La ruta 22, una de las más peligrosas del país
(ADN).- Según un informe del Ministerio de Obras Públicas de 2021, solo un tercio de la red vial nacional, es decir un 31%, está en buen estado, un 27,6% está en estado regular y hay un 40,7% en mal estado. Desde entonces, todo empeoró: licitaciones que no prosperan, obras a mitad de hacer, reparaciones que nunca llegan. En ese contexto, surge un mapa de peligrosidad y la ruta 22 está en las peores.
Esta situación complica la seguridad, el tránsito y la comunicación entre las ciudades. También perjudica la sectores económicos como la producción y el turismo. Para colmo, no hay obra pública ni habrá. Este informe re impulsó el gobierno reclamo del Gobierno de Río Negro para que Nación delegue en las provincias la administración de las rutas.
Esta semana, la ruta 23 estuvo en el centro de la polémica por el desborde de un arroyo cortó el tránsito cerca de Valcheta porque aún sigue sin repararse el puente de Nahuel Niyeu, lo que motivó la queja publica del gobernador Alberto Weretilneck.
La situación de las rutas -que mereció una extensa publicación del diario La Nación- no es un tema que quede intramuros. El año pasado, la consultora internacional Zutobi elaboró un ranking mundial basándose en datos publicados por The Global Economy, donde la Argentina quedó en el puesto 54 de 59 países analizados, y se ganó un lugar en el podio por estar entre los países con las peores rutas del mundo.
El menú de precariedad vial argentino es diverso. Problemas en la capa asfáltica, el descalce entre la ruta y la banquina, la falta de señalización, los peligrosos pastizales al costado de las vías, la obligación de circular a contramano para pasar a los vehículos por la falta de autopistas y autovías, los baches, las líneas despintadas o directamente ausentes, el exceso de camiones por la falta de trenes y el aumento exponencial de la producción y la falta de iluminación.
La combinación entre un problema y otro, o la confluencia de todos a la vez, ponen la vida de los conductores en juego. Una verdadera ruleta rusa en cuatro ruedas.
La red vial nacional está pavimentada en un 92,3%; el 7,7% restante corresponde a tramos de ripio o tierra. Solo el 2,8% representan autopistas y autovías. Por otro lado, un 85% del tránsito confluye sobre el 25% de la red vial nacional, unos 10.000 kilómetros.
Alfredo Guagliano, presidente de la Asociación de Transporte de Cargas de Rosario (ATCR), dice que de 2009 a 2023 el parque automotor aumentó un 70%. “Las rutas no están en condiciones, son obsoletas y están en mal estado”, sentencia.
“El sistema vial argentino está mal mantenido y es muy poco moderno”, adhiere Fabián Pons, director del Observatorio Vial Latinoamericano. Para el especialista, la falta de una red ferroviaria para transportar la producción satura las rutas de camiones y esto es una parte importante del problema.