No alcanzó a cubrir las expectativas la regularización de aportes para jubilación estatal
Viedma.- La inscripción de empleados publicos -en edad jubilatoria- en el registro de regularización de aportes previsionales para acceder a los beneficios previsionales no alcanzó las expectivas oficiales.
Si bien las estimaciones del gobierno al dictar el decreto 664 incentivando la jubilación en empleados públicos, era llegar a los 1000 agentes, los anotados alcanzaron alrededor del 25 % de esa cifra y no se descarta que se pudiera ampliar el plazo de inscripción.
A través de distintas opiniones recogidas podría afirmarse que «hay desconfianza» en el agente para jubilarse, preocupan los descuentos, como el impuesto a las ganancias, mientras que otros prefieren seguir en actividad cobrando todas las bonificaciones.
El Estado es un mal empleador que abusa -desde los tiempos de la recordada «Reforma del Estado»- de herramientas amañadas para contratar personal en la administración por fuera de las normas contractuales legales.
De esta manera se suman agentes que perciben bonificaciones y sumas en negro que no tienen aportes, además de otras figuras como los becados. Incurre en evasión al sistema previsional y también con la propia obra social rionegrina, en desmedro del financiamiento del sistema.
Todos los gobiernos mantuvieron vigentes las limitaciones para ingresar a la administración pública, pero a la vez inventaron instrumentos para eludir las restricciones como las locaciones de servicios, contratos de obras y otros.
Ante la falta de oferta laboral en el sector privado, el Estado se convierte en una fuente de empleo que disimula la subocupación y la desocupación, pero que a la vez lo convierte en evasor e infractor a las leyes previsionales y laborales.
El Estado además en muchas ocasiones es juez y parte en la discusión por la aplicación y vigencia de las normas, sin dejar de mencionar que el mismo Estado controla y sanciona al sector privado por evasión fiscal y contratación de personal «en negro».