Murió Mario Benjamín Menéndez, gobernador militar de Malvinas
Buenos Aires.- El general retirado, que gobernó las islas Malvinas durante 74 días en la guerra de 1982 y firmó la rendición ante las tropas inglesa, falleció anoche a la edad de 85 años.
Miembro de una familia de militares que alcanzó notoriedad cuando su tío, el general Benjamín Menéndez, encabezó en 1951 una fallida intentona golpista contra el presidente constitucional Juan Perón, logró su propia hora de gloria cinco días después del desembarco del 2 de abril.
Subjefe del primer Cuerpo de Ejercito, fue designado gobernador de las islas australes y jefe del comando conjunto de las tropas desplegadas, donde trazó una estrategia defensiva que fue luego muy criticada por el informe Rattembach, que juzgó el pobre desempeño militar, carente de todo apoyo naval y paulatinamente sin respaldo aéreo.
Esa prosapia castrense fue la carta de presentación que esgrimió el entonces canciller Nicanor Costa Méndez, cuando visitó un mes mas tarde a Fidel Castro para requerirle apoyo diplomático y el líder cubano lo desestructuró al preguntarte si, además de familia militar, era de los generales que peleaban o se rendían.
En las fotos de época se lo ve siempre atildado y peinado a la gomina, munido como otros generales y oficiales de alto rango con un abrigo de duvé, que contrastaba con el inservible equipamiento de los conscriptos movilizados y sumergidos en los “pozos de zorro” inundados.
La historia le asigna también haber disparado la famosa frase “que venga el principito” cuando se supo que el heredero real británico Andrew estaba embarcado junto a la fuerza de tareas comisionada para recuperar las islas.
El siempre lo negó y dijo que era un invento de la inteligencia militar que no podía desmentir y hasta culpó a su jefe, el dictador Leopoldo Galtieri, de no entender lo que ocurría en el escenario bélico.
El 14 de junio del 82, contrariando las órdenes recibidas, firmó el acta de capitulación ante el mayor general Jeremy Moore, por lo cual fue detenido al regreso de la islas.
Tampoco pudo huir del destino de su dinastía, que tuvo otro exponente notable en su primo hermano, el general degradado Luciano Benjamín, apodado “Cachorro” y tres años mayor, hoy con siete condenas a prisión perpetua por los crímenes de lesa humanidad que cometió como comandante del Tercer Cuerpo de Ejército a partir de 1976.
Ya octagenario, en el 2012 Mario Benjamín Menéndez fue detenido brevemente y quedó procesado por su participación en el Operativo Independencia de 1975, durante el cual el ejército montó el primer centro clandestino de detención, La Escuelita, en la falda de los cerro tucumanos, ensayo de la experiencia generalizada un año más tarde.