El Gobierno acordó con la petroleras congelar el precio del combustible hasta octubre
El ministro de Energía, Juan José Aranguren, acordó con las petroleras que los importes de los combustibles se mantendrán estables hasta fines de octubre. Además, arrancan las modificaciones en el sistema de “precio sostén”. Ese mecanismo -pactado por la industria, los sindicatos, las provincias y el Gobierno- implica que los productores locales reciben más dinero por su barril de petróleo (entre US$ 55 y US$ 67) que el valor internacional de ese producto (ayer, entre US$ 44 y US$ 47). Pero a partir de este mes, habrá cambios en ese sistema.
Durante agosto, los productores cobrarán un 2% menos que hasta ahora por el crudo que vuelcan en la industria local, que es el alcanzado por el “precio sostén”.
Durante septiembre, la reducción con respecto al valor actual será del 4%. Y en octubre, la baja estará en torno al 6%. Aunque más de un funcionario del Gobierno quiere dejar de lado el “precio sostén” por completo en 2017, lo pactado ayer fue ir avanzando por tramos.
La industria petrolera está compuesta por productores (los que obtienen el petróleo) y los refinadores (que lo convierten en combustibles).
Estos últimos venían alertando al Gobierno sobre una pérdida de rentabilidad. Para que puedan recomponer sus márgenes, el Poder Ejecutivo los habilitó a que puedan bajar sus costos.
Si los refinadores pagan entre 2% (en agosto) a 6% (en octubre) menos por la materia prima, allí generarán un ahorro. De esa forma, pueden mejorar su rentabilidad, sin necesidad de tener que aumentar los precios.
De esta forma, los precios de los combustibles se mantendrán hasta fines de octubre.
La nafta súper de YPF se vende, en la ciudad de Buenos Aires, a $ 17,08, mientras que la “premium” se despacha a $ 19,30. Axion (ex Esso) se maneja con importes similares, mientras que Shell está algunos escalones más arriba de eso.
El seguimiento de la rebaja en el precio “sostén” será parte de una mesa integrada por la industria, las provincias y los sindicatos.
Los gobernadores advirtieron que podrían perder ingresos de regalías(que están atadas al valor de venta a las refinadoras). Sin embargo, en el Gobierno confían en que entenderán que la medida sirve para mantener los niveles de actividad, que ya vienen afectados por la menor actividad, como sucede con YPF.
En noviembre, tras una revisión de lo ocurrido en estos tres meses, el Gobierno y las empresas volverán a sentarse. Puede que allí se hable de un aumento de precios. Aranguren descartó un aumento hace poco.
En el Gobierno quieren avanzar hacia una mayor apertura en el mercado de los combustibles. Por eso, imaginan que en 2017 podrían dejar de lado el “precio sostén”. El ministro Aranguren explicó, en varias ocasiones, que eso sucedería una vez que los valores internacionales del crudo confluyan con los locales. Sin embargo, los productores domésticos –principales defensores del “precio sostén”- también estarían más flexibles al respecto. Es porque la cotización del dólar (la moneda en la que se pactan las operaciones petroleras) estaría planchada hasta fin de año.
“Si quieren tener más ingresos, van a tener que buscar mayor rentabilidad en pesos”, plantearon funcionarios de dos áreas económicas a ejecutivos del sector.
En las compañías entienden que la supresión del precio “sostén” podría darse en un margen de una política energética previsble hacia los próximos años. Algo diferente a lo del período durante el kirchnerismo, que manejó la cuestión petrolera de una manera diferente tras la estatización de YPF.
YPF es la principal empresa productora y refinadora del país. La compañía viene de anotar una pérdida de $ 753 millones en el segundo trimestre de 2016. Ayer, sus ejecutivos estuvieron con el ministro Aranguren, junto con representantes de las compañías privadas Shell y Pan American Energy (PAE).