Viedma necesita otra cosa …● Pedro Casariego
Es ley el reconocimiento de la antigüedad para los empleados públicos pertenecientes al Poder Ejecutivo Provincial. O sea, se le restituye un derecho que jamás debería haber sido quitado.
UPCN, que ahora está eufórico por ese logro, otrora negoció y consintió la quita, cuestión que no representa ningún mérito considerable, sobre todo si tenemos en cuenta que la inflación existente devora los bolsillos de los empleados estatales. Aumentos no hay o prácticamente son nulos.
Sin embargo, independientemente de opinar que algo es algo, aunque absolutamente insuficiente, toda mejora que llega al empleado público es buena y especialmente para la ciudad de Viedma.
No obstante lo dicho desde el PRO observamos con absoluta preocupación la carencia de desarrollo y proyectos que tiene nuestra región.
Efectivamente, mientras que discutimos estas cuestiones que son realmente menores, aunque útiles, nos privamos de mirar el futuro. O sea, conforme el viejo proverbio de mirar el árbol e ignorar el bosque, estamos paralizados en lo que hace al verdadero desarrollo económico de Viedma y los pueblos que contiene su circuito.
Lo cierto es que si queremos traer un proyecto o emprendimiento que implique mano de obra para doscientos o trescientos operarios, de lo único que disponemos para dar como Estado son tierras y algún beneficio impositivo, no mucho. Pero carecemos de energía eléctrica y gas suficiente para entregar a un proceso industrial, inclusive agua, a pesar de estar a orillas de uno de los ríos mas importante del país.
Carecemos de ese sentido de desarrollo económico que supieron tener los fundadores de la Provincia, que si bien entendían que la capitalidad de Viedma era importante, soñaron asimismo con su potencialidad productiva e industrial.
Viedma, General Conesa, Guardia Mitre y San Javier deben nuevamente retomar la ruta de los proyectos que nos saquen del adormecimiento, debemos poner sus habitantes la inteligencia al servicio de la diversificación productiva, de agregar valor a nuestros productos y exigir a los gobiernos proyectos serios y no meros paliativos que nos distraen o mejor dicho nos adormecen las ambiciones.
PEDRO CASARIEGO
PRO – RÍO NEGRO