Uno de cada tres jubilados es pobre en la Argentina

(ADN).- En el último año, la pobreza entre los jubilados en Argentina se incrementó de forma alarmante, duplicando su incidencia. Según un estudio privado, la tasa de pobreza en este grupo pasó del 13,2% en el primer semestre de 2023 al 30,8% en el mismo período de 2024, un aumento de 17,6 puntos porcentuales.

«Este dato muestra que 1 de cada 3 jubilados vive en condiciones de pobreza, y que en el último año más de medio millón de jubilados (542 mil personas) se sumaron a esta situación», destaca el informe de la UCA.

En el caso particular de los jubilados, se observa un marcado incremento en la proporción de personas afectadas por la pobreza. Aunque los mayores de 65 años continúan siendo el grupo etario con menor incidencia, el aumento en la pobreza dentro de este sector ha sido significativo durante el último año, reflejando una vulnerabilidad creciente en esta población históricamente más resguardada.

Esa conclusión fue alcanzada a partir del estudio titulado “Pobreza e Indigencia: Perfiles de la pobreza. Propuestas para su abordaje en la Argentina reciente”, llevado a cabo por los investigadores Eduardo Chávez Molina (del Instituto Gino Germani, UBA y Universidad de Mar del Plata), José Rodríguez de la Fuente (del CONICET y el Instituto Gino Germani) y Mariana Sosa (del CONICET).

El informe analiza exhaustivamente la incidencia de la pobreza en diversos sectores de la población y destaca una realidad sorprendente de los últimos años: el aumento de la pobreza entre trabajadores en relación de dependencia formal, y no solo entre aquellos en empleos informales o precarios, como se solía pensar. En particular, en el grupo de asalariados formales, se observa una tendencia creciente en la pobreza, especialmente en sectores como comercio, construcción, industria manufacturera y servicios de alojamiento y gastronomía.

El estudio también clasifica a los trabajadores según su carga horaria en tres grupos: ocupados plenos, sobreocupados y subocupados. En el caso de los subocupados, es decir, aquellos que trabajan menos horas de las necesarias o deseadas, se observa un notable incremento de la pobreza, que pasó del 40,9% en 2016 al 67,1% en 2024. Esto refleja su alta vulnerabilidad, ya que suelen enfrentar ingresos bajos e insuficientes, característicos de este tipo de empleo.

Sin embargo, la pobreza también aumentó de manera significativa entre los ocupados plenos y sobreocupados. En el caso de los ocupados plenos, la pobreza pasó del 17,4% en 2016 al 37,9% en 2024, mientras que entre los sobreocupados subió del 20,2% al 44,4% en el mismo período. Esto muestra que, aunque el impacto de la pobreza es más severo entre los subocupados, otros grupos también experimentaron un deterioro económico significativo.