El desarrollo de las Universidades Nacionales patagónicas en vilo por el presupuesto
Las Universidades Nacionales que funcionan en territorio patagónico se reunieron en Neuquén para debatir su desarrollo y las relaciones con el medio social, productivo y político de la región. Pero nada de ello ocurrirá si escasea el financiamiento. La inestabilidad económica afecta a las instituciones, por eso esperan un aporte de Nación en el mes de julio, para poder solventar y afrontar el funcionamiento hasta fin de año.
Al encuentro asistieron las universidades nacionales: del Comahue, de la Patagonia San Juan Bosco, de La Pampa, de Río Negro, de la Patagonia Austral, de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, la Universidad Tecnológica Nacional, el Instituto Universitario Patagónico del Arte y se sumó la universidad privada de Flores.
El debate, su desarrollo y las conclusiones fueron escuchadas por el director nacional de Desarrollo Universitario, Pablo Domenichini.
Gustavo Crisafulli, rector de la UNCO, explicó que se debatirá «en torno a dos ejes fundamentales: en el desarrollo de las universidades, las relaciones con el medio social productivo y político de la región». Sin embargo, explicó que el financiamiento del gobierno nacional será clave para la continuidad de los programas que vinculan a las universidades con la comunidad. Y manifestó -palabras que reprodujo el diario Río Negro- que las universidades van a «abordar las cuestiones que tienen que ver con las políticas de bienestar universitario, fundamentalmente los programas de becas, de voluntariado y responsabilidad social universitaria».
El panorama presupuestario es fundamental para las casas de altos estudios. El vicerrector de la Universidad Nacional de Río Negro (UNRN), Juan Carlos Llorente, indicó que particularmente para la institución que él representa «es una situación compleja, como le toca vivir al conjunto de los actores sociales. Hay una situación de cierta inestabilidad económica que afecta a la institución».
Mencionó que «hay financiamientos en stand by, bajo análisis, que no se han cortado pero tampoco se han habilitado. Esa incertidumbre lleva sus meses y las autoridades nuevas necesitan de su tiempo para poder evaluar y definir con que van a pode continuar y con que no».
Crisafulli reconoció que los números revelan en una situación delicada porque «hemos recibido un presupuesto 2016, que fue establecido en septiembre y octubre del 2015, con lo cual hemos recibido el impacto de la devaluación como el aumento de las tarifas». Por ese entonces la Universidad solicitó $1.400 millones para funcionar y los fondos otorgados fueron $1.200 millones.
«Nos impactó la inflación, esto no es solo una realidad a la UNC, es de todas las universidades nacionales. Hace aproximadamente 10 días tuvimos un encuentro todos los rectores, en el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) y le solicitamos al secretario de Políticas Universitarias que el ministerio arbitre los refuerzos presupuestarios necesarios», aclaró.
Añadió que «en el mes de julio el ministerio ejecutaría el refuerzo anual que normalmente se efectuaría en el mes de noviembre» y que asciende a una cifra cercana a los $1.300 millones.