Hasta la victoria, siempre. ADN
Alberto Weretilneck volvió a la Casa Rosada por la puerta grande. Firmo el desendeudamiento, tuvo un intercambio de gestos amables con Cristina y fue parte del ritual militante kirchnerista en los balcones del Patio de las Palmeras.
En política nada es casualidad. Ayer se cumplió un año del inicio de un camino victorioso: La Legislatura ungía a Pedro Pesatti como vicegobernador, se aprobaban las PASO y la renegociación de los contratos petroleros.
Weretilneck buscaba consolidar el segundo nivel de su estrategia. El primero había sido salir del «desaguisado» del peronismo rionegro. El gobernador supuso que no tenía destino mientras mantuviera la sociedad política con Miguel Pichetto y Martin Soria. De todo laberinto se sale por arriba. Y aunque eso tuvo efectos colaterales, limpió el panorama y le permitió ir por lo que faltaba.
Lograda la independencia política de algunos de sus socios (los más nocivos dicen en el albertismo), había que consolidar un grupo fiel para desarrollar un nuevo concepto partidario. Y desde ya, el financiamiento.
Había que reflotar las postergadas renegociaciones de los contratos petroleros. Ello implicaba negociaciones en el Parlamento. El peronismo no iba a respaldarlo. Aun en plena interna, Pichetto y Soria conocían el potencial económico que ello implicaba a las arcas del Estado fundamentalmente en época electoral.
Weretilneck acordó con el arco opositor, corrió al ultrapichetista Ariel Rivero de la conducción de la Legislatura imponiendo a Pesatti, y logró abrir el camino hacia petrolizacion provincial.
Allanado el camino al triunfo solo faltaba un rasgo identitario del proyecto político: la defensa de los intereses rionegros. Nada mas efectivo. Nación le dio la excusa perfecta al negarle a Río Negro la re financiación de su deuda.
Pero mientras por arriba circulaba ese discurso por debajo comenzaba a gestarse el operativo retorno. Al gobierno nacional le vino muy bien el gesto rionegrino en materia hidrocarburifera. El ascenso de Daniel Scioli permitió un proceso de apertura a dirigentes que habían saltado al massismo. Lo demás, es historia reciente.
Después del triunfo del 14J Weretilneck y Pesatti distribuyeron roles. Al vice le toca armar el movimiento que de sustento a Juntos Somos Rio Negro. El viedmense siempre se mantuvo pegado al kirchnerismo. Contuvo una parte del PJ en el Gobierno. Y ahora va por los sectores afines.
La tarea de la oposición repensar su rol después de las elecciones de octubre.
La UCR quedó inmersa en el internismo, sufrió una diáspora de dirigentes a JSRN y tocó fondo electoral. Horario Massaccesi sacó el 3 por ciento de los votos. Igual cosecha tuvo Ernesto Sanz en las PASO nacionales de Cambiemos.
El peronismo no tiene mejor pronóstico. La conducción de Martín Soria genera más rechazos que adhesiones. Y su futuro inmediato se juega en Bariloche. El pichetismo intenta rearmarse surfeando la ola naranja. Y el kirchnerismo puro estará atrincherado en el Congreso de la Nación. En Río Negro tendrá 3 legisladores desde el 10 de diciembre.
Ese espacio por ahora mantiene la unidad. Habrá que ver cómo se conforma el bloque FpV en el Parlamento rionegro. Incluso qué pasará con la Liga de Intendentes que buscará unificar criterios para establecer un diálogo con el gobierno provincial.
Weretilneck monitorea ese panorama y piensa en refundar su gobierno. Hay y habrá ofrecimientos a dirigentes de otros espacios a sumarse al proyecto provincial. Para muchos el acuerdo con Scioli es un paraguas para aceptar el convite. Para otros la excusa será la orfandad política o la desintegración de sus espacios originales.
El gobernador no sumará sellos, sí dirigentes.
Piensa en políticas a largo plazo, poder territorial y una gestión mejor que la anterior. Para ello requiere recurso humano. Mantendrá las áreas clave bajo el mando de sus íntimos. La llegada al Gabinete de Carlos Valeri y Claudio Di Tella son un síntoma de los tiempos que vienen. Mantendrá una supervisión propia de cada tema. Seguirá estando en cada lugar siempre. Pero abrirá el gobierno. Llegaran otros hombres y mujeres. Y propondrá nuevos integrantes en los organismos de control.
El debate por la reforma constitucional no tardará en llegar. Incluso apuntalada por sectores de la oposición. Un permanente militante reformista es el legislador Martín Doñate. El jefe de La Campora, futuro diputado nacional y aspirante a conducir el FpV rionegrino, alienta ese proceso.
La idea es generar un profundo debate sobre la institucionalidad de Río Negro. No son pocos los actores políticos que piensan en modificar el pesado andar administrativo del Estado. Tampoco faltan voluntades para aggiornar el Poder Judicial. El cambio de los Códigos nacionales mas la entrada en vigencia del Procesal local imponen cambios en una estructura conservadora.
En el seno de ese Poder persisten las internas por el atentado ocurrido en la sede del Palacio de Justicia de Viedma. Un hecho del que aun poco se sabe.
Los cambios hacia el sistema acusatorio, con eje en la Procuración, impone una nueva forma de investigación e instrucción de las causas. El juez toma distancia para convertirse en el garante del proceso. El nuevo sistema muda el poder del edificio de 25 de Mayo y Laprida cien metros. Hay que crear al Policía Judicial y podría instrumentarse el juicio por jurados.
El 10 de diciembre marca un cambio político e institucional. Otros tiempos. Habrá que ver cómo se desarrolla.