Weretilneck con más poder
Viedma (ADN).- Alberto Weretilneck no podía haber tenido mejor domingo. Su candidato, Gustavo Genusso, ganó ampliamente las elecciones municipales de Bariloche y San Lorenzo de Almagro –el club de sus amores- ratificó su paternidad con Boca Junior y logró un triunfo en La Bombonera, que lo deja primero en la tabla de posiciones del futbol argentino.
Weretilneck postergó los festejos junto a Genusso, -sabía que ganaba sin problemas- hasta la finalización del partido, clave para el campeonato, difícil y en La Bombonera, y por tal razón lo vio en su habitación, a pesar que había funcionarios y dirigentes que se congregaron en el hotel. “Había muchos bosteros” fue el comentario. El gol agónico de Matos completó su día de felicidad y ahora lo esperaban otros festejos. La política y el fútbol son dos pasiones que distinguen a los argentinos.
Ya pasó Bariloche y ahora vienen Guardia Mitre, Allen, Chimpay, Chichinales, Río Colorado, Ñorquinco, Fernández Oro, Luis Beltrán, Belisle y El Bolsón, donde el oficialismo espera ganar en la mayoría de estos municipios.
De esta manera Alberto Weretilneck llegará al 10 de diciembre con un poder provincial muy consolidado. Mayoría de legisladores en el parlamento y mayoría de intendentes que lo apoyan.
Un liderazgo que no tendrá discusión –reforma constitucional mediante- para llegar a completar su mandato de cuatro años con serias expectativas de continuar en el gobierno, con tranquilidad y con una oposición que tendrá que remontar mucho la realidad del momento como para generar competencia.
Weretilneck quiere llegar a esa instancia con una hegemonía política que incluso no lo obligue a pensar en las encuestas.
Juntos Somos Río Negro no es un partido político, se asemeja a un movimiento de convocatoria amplia de todos los sectores, que confluye en un vértice personal en la figura del gobernador. Hacia su interior tampoco tendría que haber sorpresas.
Este triunfo tiene además un plus extraprovincial. Lo distingue con poder propio frente al próximo presidente de la Nación que sabe que en Río Negro sólo tiene que hablar con Alberto Weretilneck.