YPF modificó su estrategia de negociación en el oleoducto sur
YPF modificó su estrategia de negociación con los principales productores de petróleo de la cuenca Neuquina con vistas a poder oficializar el lanzamiento de la construcción del Vaca Muerta Sur, un nuevo oleoducto que conectará Neuquén con la localidad de Punta Colorada, en Río Negro. Tras el desencuentro con Petronas por el megaproyecto de Gas Natural Licuado (GNL) que obliga YPF a encontrar otro offtaker u otros socios que viabilicen la iniciativa, el Vaca Muerta Sur (VMOS) —que demandará una inversión cercana a los US$ 2500 millones— emergió como la obra insignia de la gestión de Horacio Marín, presidente y CEO de la petrolera bajo control estatal.
Sin embargo, la articulación con el resto de las petroleras no está siendo sencilla. Marín había declarado a mediados de septiembre —en un seminario organizado por el IAPG en Houston— que “en dos semanas cerramos la convocatoria al Vaca Muerta Sur”. El tiempo pasó y ese hito no se cumplió. El titular de YPF anunció una nueva fecha de lanzamiento en la AOG Patagonia realizada hace dos semanas en Neuquén. “El 14 de noviembre aprobaremos en el Directorio (de la empresa) la construcción del Vaca Muerta Sur. Ya contamos con otros cinco socios fundadores”, afirmó. Se trata de Pan American Energy (PAE), Vista, Chevron, Shell y Pampa Energía. Resta saber qué sucederá con Pluspetrol, que se acaba de quedar con las áreas en Vaca Muerta que poseía ExxonMobil, tal como adelantó EconoJournal en exclusiva la semana pasada, y con Tecpetrol, brazo petrolero del grupo Techint, entre otras empresas.
Marín se involucró personalmente para intentar reencauzar una negociación con el resto de las petroleras que no avanzó con la velocidad deseada. En esa clave, a fines de septiembre operó sobre la línea gerencial de YPF para flexibilizar las condiciones de asociación que buscó imponer en un primer momento el equipo de directivos que estaban a cargo del proyecto.
Idas y vueltas
La estrategia original de YPF estipulaba una serie de cláusulas contractuales que varias petroleras no estuvieron dispuestas a aceptar. Entre esos prerrequisitos figuraba que la petrolera tendría la mayoría accionaria y el control del Directorio de la nueva sociedad que se creará para administrar el Vaca Muerta Sur, así como también algunos beneficios preferenciales para dirimir cuestiones operativas como por ejemplo, la potestad para asignar capacidad de transporte ociosa contratada por otro cargador o la posibilidad de contar con un despacho prioritario de crudo en favor de YPF en casos de contingencias climatológicas o de otra índole, según indicaron a EconoJournal cuatro fuentes privadas sin contacto entre sí.
“La alternativa de aceptar que YPF tenga el control accionario del Vaca Muerta Sur era inaceptable para nosotros. Hoy YPF es controlada por un gobierno de libre mercado como el de (Javier) Milei. Pero no sabemos qué pasará dentro de cuatro años”, admitieron en una compañía que produce petróleo en Vaca Muerta. La negociación vinculada a la gobernanza de la nueva sociedad controlante del VMOS, que a priori puede parecer una cuestión de segundo o tercer orden, se convirtió a lo largo de últimos ocho meses en un obstáculo difícil de ordenar para YPF.
Al constatar que las negociaciones no avanzaban en los tiempos previstos, en los últimos días de septiembre Marín pidió a la línea histórica de YPF que relaje algunas de los términos de asociatividad para facilitar el cierre de las tratativas con sus socios. La petrolera bajo control estatal accedió a tener cerca de un tercio del capital accionario de la nueva compañía que será propietaria de VMOS. “Se definió que cada socio fundador tendrá un porcentaje similar a la capacidad de transporte que contrate. Es posible que en una primera etapa se contraten entre 300.000 y 500.000 barriles”, explicaron allegados a YPF.
La apuesta de la empresa es empezar a rubricar los contratos de constitución de la sociedad una vez que consiga la aprobación del Directorio. Resta saber si se tratará de cartas de intención o de entendimiento (MOU, por sus siglas en inglés), de escaso poder vinculante, o de contratos en firme que implican un compromiso de inversión efectivo por parte de los firmantes. «Aún tenemos que definir algunos puntos importantes. Creo que recién hacia fines del primer trimestre de 2025 estaremos en condiciones de tomar una decisión de inversión», indicó hace tres semanas el presidente de una de las principales petroleras del país.
Carrera contra el tiempo
La ampliación de los sistemas de transporte y evacuación de crudo desde Vaca Muerta es el principal cuello de botella que impidió un mayor crecimiento de la producción de petróleo desde los yacimientos no convencionales de la cuenca Neuquina. Si bien Oldelval, la compañía que opera la red de oleoductos hacia el Atlántico (conecta Neuquén con la terminal de despacho de Oiltankin Ebytem en Bahía Blanca), está finalizando la construcción del proyecto Duplicar Plus, que permitirá elevar su capacidad de transporte desde los 50.000 metros cúbicos diarios (m3/d) actuales hasta los 86.000 metros en marzo de 2025, las petroleras prevén que se requerirán nuevas ampliaciones en los próximos 24 meses.
En esa dirección, tres compañías —Pluspetrol, Shell y Vista— pidieron formalmente a mediados de año a Oldelval que explore alternativas en el plano técnico para sumar otros 24.000 m3/d a su capacidad de transporte. Por una cuestión regulatoria que se desprende del régimen de concesión fijada por la Secretaría de Energía, la empresa de midstream está obligado a estudiar ese requerimiento. En esa clave, Oldelval diseñó un proyecto para incorporar ese volumen con una serie de mejoras en los sistemas de bombeo de su red.
La iniciativa, que cuenta con el respaldo de la industria porque requiere de una baja inversión medida en en el costo por barril incremental de petróleo transportado, está a la espera de que YPF, que posee un 37% del capital social de Oldelval y controla de manera indirecta las votaciones en el directorio de la empresa, dé luz verde para avanzar. Antes de dar ese aval, sin embargo, Marín quiere que varios de sus socios de Oldelval —en especial PAE, Pluspetrol, Tecpetrol y Pampa— confirmen su participación en el Vaca Muerta Sur. De ahí la importancia de lo que se defina en las próximas semanas.
Publicación de EconoJournal