Todo fuego es político. ADN

A la sequía solo le faltó un chispazo para provocar uno de los incendios más brutales de los últimos años en El Bolsón. El fuego no espera a que se determinen sus causas, no pide permiso a las autoridades ni vecinos mientras devora todo a su paso. Y solo frena con un buen ataque coordinado, con los recursos necesarios y la invalorable ayuda de una buena lluvia.

Hubo intensión. La investigación podría ser esclarecedora y determinar quién, quienes y por qué. Mientras el Poder Judicial realiza su tarea, hay un veredicto social en la región, que condena a un Gobierno nacional que descree del cambio climático, que desmanteló los programas de bosques y manejo del fuego porque es hojarasca estatal, y todo lo que sea estatal deberá ser abolido o privatizado.

Doce días después de desatado el infierno llegó a la zona de desastre la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, solo con el anuncio de la creación de una agencia federal de emergencias. Nada. La funcionaria -obsesionada con la RAM- apuntó contra las comunidades mapuches, un cliché. No explicó por qué el Presidente prefirió comprar aviones de guerra, en vez de aviones hidrantes. Tampoco hay certezas de caerle con todo el peso de la ley a los verdaderos responsables.

La imagen de la gestión nacional se cayó a pedazos en esa región y podría arrastrar a todas las autoridades, provinciales y locales, a pesar que el Gobernador se instaló desde el día uno en el lugar para coordinar el ataque al fuego. No alcanzan los recursos. Es loable la tarea del SPLIF y Bomberos, pero fue fundamental la organización comunitaria en la zona de los vecinos que armaron brigadas para contener semejante tragedia. Ayudó la lluvia también.

Todo fuego es político. La frase acuñada hace décadas tiene un tinte ricotero, y avisa que hay intencionalidad en el acto de prenderlo. Algunos vinculan estas acciones a intereses inmobiliarios, económicos, de dominio de la tierra, intereses internacionales, falta de educación, desprecio por el medio ambiente… en fin. Cuando termine de apagarse, vendrá la etapa de la reconstrucción, otro desafío para los gobiernos, especialmente los locales, que están a tiro de demanda.

A medida que baja la intensidad del fuego, la administración provincial vuelve a posar su mirada a los temas que dejó postergados ante la urgencia de la situación que debió atender. Retomó la paritaria con los gremios, debe lidiar con los reclamos de las pymes por Ingresos Brutos, del sector turístico por la postergada Agencia y de los chacareros que esperan respuestas ante una temporada mala que ya está descartando fruta.

Este martes habrá una nueva paritaria. Para entonces será 18 de febrero, quedarán dos semanas para el inicio de clases, previsto para el 5 de marzo. La UnTER ya avisó que de no haber acuerdo peligra el ciclo lectivo. ASSPUR endurece su posición y UPCN está dejando la cordialidad en la Mesa de la Función Pública. Solo ATE hace de contención para que los reclamos salariales no lleguen a las calles, como sí hizo la UOCRA esta semana en el Alto Valle. El gremio de la construcción apuntó a Milei por la falta de obra pública, pero dejó un mensaje a la administración provincial.

Antes que comiencen las clases, se iniciará el año político con la apertura de sesiones ordinarias. El 1 de marzo marcará la señal de largada a una carrera donde, especialmente la oposición, jugará fuerte en 2025 pensando en 2027.

Hay preludio de fuertes enfrentamientos, y la Legislatura será un campo de batalla político.