El partido de Alberto ● ADN
Alberto Weretilneck dio impulso a su campaña electoral con vistas a los comicios municipales y provinciales. Ya no hay eufemismos y con recursos públicos puso en marcha una agresiva difusión en los medios de comunicación que reitera el mensaje gubernamental de “L’État, c’est moi” (El Estado soy yo).
Se incrementaron los aportes de organismos y empresas públicas, como Lotería y Horizonte, a periodistas y medios de prensa y se pagan mayores montos por el mismo espacio -en centímetros- que el abonado el año pasado. ¿Inflación?
Nada que no se haya hecho antes y con algunos matices y cosmética se pretende instalar que hay un nuevo estilo en la política oficialista. Todo sigue igual, los mismos protagonistas públicos o encubiertos, subsidios, reparto de comestibles y ropa y mucha propaganda en los medios que sólo promociona al gobernador. Carencia de proyectos e ideas, mucho personalismo, “El Unicato”, un sistema que se forma en torno de un único protagonista.
Alberto Weretilneck lanza el sábado 21 –según se anunció- su espacio político que sigue sin nombre y sin candidatos y asentado en un discurso local, alambrando la provincia de Río Negro y batallando con un discurso vetusto de provincialismo, que evoca al cuento fantástico de Salvador San Martín titulado “Como la Argentina perdió a la Patagonia”.
Esta especie de chauvinismo provincial que convoca a personas individuales y no a partidos, choca con la realidad y salvo que el gobernador piense que vivimos en un país realmente federal, se olvida de la dependencia que Río Negro tiene con políticas nacionales que afectan directamente como la coparticipación nacional, paridad cambiaria, las políticas energéticas, las economías regionales, etc., que hacen estériles a las propuestas localistas, basta con analizar la situación de la fruticultura –con pequeños y medianos productores empobrecidos y miles de trabajadores en la calle- o la nueva ley de hidrocarburos.
¿Qué significa un proyecto rionegrino no atado a ninguna cuestión nacional, que tampoco se referencia con la región patagónica? Se podría explicar porque Weretilneck se equivocó con su apoyo a Sergio Massa y entonces quiere desligarse de un compromiso con los candidatos presidenciales y apela a una propuesta política, sin partidos, ni ideologías. Difícil posicionamiento pero no imposible, sólo pragmatismo para ganar en Río Negro y luego acordar con el próximo presidente sin importar quién gane.
En la historia argentina los partidos provinciales tuvieron vertientes conservadoras, como el Partido Demócrata de Mendoza; del radicalismo, como el Partido Bloquista de San Juan; nacidos a la luz de procesos militares, como el Partido Provincial Rionegrino o con matriz peronista, como el Movimiento Popular Neuquino. En Río Negro el PPR, luego de 42 años de existencia, se resumió en el PRO y dejó de ser una expresión provincial.
Son expresiones heterogéneas desde lo ideológico, son clientelares organizados por “dirigentes-punteros” y articulan sistemas de manipulación política-electoral desde el gobierno. Sus componentes tienen intereses dispersos y contrapuestos con adhesión a proyectos personales y así muchos subsistieron, pero la mayoría se extinguieron y sólo podría nombrarse en la política nacional al Movimiento Popular Neuquino, un ejemplo al que Weretilneck pretende emular, con alta dosis de voluntarismo.
No estuvo alejado de estas características provincialistas el segundo gobierno radical de Horacio Massaccesi, actual presidente de la UCR, quien junto con otros radicales influyó e influyen en los lineamientos políticos instrumentados por Weretilneck.
Entonces cuál es el basamento político de la propuesta de Weretilneck que no sea una cuestión personal, permanecer en el poder, con pocas ideas, sin pasión por la política y con mirada acotada en lo local. Consideraciones que no excluyen un triunfo en las urnas y el acompañamiento del electorado.
La estrategia electoral oficialista se desdibujó en poco tiempo. El gobernador en coincidencia con el radicalismo fijó el 3 de mayo como fecha para las primeras elecciones municipales, a la vez que se pronosticaban importantes triunfos de la UCR y del gobierno en más de media docena de municipios, con una idea excluyente de la política sin pensar que existen otros actores que juegan en el tablero político provincial. ¿Cómo terminó esta estrategia? ahora 23 municipios votan en mayo y se desmoronan aquellos augurios triunfalistas y además hay comicios en municipalidades donde el albertismo no tiene aún ni siquiera candidatos y en otras donde surgen opositores significativos como Julio Arriaga en Cipolletti, o en menor medida el PRO o Mario De Rege, en Viedma, por el ARI.
Comienzan a armarse otros espacios y no sólo el justicialismo es el adversario del gobierno, a quien el albertismo augura una fractura interna para debilitarlo. Alberto Weretilneck trató por todos los medios de conquistar a Magdalena Odarda y hacerla desistir a presentar su candidatura a la gobernación, incluso con promesas de cargos y representaciones parlamentarias.
No hubo acuerdo y según declaraciones de dirigentes aristas, la senadora se presentará como candidata a gobernar Río Negro en un acuerdo con radicales, socialistas y otros aliados. Del mismo modo el PRO anunció que presentará su fórmula a la gobernación y se mencionaron conversaciones con el radical Fernando Chironi. Tanto el ARI como el PRO, compiten en la misma franja electoral que el partido del gobierno y se nutren de la misma cantera electoral.
El gobierno se entusiasma con apoyos de intendentes que sólo buscan los dineros del petróleo y pide a Gustavo Genusso, ingeniero nuclear barilochense que se junte con el arquitecto Carlos Valeri para ganar en Bariloche. No interesa si son compatibles o comparten los mismos idearios políticos, el gobernador sólo les pide pragmatismo para derrotar al justicialismo y a María Martini.
Bariloche es la batalla a ganar para llegar a la gobernación. De los ocho circuitos, el andino es estratégico para Weretilneck -junto con el Alto Valle Oeste- para conseguir los votos que compensen resultados adversos en otros circuitos.
Mientras tanto el radicalismo juega el rol de acompañante terapéutico del gobierno y cada día que pasa pierde voluntades. Hay radicales con Weretilneck, radicales con el ARI, radicales con el PRO y radicales con Ana Piccinini. La conducción del partido no puede evitar esta sangría y ante estas evidencias la UCR trata de retomar la vertical y definir una estrategia electoral que convoque a los radicales detrás de la Lista 3, salvar la ropa y soslayar la sociedad que mantiene con Weretilneck.
La UCR tiene el compromiso de asegurar la continuidad del gobierno municipal de Viedma y presentar lista en el resto de los municipios, principalmente en ciudades como General Roca, Cipolletti y Bariloche, donde no se observan candidatos posibles. El resultado del 3 de mayo decidirá de qué manera se arma el radicalismo para las elecciones provinciales.
El partido del gobierno también tendrá que fijar su estrategia en las municipales y fijar dónde presentará candidatos y a que postulantes dará su apoyo aun perteneciendo a otros partidos, por caso Viedma. No se sabe sí Weretilneck tendrá un candidato propio o apoyará a José Luis Foulkes, convalidando el acuerdo con los radicales W, situación que dejaría sin opción electoral a los justicialistas albertistas.
Otro ejemplo será Cipolletti, ciudad del mandatario, y que tiene como candidatos del gobernador al empresario Aníbal Tortorielo y al radical Lucas Pica, del partido vecinal 3G, que deberán enfrentar a Julio Arriaga, del PRO y al actual intendente Abel Baratti, del FpV.
En tanto el justicialismo transita caminos escabrosos para alcanzar un acuerdo que evite elecciones internas y aglutinarse detrás de la candidatura de Miguel Pichetto, todo un albur porque siempre hay que esperar 48 horas para la desmentida o contradicción del intendente de Roca, Martín Soria.
Todo parece indicar que un posible acuerdo tendrá costos muy altos para el senador que siempre tiene una prueba más para superar, como fueron las recientes declaraciones del ministro nacional Florencio Randazzo, candidato a presidente de la Nación, que dijo el viernes en Roca que prefería a Martín Soria como candidato a gobernador. La interna nacional también juega porque a mediados de semana Daniel Scioli había declarado que Pichetto, se merecía una oportunidad en Río Negro.
En Viedma el PJ también busca reunir a todos los sectores en pos de la candidatura de Juan Manuel Pichetto, “sin dejar a nadie afuera” como señaló un dirigente local, que significa sumar también a Roberto Brussa. Este último sector incorporó un singular pedido, la futura candidatura de Gustavo Costanzo como legislador, mientras la concejal Evelyn Rousiot tiene aspiraciones para la titularidad del Concejo.
El peronismo viedmense abrió un espacio de una semana para analizar estas cuestiones y sellar un acuerdo interno, a la vez que analiza las encuestas de dos consultoras -una nacional y la otra provincial- que monitorean la preferencia electoral de los viedmense. Se estima que al vencimiento de la fecha de presentación de alianzas, el miércoles 18, el justicialismo tendrá su candidato a intendente en la capital rionegrina.
Como pocas veces sucedió las elecciones municipales son un test electoral muy importante para lo que vendrá y de los resultados en las urnas dependerá la estrategia a llevar adelante en los comicios provinciales donde competirían el oficialismo albertista, por llamarlo de alguna manera porque aún no tiene rótulo; el justicialismo; la UCR, el Partido Obrero; el ARI y el PRO, y no se descarta que luego de las municipales se abran nuevos espacios de alianzas y acuerdos extrapartidarios.
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