Músculo y sello. ADN
La Libertad Avanza ejercita su músculo político en Río Negro para ser la columna vertebral del espacio libertario y desde allí convocar a todos los sectores que se identifican con las ideas de la libertad y el gobierno de Javier Milei, para construir una alternativa electoral sólida e integrar las listas a diputados y senadores que en 2025 representarán a la Casa Rosada.
Esta semana aumentó la tensión entre la dirigencia mileista, que volvió a disputar el espacio y el emblema del león. Ante tanta dispersión, el objetivo que trazó Buenos Aires -y bajó a la provincia-, es fortalecer LLA. Para ello, sus dirigentes tienen la responsabilidad de constituir el partido del Presidente y evitar el papelón de ser el único distrito sin sello propio. El 6 de enero vencen los plazos en la Justicia Electoral y el partido debe ingresar las 2.300 fichas solicitadas. Ese lapso es perentorio, es decir, que si no se cumple, el trámite comienza desde cero y no habrá sello para 2025.
Quien tiene esa tarea es la diputada Lorena Villaverde, quien conduce el espacio. Si no logra el objetivo asumirá la derrota ante Karina Milei, que lleva adelante la construcción de LLA en el país. Por ahora, no hay novedades de cómo va la cosecha, pero hay quejas porque no hay avances. Crece el temor interno y muchos dirigentes recuerdan los líos en la conformación inicial y las denuncias cruzadas.
La idea del comando de campaña nacional es, no solo tener el sello, sino que LLA se constituya en el epicentro del liberalismo rionegrino. No habrá cobijo para nadie que esté por fuera. Para eso, el partido requiere músculo político, determinación y fortaleza ante propios y extraños, ya que no puede ser un espacio más del conglomerado libertario ni ser menospreciado en el escenario político. Esa fue una de las razones por las que el apoderado, Damián Torres, salió a marcar la cancha: «La Libertad Avanza es el único partido que representa en Río Negro las ideas de la libertad y defiende el gobierno del presidente Javier Milei».
El mensaje fue al mundo libertario -especialmente a Primero Río Negro-, pero con invitación a sumarse. Ampliar es la consigna. También al exterior, ya que deja claro al electorado de Milei cuál es el partido de pertenencia.
Desde el espacio que conduce Ariel Rivero salieron a pedir crédito de originalidad. El ex intendente de Campo Grande fue el candidato a gobernador de Milei en 2023, pero armó un partido por fuera de LLA. El Presidente y su hermana quieren competir con su sello en 2025. Tanto, que exploran candidaturas propias en dos bastiones del macrismo (Córdoba y la ciudad de Buenos Aires) por si al final del recorrido no hubiese alianza. Una muestra de fortaleza y una señal a los posibles aliados.
Lo mismo ocurre en Río Negro. Primero, La Libertad Avanza. Y después, las alianzas.
El universo liberal está constituido por Primero Río Negro, el Partido Libertario, CREO, el PRO y Republicanos Unidos. Lo ideal -diseñan en el mileismo duro- sería que Rivero, Nicolás Suárez Colman, José Valla y Aníbal Tortoriello, se sumen, afilien y militen en el partido de Milei. Si eso fuese así, el ex intendente de Cipolletti hoy sería número puesto para encabezar la lista de senadores.
Pero si no prospera esa acción, los libertarios imaginan una alianza con todos adentro -incluido el PRO- acordando espacios y candidaturas. Caso contrario, y LLA tiene sello, irá solo y evalúan que concentrarán el voto liberal. «Nadie vota una copia», aseguran.
Las candidaturas de La Libertad Avanza saldrán del comando de campaña nacional. La lapicera la tienen Javier y Karina Milei, «Toto» Caputo y «Lule» Menem.
En este cuadro de situación la responsabilidad política es de Villaverde, que deberá convivir con otros dirigentes, mostrar apertura y generosidad política para la construcción, no solo interna, sino también con los espacios afines. Por ahora, solo comenzó un diálogo muy preliminar con Juan Martín, presidente del PRO. La relación con Torotoriello (una alianza que habían presentado en Viedma a principios de año) se enfrió. Con el resto, no habla.
A pesar de ello y por iniciativa de otros dirigentes, hay un trabajo para unir todas las partes, incluso en la Legislatura. La bancada que conduce Juan Martín (PRO), más César Domínguez (LLA), Santiago Ibarrolaza y Patricia McKidd (CREO), podrían conformar el año próximo un interbloque, sin que cada uno pierda su identidad, pero dando una señal política contundente en un período electoral clave. Por ahora, solo intenciones.
Unir todas las piezas no es tarea sencilla. Cada cuál armó su partido y eso es difícil de licuar o poner al servicio (afiliaciones, estructura y dirigentes) de otros, a cambio de poco o nada. Entonces, lo más cercano a la realidad es que coincidir en alianzas.
Juan Martín espera una señal nacional, pero está dispuesto (y tiene partido) a postularse al Senado. Debe esperar que madure la relación Milei-Macri. Su situación es compleja porque Patricia Bullrich marca el camino a la unidad (o la fusión) con el Gobierno. Las tensiones permanentes en el Congreso no ayudan, pero Mauricio suma cada vez más espacios en la gestión nacional, una señal de camino conjunto.
Rivero reclama originalidad, pero tiene un ventaja: su partido está al borde de ser reconocido y puede aportarle al Presidente esa estructura si LLA no logra su constitución. Suárez Colman aún no se expresó públicamente, y uno de los referentes del partido, Roberto García Moritán, acaba de ser eyectado del gobierno porteño. En cambio Tortoriello se allanó a la figura de Milei, y espera que sea el Jefe de Estado quien lo designe su candidato. Por las dudas, avisó que su jugada final es el 2027.
El escenario que imaginan los libertarios es de triunfo. En Río Negro el Presidente todavía tiene buena imagen y el partido (según las encuestas) está bien instalado y rankea fuerte. Ven una polarización con el peronismo pero arriba en la contienda. En el tablero le adjudican al oficialismo (JSRN) «una parada difícil», que por ahora camina tercero.