Oficialismo logró aprobar en el Senado la reforma a la Ley de Inteligencia
Capital Federal.- Con 38 votos y en un recinto vaciado por gran parte de la oposición, el Frente para la Victoria logró aprobar en el Senado la reforma a la Ley de Inteligencia, que comenzará a debatirse hoy viernes en la Cámara de Diputados.
La iniciativa fue avalada tras un debate de dos horas y media que arrancó con un homenaje al fallecido fiscal de la causa AMIA, Alberto Nisman.
El kirchnerismo apeló a la férrea disciplina de legisladores propios y aliados pero también a la ayuda extra del fueguino Jorge Garramuño y la neuquina Lucila Crexell para reunir el quórum y habilitar la sesión.
Una vez luego se sumaron los senadores del Interbloque Federal de Adolfo Rodríguez Saá, quienes reunieron 7 votos en contra.
Mientras tanto, el grueso de la oposición realizó una audiencia pública en el Salón Azul con la presencia de más de 30 invitados, entre ellos juristas, intelectuales y representantes de la sociedad civil.
La iniciativa de creación de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) sufrió nuevos cambios en el recinto, con algunos de los reclamos planteados por el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) de Horacio Verbitsky.
En tanto, la Cámara de Diputados se prepara para continuar el debate este mismo viernes, en un plenario de las comisiones de Asuntos Constitucionales, Seguridad Interior y Justicia que será convocado para las 10.
El presidente de la Comisión de Asuntos Constitucionales, Marcelo Fuentes (FpV) abrió el debate y destacó que “es necesario dotar a la Nación del conjunto de herramientas de Inteligencia en función de intereses genuinos”.
En este sentido, indicó que la presidenta “dispuso un nuevo esquema normativo en el funcionamiento de las tareas de Inteligencia”, cuyos agentes estarán “al servicio de la defensa nacional y de la seguridad de los argentinos”.
La primera voz crítica fue la de la puntana Liliana Negre, quien se refirió al proyecto del Poder Ejecutivo como parte de una “hipocresía institucional”, dado que “la agenda de la República Argentina es otra”.
“Se piensa que con una ley se va a tapar el magnicidio sufrido por todos los argentinos”, agregó la peronista opositora, al insistir en que “una ley no cambia los hechos”.
Sobre el texto en debate, puntualizó que “no se dice nada respecto de la idoneidad del director y subdirector” de la futura AFI, y también volvió a reclamar que las escuchas telefónicas pasen a manos de la Corte Suprema y no de la Procuración General.
Por su parte, la chubutense Graciela Di Perna coincidió en que “si este hecho trágico no hubiera ocurrido hoy no estaríamos sesionando”.
Di Perna aprovechó para mencionar en su discurso al denominado Proyecto X, “sumado a la Inteligencia que realiza (César) Milani desde el Ejército, a quien se le asignó en el Presupuesto 2015 en el área de inteligencia de la fuerza un 31,8% más que en 2014, incluso más de lo presupuestado para la Secretaria de Inteligencia, que hoy cambia de nombre”.
Roberto Basualdo (San Juan) repitió que “no importa el nombre si no cambia el funcionamiento y actitudes del organismo”.
El senador massista reclamó que la comisión bicameral de control de los servicios de Inteligencia tenga mayoría opositora; que las cuentas de la AFI sean controladas con ayuda de la Auditoría General de la Nación y que la destrucción de pruebas antes de los 25 años sólo pueda hacerse con permiso de la Justicia.
El neuquino Guillermo Pereyra indicó por su parte que “primero habría que investigar la denuncia que tenía preparada el fiscal Nisman y darle prioridad a definir las causas de su muerte”.
El jefe del Interbloque Federal, Adolfo Rodríguez Saá, enfatizó que la nueva Ley de Inteligencia “cambia todo pero no cambia nada” porque no ataca “las conductas corruptas de los sistemas de Inteligencia en Argentina, que son conocidas por todos”.
Al cierre del debate, el presidente de la bancada oficialista, Miguel Pichetto, destacó los distintos aportes al proyecto y lamentó la ausencia de la oposición.
En otro orden, aseguró que las escuchas del expiquetero Luis D’Elía y el dirigente iraní Jorge Alejandro «Yussuf» Khalil que sustentan la denuncia de Nisman son “patéticas” y tildó a ambos de “vendedores de humo”.