La periodista de Canal 13 amenazada rompió el silencio y disparó contra el Grupo Clarín
La conductora del noticiero se refirió a las amenazas que recibió desde el diario y denunció que son métodos comunes del medio. «Adentro del canal tienen tanto miedo a las represalias que no se pueden expresar», sostuvo sobre los trabajadores de la empresa.
Luego del apriete que sufrió la periodista de Canal 13, Silvia Martínez Cassina, en el diario Clarín, perteneciente al mismo grupo empresarial, por primera vez la conductora dio una entrevista.
«Fue un hecho gravísimo. Que no se limita solamente a la misoginia, es un hecho de violencia de género brutal, pero es un hecho de persecución sindical que no es coyuntural, es de la historia de Artear en particular y del Grupo Clarín en general», aseguró la periodista involucrada en diálogo con la Agencia Paco Urondo.
Al final del noticiero, el conductor Luis Otero saludó a todas las Juanas por el día de Juana de Arco, a lo que Cassina contestó; «Sí, y que siga la lucha». Luego, el diario publicó un mensaje sobre este cruce tratando de ironizar sobre el comentario de Cassina: «Ojo con la lucha, Silvia, mirá que esa Juana de la que hablan terminó quemada en la hoguera», decía el texto.
Sobre la reacción de la empresa, aclaró que «los trabajadores de la redacción se solidarizaron», aunque «la empresa no tuvo ninguna respuesta» ya que «de eso no se habla». «Nadie me llamó. El silencio es una respuesta en sí misma», disparó.
«Hay un cerco de miedo insitucionalizado. Me siento fortalecida por esta semana emocionante. Fortalecida con la respuesta de mis ex colegas, colegas y compañeros que trabajaron conmigo que ahora están afuera, quienes se sienten liberados por poder expresarse y darme un mensaje de apoyo y solidaridad», aseguró sobre la polémica situación laboral en su empresa, a la que denunció por violar «los derechos laborales».
Asimismo, agregó: «Adentro del canal todavía te miran con miedo, no te miran a los ojos. No digo que no quieran comprometerse o involucrarse. Tienen tanto miedo a las represalias que pueden venir que no se pueden expresar. Tiene que haber un punto de inflexión y ojalá sea este».
Finalmente, aseguró que «no fue casualidad» el ataque que sufrió, ya que aeguró: «Tengo una historia de compromiso laboral. Hace rato que mi participación en asambleas molesta. No soy permeable a ninguno de sus métodos, como regalos o aprietes».