De esto no se habla. ADN
El oficialismo evita que se menee el proyecto de avanzar en la reforma de la Constitución de Río Negro y mucho menos desea que se vea en esta iniciativa sólo la intención de habilitar al gobernador Alberto Weretilneck para un nuevo mandato. La mala palabra es re reelección.
Sin embargo fuera de este principal objetivo para el gobierno y su brazo político Juntos Somos Río negro, se esgrimen argumentos que no pueden dejar de ser tenidos en cuenta y debatir en una Convención Constituyentes un paquete de temas que merecen revisión luego de 28 años de reformada la primera Carta Magna rionegrina de 1958. Incluso ésta Constitución de 1988 es anterior a la reforma de la nacional en 1994.
Habría argumentos para modificar el funcionamiento del Estado con reformas incluso a la luz de nuevas políticas y corrientes de pensamientos de modernización y aggiornamiento de estructuras envejecidas y algunas que hoy ya no tendrían razón de ser.
Habrá también temas que corresponderán al Poder Judicial, el Ministerio Público y el Consejo de la Magistratura.
Sería oportuno además fijar posición respecto a las reelecciones de mandatos, evitando las reelecciones indefinidas o re reelecciones.
El avance de la tecnología, la defensa del patrimonio territorial frente a las inversiones extranjeras, el uso de químicos contaminantes en la minería, el fracking para la explotación petrolera, la incorporación de la comunicación satelital, internet y otros adelantos que llegaron post 1988, darían argumentos también a la reformas y de esta manera el oficialismo podría abrir un espacio por donde se pueda colar su propósito político.
Weretilneck no quiere hablar de una nueva y posible postulación, pero está en la estrategia del gobierno y de la mano de una reforma constitucional, incluso el mandatario conversó el tema, en su oportunidad, con el senador Miguel Ángel Pichetto, quien adhirió a esta posibilidad y además tiene propuestas de reformas.
Varios dirigentes también se expresaron en favor de una reforma de la Carta Magna, por caso el diputado nacional rionegrino kirchnerista, Martín Doñate.
De esto no se habla. Pero, todos hablan. Y se esbozan diferentes caminos donde pierde fuerza la posibilidad de transitar por la interpretación judicial para permitir un nuevo mandato al gobernador, aun cuando se confía en tener mayoría de votos entre los jueces del Superior Tribunal de Justicia.
Sin embargo gana terreno la idea de convocar una reforma constitucional parcial y a partir de esta posibilidad armar una ingeniería electoral que lleve a la ciudadanía rionegrina a votar a convencionales constituyentes el año próximo, en el marco de un escenario nacional electoral donde se renueva la mitad de la Cámara de Diputados (terminan su mandato María Emilia Soria y Luis Bardeggia) y un tercio de Senadores, que no comprende a Río Negro, ya que sólo se renovarán senadores en Buenos Aires, Formosa, Jujuy, La Rioja, Misiones, San Juan, San Luis y Santa Cruz.
Con una elección constituyente se provocaría una provincialización del debate electoral. La agenda rionegrina tendría como discurso central, desde los partidos políticos, la campaña para elegir convencionales constituyentes y opiniones sobre la reforma constitucional y opacaría, en cierta medida o soslayaría, una inevitable nacionalización en las opciones de candidatos y partidos para el 2017, donde JSRN sólo juega como partido de distrito, sin referencia nacional como Cambiemos o el justicialismo.
Una contienda de estas características pone en la cancha con mayores posibilidades al oficialismo y luego al único rival de peso, el justicialismo. Los datos de las encuestas no vislumbran otras opciones de importancia, el desempeño de Cambiemos y sus posibles candidatos es magro y además pareciera que ya se esfumaron las posibilidades de un acuerdo del oficialismo con el PRO.
Juan Martín, referente del gobierno nacional en Río negro, cada vez con mayor peso y que logró desplazar el protagonismo del diputado Sergio Wisky, fue claro al señalar que no hay que hablar más del PRO y del radicalismo, “acá sólo hay Cambiemos”, en una definición política que busca reafirmar el espacio macrista, desde donde además se lo postula como candidato a diputado nacional para el año que viene.
En cuanto a Magdalena Odarda, del Frente Progresista CCARI, es una potencial aliada y habría confiado en la intimidad que incluso le gustaría ser convencional constituyente.
Una incógnita a resolver es el massismo, que en las últimas elecciones, sin candidato en la provincia, ocupó el segundo lugar en las urnas. Massa mide, pero eventuales candidatos del sector también son desconocidos y además el espacio de Frente Renovador pareciera ser la embajada donde buscan asilo políticos de la más rancia estirpe, desde César Barbeito –ex candidato radical- a Juan Huentelaf y Julián Goinhex, acérrimos soristas que sin embargo ahora se alejan del actual presidente del PJ e intendente de Roca, Martín Soria, a quien no le escatiman críticas.
Hay una especie de resurgimiento de ex funcionarios de Martín Soria y que ensayan distintos pases de baile para cuando llegue la danza electoral. También habló César Del Valle, ex ministro de Obras Públicas que se fue con algunas complicaciones judiciales y tampoco pasó inadvertida una reunión que habría tenido Goinhex con el ministro de Gobierno y coterráneo, Luis Di Giácomo. Amigos.
Volviendo al massismo tiene varias vertientes: el Partido Renovador, con Cristian Jácamo, con anclaje cordillerano; el partido Tercer Posición, con Roberto Vargas y un sector del peronismo que mira con entusiasmo integrarse a esta opción.
Al gobernador, quien tuvo en su oportunidad un acercamiento con Sergio Massa, tampoco le es indiferente ese espacio. Un paragua nacional moderado.
Frente a este panorama Weretilneck se entusiasma, pero aún no está planteada una salida que tenga el menor costo político y sea menos traumático para JSRN.
La reforma electoral
La necesidad de reforma está contemplada en la Tercera Parte, Sección Primera de la Constitución, artículo 111 y subsiguientes. Podría tener el siguiente derrotero: el Ejecutivo plantea al parlamento la necesidad de una reforma parcial –debe enumerar artículos y temas a cambiar- que se aprueba con el voto de los 2/3 de los legisladores, donde el oficialismo tiene 26 votos propios y podría sumar otros tres (de Yauhar (UCR) y Ocampos y Agostino (Frente Progresista-CCARI) y le faltarían dos votos para llega al número requerido. Sólo los puede ir a buscar al actual bloque del FpV. Esta sola idea genera cosquilleo.
En cuanto a los plazos para elegir convencionales, dice la Constitución que “no será antes de los ciento ochenta días (seis meses) de la fecha de la declaración, ni coincidirá con elección alguna”.
Si la necesidad de la reforma se votara a fin de año, para mediados del año que viene podría haber elecciones constituyentes y entonces se comienza a jugar la provincialización del debate electoral en las legislativas de 2017, porque el cronograma nacional señala que en junio hay que formalizar alianzas, pedir colores, oficializar boletas, etc; en julio comienzan las campañas para las PASO, que se realizarán el 9 de agosto; en septiembre se oficializan los candidatos a diputados nacionales y el 25 de octubre es la fecha de los comicios. También juega en esto la posibilidad que el gobierno nacional suspenda las PASO.
En este escenario podría filtrarse y trabajar el gobierno, con Alberto Weretilneck en la cancha como favorito al frente de la campaña por la reforma Constitucional y en apoyo a sus candidatos nacionales para la Cámara Baja. Esto es, instalar como prioridad al pago chico, volver a “alambrar la provincia”.
Luego hay otro plazo a tener en cuenta, ya que una reforma parcial tiene ciento cincuenta días (cinco meses) para su sanción (plazo prorrogable) a partir de la primera reunión de la Convención Constituyente. Podría sancionarse a fin del 2017 o principios del 2018, acto donde el gobernador juraría sobre una nueva Constitución que posibilitaría una nueva candidatura.
¿Podría el gobernador además ser primer convencional constituyente por JSRN? El artículo 114 sobre inhabilidades e incompatibilidades dice:”…la función de convencional es incompatible con el ejercicio simultáneo de otro cargo, empleo público nacional, provincial o municipal, electivo o no”. En este punto es donde algunos recuerdan a Massaccesi, gobernador en 1994 y además convencional constituyente nacional, junto a Pablo Verani , por entonces legislador.
Todo será materia opinable y seguramente con planteos y recursos judiciales ante la Corte Suprema, con fallos poco favorables en otros antecedentes, salvo que una ayuda del gobierno nacional traiga buenos vientos.
En este contexto el gobierno analiza quienes serán sus candidatos a diputados nacionales, una determinación atada a la estrategia global de una posible nueva postulación del gobernador. No son muchos los nombres, no más de tres contando el cupo femenino.
Si todos los caminos se cierran para que Alberto Weretilneck pueda ser nuevamente candidato en el 2019, tendrá un espacio reservado para nominarse como senador por Río Negro y traccionar con su nombre, en tipografía destacada, la boleta electoral con la fórmula de JSRN para la próxima gobernación.
De esto tampoco se habla.