«Un cagón». ADN

Javier Milei sonrió cuando alguien le acercó la declaración de Pedro Pesatti tildándolo de «cagón». Para el Jefe de Estado las formas no importan y en su lenguaje habitual, la expresión del vicegobernador de Río Negro, no configura un problema institucional. Sí lo sorprendió, porque no es corriente que reciba epítetos como los que él expresa permanentemente hacia economistas, periodistas, políticos, empresarios y todo aquel que se atreva a enfrentar sus ideas. Más aún, el Presidente descalifica a sus adversarios con términos como «mogólico». Incluso discrimina al conjunto del colectivo LGBTQI+ habilitando una inusitada ola homo-transfóbica. Nada menos liberal que Milei.
En fin. Lo cierto es que Pesatti se cansó de la corrección política y parafraseando a Maradona («hay que ser muy cagón para no defender a los jubilados»), denunció que el Presidente no se mete con los poderosos, solo con los sectores vulnerables. Por eso, lo tildó de «cagón».
El vice entró en una fase de campaña fuerte, bien enfrentado a la Casa Rosada, y aunque aún no está definido que sea el candidato a senador de Juntos Somos Río Negro, no quiere regalarle al peronismo la exclusividad de la crítica a Milei. Y hasta blanqueó -en un reportaje- que su discurso no es recomendado por consultores políticos, pero advirtió: «no me voy a quedar callado», un mensaje al corazón del oficialismo que maneja otros tiempos en la relación con el gobierno nacional, no tan frontal, y con votos a favor del Presidente en el Congreso cuando peligran los proyectos de La Libertad Avanza.
Pero más allá de lo simpático que le pareció a Milei, rápidamente algunos funcionarios le hicieron saber al gobierno rionegrino de la molestia que ocasionaban las declaraciones de Pesatti, y desde la Legislatura salieron a bajar el tono de las expresiones del vice, ya que están en juego los desembolsos de los créditos del Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe (CAF) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). También está en pleno debate el pliego de las nuevas concesiones de las represas hidroeléctricas del Comahue y la negociación por la barrera sanitaria.
Hay una diferencia discursiva entre el gobernador Alberto Weretilneck y Pesatti. No es la primera vez. Este tándem ya gobernó en tiempos macristas y el juego «policía bueno, policía malo» también tuvo su despliegue. El vice contiene a la «pata peronista» y Weretilneck se mantiene en la lógica de criticar lo que perjudica a la provincia, y acompañar lo que la beneficia. En aquel tiempo hubo un jugador central: Miguel Pichetto. El ex dirigente peronista intercedía por Río Negro ante Macri y los principales ministros como Rogelio Frigerio, a tal punto que eliminó de la lista de 2019 el tramo de senadores, lo que le permitió al gobernador ingresar al Congreso. Hoy no existe un interlocutor claro. El despacho de Guillermo Francos está abierto, pero el Jefe de Gabinete reporta al triángulo de hierro y no es muy indulgente con el provincialismo, a tal punto, que la provincia fue más perjudicada que beneficiada en este tiempo: no hubo devolución de subsidios como el FONID, ni del transporte, no hay obra pública, no fueron transferidas las rutas nacionales del Alto Valle, no mejoran los ingresos por coparticipación, ingresará la carne con hueso a la Patagonia y, por ahora, no se avizora que las provincias logren tener la participación que buscan en las represas, a pesar de ser las dueñas del recurso.
La provincia se queja, torea, pero cede. Algo de eso marcó la intendenta de Roca, María Emilia Soria: «Neuquén avanzó y nosotros nos quedamos». En la última reunión por la barrera Río Negro llevó la idea de generar una zona buffer al norte del río Colorado, generar una prueba y más tarde, avanzar con un único estatus sanitario en el país primero y en el cono sur después, ya que Chile, Uruguay, Paraguay y Brasil están eliminando la aftosa. Es decir, no hay resguardo a la región patagónica. Si se amplía la zona, habrá competencia de los productores locales con la pampa húmeda, el norte u otros países. Pero el Gobierno no solo cede porque ve una decisión irreversible de Nación, sino porque tampoco hay una lucha sólida de los productores, asociaciones rurales o empresas frigoríficas, y no quiere quedar en offside pataleando solo en la próxima reunión. Un dato: uno de los socios centrales de FRIDEVI (el gran exportador rionegrino asentado en Viedma) tiene campos en La Pampa. Se mezcla lo empresarial con lo personal. También hay productores que tienen negocios de un lado y del otro de La Adela. Para ellos, unificar criterios es mejor. El río Colorado ya no será una barrera arancelaria.
Contrarreloj, Río Negro y Neuquén estudian los pliegos que tardíamente les acercó Nación de cómo serán las próximas licitaciones internacionales de la represas del Comahue. Habrá otra privatización y las provincias perdieron la ilusión -como se planteó al ex gobierno de Alberto Fernández- de concesionarlas con amplia participación en el directorio, donde tengan voz y voto sobre la utilización del recurso (agua) más que la energía que producen. Para los estados subnacionales es central determinar la distribución del caudal para el riego en los valles, el insumo para la producción minera y el consumo humano. Vale recordar el conflicto que unió a Río Negro, Buenos Aires, Neuquén y La Pampa contra Mendoza, por la represa de Portezuelo, que secaba la naciente del río Colorado.
En este período de revisión, un conjunto de senadores de ambas provincias (Martín Doñate, Silvina García Larraburu, Oscar Parrilli y Silvia Sapag) enviaron a los gobernadores un documento en el piden defender el recurso, proponiendo que el 50% de la próxima privatización corresponda a Río Negro y Neuquén, una suerte de emprendimiento mixto público-privado.
Las provincias reclaman desde hace al menos dos años su derecho histórico para conservar parte del negocio hidroeléctrico del Comahue, pero por lo que trascendió, el Estado nacional licitará el 100% del paquete accionario de las centrales. El pliego licitatorio que redactó el gobierno para reprivatizar las cinco represas del Comahue (Piedra del Águila, El Chocón y Arroyito, Alicurá y Planicie Banderita) contempla que, durante los primeros dos años, un 95% de la energía generada en las represas se utilizará para cubrir la demanda prioritaria residencial de energía. Los nuevos concesionarios recibirán por esa energía un precio diferencial cercano a los 15/20 dólares por MWh. El porcentaje restante, que se irá ampliando en el tiempo, se podrá vender a precio libre.
No es el único tema que afecta a las provincias. La salida del cepo (a medias en realidad porque todavía las empresas no pueden sacar sus dividendos del país) y el dólar flotando entre bandas, no mejora la industria frutícola. Desde el sector se esperaba un tipo de cambio testigo más alto que el está operando en la actualidad. El problema aqueja directamente a los exportadores, por eso el vocero del malestar fue Nicolás Sánchez, de la CAFI. Sin embargo, si afecta a los grandes, también a los pequeños y medianos productores. El país viene perdiendo mercados en el mundo por problemas de calidad y competitividad.
El reclamo frutícola se asemeja al del campo, que está entre la espada y la pared. Si liquida la cosecha a este precio, pierde. Y sino, también, ya que en un par de meses vuelven las retenciones. El «campo» ya no solo es la zona núcleo. Río Negro tiene un incipiente pero sostenido desarrollo agro-ganadero y estas condiciones macroeconómicas también pesan en la provincia. Esa ola expansiva llega a la industria del conocimiento, con epicentro en Bariloche con el INVAP.
Weretilneck adelantó en su discurso de apertura de sesiones en marzo, que la crisis que el año pasado recayó sobre el sector público, este año sería sobre el privado (sin que el público se recupere del todo), lo que atenta contra las economías rionegrinas que ya vienen afectadas, especialmente el turismo. En esa advertencia, el gobernador criticó las políticas nacionales y las sindicó como el eje central de la malaria local. Aún así, todavía no hay despliegue de políticas públicas para enfrentar la crisis.
Uno de los aspectos más perjudicados es la salud. En los últimos días se replicaron anuncios de ampliación o construcción de nuevos hospitales pero no cesa el conflicto salarial, se mantiene la falta de insumos y personal. Esa enumeración la hicieron desde dos sectores afines al Gobierno: Primero Río Negro y la Coalición Cívica-ARI. Fuego amigo. Ariel Rivero y Javier Acevedo recorrieron hospitales y centros de salud públicos advirtiendo falencias.
Para aliviar algo de las quejas, el Gobernador anunció que separará el pago de guardias y horas extra de los salarios para evitar el pago de ganancias.