Cepal: ahorro e inversión en el país fueron los mayores en 30 años
Buenos Aires.- La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) aseguró que el nivel de ahorro y de inversión en Argentina, como porcentaje de su Producto Interno Bruto (PIB) fue entre 2003 y 2010 el mayor en 30 años, y destacó el resultado obtenido en ese período en materia de cuenta corriente, que posibilitó revertir décadas de déficit, del mismo modo que el proceso de desendeudamiento llevado adelante a partir de 2005.
«El menor uso del ahorro externo estuvo en la reducción del endeudamiento externo como proporción del PIB, en la significativa acumulación de reservas internacionales netas, y en los ahorros públicos acumulados en fondos soberanos», remarcó el informe.
El estudio publicado bajo el título «Rasgos estilizados de la relación entre inversión y crecimiento en América Latina, 1980-2012», elaborado por Sandra Manuelito y Luis Felipe Jiménez, subrayó que entre 2003 y 2010 el nivel de inversión en la Argentina alcanzó a 20,3% del PIB, superior al 19,3% de 1980-1989, al 18,4% de 1990-1998, y al 16% de 1999-2002.
Con este resultado, el país estuvo en el nivel promedio de la región, que fue de 20,4%, superando a Brasil, la mayor economía de la región, que alcanzó a 17,3%.
Al segmentar el tipo de inversión, entre pública y privada, el nivel promovido desde el Estado fue de 2,4%; muy superior al 1,7% de 1980-1989; al 1,5% de 1990-1998; y al 1,2% de 1999-2002.
En el caso de los capitales privados, la relación con el Producto Bruto fue de 17,9% en los primeros siete años de kirchnerismo, también superior al 17,6% de los ’80; al 16,9% de la administración menemista, y al 14,8% del momento en que gobernaron la Alianza, primero, y Eduardo Duhalde, después, cuando se desató la mayor crisis de la historia del país.
La inversión pública, si bien fue la mayor en 30 años, estuvo por debajo del promedio regional, que fue de 4,6%; no obstante lo cual la privada superó a la media de la región, ubicada en 15,7%.
En otro desagregado planteado por el análisis de la Cepal, entre inversión en construcción y maquinaria, los últimos registros de la Argentina se ubicaron en 12,2% y 8,1% del PIB, respectivamente, en el primer caso, por encima del promedio regional de 10,6%; y en el segundo, por debajo del 9,6%.
En materia de construcción, la cifra del periodo kirchnerista fue apenas inferior al 12,5% de los ’80; pero superior al 11,1% de los ’90; y al 10% de los años más críticos del país (1999-2002).
Por su parte, los desembolsos en maquinaria y equipo superaron ampliamente a los periodos anteriores, en los que resultaron de 6,7%; 7,4% y 6%, respectivamente.
Aquí, tanto en construcción como en maquinaria, el nivel de inversión como porcentaje del PIB estuvo por encima de Brasil, la principal potencia regional, con 10,2% y 7,1% en cada caso.
En cuanto al ahorro público, también en comparación con el Producto Bruto, los primeros siete años de kirchnerismo lo ubicaron en una cifra récord de 24,7%, lejos del 17,9% de los ’80; del 15,8% del menemismo; y del 15,4% de los años de la Alianza y el duhaldismo.
Esta variable fue también mucho mayor al promedio regional, de 19,2%; y fue la segunda mayor de Latinoamérica, detrás de Venezuela, con 34,3%.
En tanto, el ahorro privado experimentó asimismo una variación significativa respecto a los periodos anteriores y al resto de la región.
Alcanzó a 21,6% durante el kirchnerismo, muy por encima del 12,6% de promedio regional; y también en segundo lugar, detrás de Venezuela, con el 23,8%.
Como consecuencia del proceso de desendeudamiento encarado desde 2005, la apelación a recursos externos fue negativa en 2,7% del PIB, cuando en el resto de los periodos analizados fue positiva en 2,1% en los ’80; en 2,7% en los ’90; y en 0,1% en los momentos previo y posterior al default de la deuda pública.
El saldo negativo, que significa una menor dependencia de la utilización de financiamiento del exterior, fue uno de los pocos en la región, con apenas cinco países en la misma condición, sin figurar entre ellos Brasil.
La Argentina se ubicó tercera en Latinoamérica entre las naciones que no emplearon endeudamiento externo para motorizar la inversión y generar así crecimiento en su economía.