El Papa ordenó a Fundación Pontificia rechazar donación del gobierno nacional
(Por Elisabetta Piqué, para La Nación).- El papa Francisco les pidió a los directores mundiales de Scholas Ocurrentes, José María del Corral y Enrique Palmeyro que devuelvan de inmediato los $ 16.666.000 que el gobierno de Mauricio Macri decidió donarle a esta fundación pontificia por un decreto publicado en el Boletín Oficial el 30 de mayo último. Sin titubear, del Corral y Palmeyro cumplieron con la orden papal.
Según pudo saber LA NACION de buenas fuentes del Vaticano, ni bien se enteró de que el Gobierno había decidido donarle esa importante suma de dinero a Scholas -organización que trabaja para combatir la exclusión, a través de la educación, el deporte y el arte-, Francisco les escribió a del Corral y Palmeyro una carta para pedirles que restituyan inmediatamente ese monto.
«El Gobierno argentino tiene que acudir a tantas necesidades del pueblo, que no tienen derecho a pedirle un centavo», fue el motivo principal del tajante pedido de Jorge Bergoglio, que en la misiva también recordó que cuando la obra es buena «Dios siempre provee a través de la Divina Providencia».
El Papa escribió esta carta después de que se celebrara en el Vaticano el VI Congreso Mundial de Scholas. Durante el cierre del mismo, al margen de anunciarse que el 10 de julio próximo por primera vez se jugará en La Plata un Partido por la Paz con grandes estrellas del fútbol, en coincidencia con el Bicentenario, el subsecretario de Culto, Alfredo Abriani, subrayó públicamente ante el Papa que se había hecho realidad un decreto para la implementación de la ley Scholas en Argentina, firmado por Mauricio Macri, que implementaba Scholas en el ámbito nacional. En ese momento, sin embargo, Abriani no leyó el decreto en cuestión, que salió publicado al día siguiente, el lunes 30 de mayo, en el Boletín Oficial y en el que salía la cifra donada a Scholas, de $ 16.666.000 pesos.
Cruce de cartas
Conminados por Francisco a devolver el dinero, en una carta fechada el 9 de junio que enviaron al jefe de Gabinete, Marcos Peña -a la que accedió LA NACION-, los directores de Scholas pidieron «suspender el aporte económico». «Teniendo en cuenta que hay quienes pretenden desvirtuar este gesto institucional (…) con el fin de generar confusión y división entre los argentinos (…), convenimos en suspender el aporte económico no reintegrable de $ 16.666.000 pesos, destinado a sufragar los gastos de personal, infraestructura y equipamiento de la sede central de nuestro país», escribieron Palmeyro y del Corral.
«Procuraremos obtener este necesario aporte en lo inmediato a través de los organismos multilaterales de crédito y de la ayuda de privados», agregaron los directores, que conocen a Francisco desde sus tiempos de arzobispo de Buenos Aires, cuando trabajaron juntos en la red de escuelas de vecinos, que luego se transformó en Scholas, una red que une a más de 190 países del mundo, y que es uno de los proyectos más queridos del Papa.
En otra carta, a la que también tuvo acceso LA NACION, el jefe de Gabinete, Marcos Peña , acusó recibo de la virtual devolución del dinero. Y aclaró que «sin perjuicio de tomar nota de la suspensión planteada, ratificamos el compromiso de nuestro Gobierno de acompañar a la Fundación en la importante tarea de impulsar y defender los valores de la paz, la inclusión y el encuentro de los jóvenes de todo el mundo».
«Muy sorprendidos» en la Casa Rosada
Fuentes del Gobierno no ocultaron su perplejidad ante este enorme malentendido, del que por lo bajo culparon a los directores de Scholas, del Corral y Palmeyro. «En función del compromiso asumido por el presidente Macri durante su encuentro con el Papa, en febrero pasado, cuando éste le pidió que apoyara a Scholas, fueron ellos quienes, más tarde, nos pidieron esa suma de dinero», dijo una fuente.
«Esa suma fue calculada por ellos para hacerle frente a los gastos para su sede central en Buenos Aires, para los sueldos de 36 empleados y para los gastos de equipamiento y de acondicionamiento de un inmueble en la ex Administración de Bienes del Estado. Fue un pedido concreto de ellos, por eso estamos muy sorprendidos de todo lo que pasó después y de que el Papa no estuviera informado», agregó la misma fuente. Esta lamentó, negro sobre blanco, que se interpretara el apoyo del Gobierno a un proyecto educativo muy valioso como un intento del macrismo de «comprar» al Papa. En este sentido, recordó que el respaldo nacional a Scholas no es algo nuevo, ya que el kirchnerismo fue quien promulgó en 2014 una ley que declaró a Scholas Ocurrentes «de interés nacional».
El legislador porteño y titular de La Alameda, Gustavo Vera, que viajó a principios de mes al Vaticano para una cumbre de jueces de todo el mundo sobre crimen organizado, fue el primero en hacer notar el malestar de Francisco por el decreto que otorgaba a Scholas una cifra demasiado alta. El Papa se enteró de la misma no por boca de del Corral y Palmeyro, sino una vez terminada la Cumbre de Scholas en el Vaticano, a través de la prensa argentina. Para peor, la donación fue interpretada como una «señal de distensión» de las relaciones del Vaticano con el Gobierno, algo que tampoco cayó bien en ninguna de las dos partes.
«Es muy feo hablar de que la distensión son 16 millones de pesos, no le hace bien al Papa», dijo la semana pasada Vera a LA NACION. «Interpretar que el gesto de lo de Scholas va a distender la relación no es correcto, me parece que pasa por otro canal», agregó. «Lo que Francisco espera del Gobierno es lo que dijo el cardenal Poli durante el Tedeum del 25 de Mayo: es una mesa de diálogo. Y esto no se arregla con 16 millones, ni con 160 millones, ni con 1660 millones. Ojalá que el Gobierno entienda que tiene que dialogar con los sectores representativos de la sociedad civil, votados por el pueblo y los que representan sectores sindicales y sectores empresarios. Tiene que concertar, dialogar, que no es una señal de debilidad», aseguró.
Lo cierto es que los $16.666.000 pesos de la discordia siempre estuvieron en un virtual limbo, ya que, según pudo saber este medio, nunca se puso en marcha ningún proceso para que pueda girarse el dinero, algo que hubiera implicado varios pasos administrativos que tampoco llegaron a hacerse.