La ocupación hotelera en Bariloche es del 66 por ciento
(ADN). – Martín Lago, presidente de la Asociación Hotelera Gastronómica y referente de la Cámara de Turismo, dialogó con Radio Con Vos Patagonia sobre las perspectivas de ocupación, el impacto de los alojamientos informales y el desafío que suponen los costos crecientes para la industria.
«Esperábamos una temporada floja en términos de ocupación y movimiento económico, un poco viendo cómo había sido el verano pasado, el invierno pasado y el contexto en el que estábamos. Poco competitivos para traccionar con el turismo extranjero y poco competitivos también para los bolsillos del turismo nacional», explicó Lago.
Sin embargo, reconoció que la ocupación superó ligeramente las previsiones iniciales: «Diciembre cerró con un 71% de ocupación y previsionamos para la primera quincena de enero un 72%. Para la segunda quincena de enero, ese porcentaje ya baja un poco, estamos cercanos al 61%, lo cual nos termina generando un promedio por ahora de previsión de ocupación total de enero de 66% aproximadamente».
Lago destacó que las decisiones de los turistas nacionales se han vuelto mucho más analíticas y ajustadas al presupuesto familiar. «El turismo nacional toma decisiones muy sobre la fecha, hace un análisis muy profundo de cómo va a utilizar el recurso escaso que es el dinero para poder salir de vacaciones» y en cuanto al turismo extranjero, remarcó que Argentina perdió competitividad debido al costo elevado de servicios y productos en dólares. «Es una verdad que estamos caros en dólares. Eso es innegable. Cualquier argentino que consume lo que sea y lo pasa a dólares y lo compara con lo que sale el mismo producto en otro país, te das cuenta de que sí, estamos caros».
Los alojamientos informales
El crecimiento de los alojamientos informales es uno de los temas más críticos para el sector. Lago señaló que este problema no es nuevo, pero sí se ha profundizado en los últimos años. «Nosotros veníamos monitoreando, y lo hacemos todos los meses, la oferta informal. Teníamos dimensionado que el universo total de unidades de alojamiento estaba en el entorno de las 1.900 unidades. Hoy estamos en el entorno de las 5.200 unidades».
Explicó que muchas de estas unidades son casas con capacidad para ocho o diez personas, lo que multiplica el impacto de la oferta no registrada. «Además de estas 5.200 unidades, tenemos aproximadamente una oferta de 20.000 camas. La cantidad de camas habilitadas en nuestra ciudad es de 30.000″.
Este fenómeno no solo afecta la ocupación formal, sino también los ingresos públicos. «Estas unidades no tienen un medidor de gas y de electricidad comercial, sino que lo tienen domiciliario, no facturan, no tributan y no necesariamente emplean en blanco a las personas que trabajan en mantenimiento y limpieza».
El desafío de los costos
Lago advirtió que el incremento de los costos afecta directamente la capacidad del sector para ser competitivo. «Tenemos costos muy altos, sobre todo en lo que es servicios públicos, y todavía no llegaron a su tope. Vamos a seguir teniendo ajustes de gas, luz y otros servicios».
Además, mencionó que el impacto de los combustibles, los insumos gastronómicos y los amenities se sienten cada vez más en la estructura de costos de los hoteles y restaurantes. «Hoy la demanda es baja, con lo cual tenemos que ajustar las tarifas lo más cercano posible a cubrir costos y a tener una mínima rentabilidad».
El presidente de la Asociación Hotelera también hizo hincapié en la dependencia aérea de Bariloche. «Vivimos muy lejos de los principales centros emisivos del país. Somos avión-dependientes para poder hablar de volúmenes grandes de operación. El éxito o el fracaso de destinos como el nuestro también está vinculado, por ejemplo, al precio de las tarifas aéreas».