promoción integral de los derechos de niños, niñas y adolescentes.
Pero el mismo texto establece que si una medida de fuerza se extiende entre uno y dos días deberá instrumentarse una guardia mínima del 30 por ciento de docentes y no docentes.
También dispone que si la huelga se prolongó por más de tres días esa guardia «deberá contemplar un 50 por ciento de asistencia de la nómina de personal directivo, docente y no docente» en todas los niveles y modalidades educativas.
Otro punto fija que al comenzar el ciclo lectivo cada colegio deberá informar a las autoridades el servicio de guardias que se pondrá en funcionamiento para garantizar el dictado de clases.
Además, pone en obligatoriedad a los estados Nacional y provinciales para garantizar las clases afectadas por medidas de acción directa, indirecta, paro o huelga docente y no docente.
Un proyecto «antisindical»
Los argumentos de quienes defendieron la iniciativa durante el debate fueron de lo más disparatados y estigmatizantes hacia los gremios. Alejandro Finocchiaro, el exministro de Educación de Mauricio Macri, habló de “encontrar un equilibrio entre el derecho a educarse y el derecho a huelga”, cuando lo que hace la inciativa es desequilibrar esa balanza.
Sin embargo, Héctor Stefani (PRO) consideró que hay derechos que valen más que otros. “El derecho preferente en la Argentina es la educación de nuestros hijos» y prevalece sobre los derechos sindicales, dijo.
Por la Coalición Cívica, Maximiliano Ferraro también insistió que «hay dos derechos en pugna» y recordó que «ningún derecho es absoluto, pero hay un derecho superior, que es el derecho superior de los niños y niñas y adolescentes».
Finocchiaro también dijo que ese proyecto “pone en el centro del debate educativo a los chicos, sin los cuales no habría sistema educativo”, como si los docentes y no docentes no fueran los que en verdad activan todo el dispositivo educativo del que los estudiantes son beneficiarios.
A su turno, la radical Carla Carrizo intentó despolitizar el debate. Afirmó que “esta no es una ley en contra de nadie” y que “no estamos castigando el derecho a huelga” sino “invitando a los sindicatos a hacer una buena escuela».
Los rechazos al proyecto
Desde la oposición, la diputada de Unión por la Patria (UxP) Blanca Osuna denunció que el proyecto lo único que busca «es regular el derecho de huelga” y que a los diputados de su bancada “eso nos avergüenza”.
En este sentido sostuvo que el verdadero problema «es el agravamiento de la situación de hambre y de nutrición lo vemos en cada rincón, en cada centro de salud» del país.
Por su parte, la diputada del Frente de Izquierda Vanina Biasi dijo desde ese sector van a «defender la docencia, el derecho a la protesta», y se diferenció de «quienes quieren prohibirlo». Los que acusó de ser «los verdaderos responsables de que la educación no sea de calidad en la Argentina».
El exministro Daniel Arroyo (UxP) criticó: “Creer que esto se resuelve recortando el derecho a huelga es absurdo. Estamos abordando el problema desde el costado, no desde el centro, en su total dimensión. Argentina tiene que dar vuelta el sistema educativo. Pero es con los docentes y no contra los docentes. No hay forma de hacer una reforma educativa en la Argentina sin los docentes».