Mensajes y señales. ADN
No hay antecedentes de un suceso similar en la gestión. Alberto Weretilneck sintió el impacto cuando trabajadores de Desarrollo Social de Bariloche se hicieron presentes en el hospital andino para aprovechar la presencia del mandatario y reclamar por la falta de ejecución de programas sociales y la precarización laboral en el ministerio provincial.
El gobernador no le teme al mano a mano, es más se siente cómodo en la réplica. En Bariloche sucedió otra cosa: se sintió solo. Nadie lo acompaña en la gestión, con eficiencia, dando la cara, haciendo política y jerarquizando el cargo. Y qué decir de la seguridad, las tareas de inteligencia y las medidas para prevenir el mal rato. Soledad en el equipo.
Los empleados pidieron la renuncia del Fabián Galli, un hecho casi simbólico porque “es de libro” que en la política y bajo presión, no se echa a nadie y si quedaban dudas el propio Weretilneck se encargó de remarcarlo: “cuando cada gremio pida una renuncia, más confirmado estará”.
La política también se hace con mensajes y señales y Galli no debiera estar tranquilo por esa confirmación. La lectura tendría que ser a la inversa.
El gobernador está solo, aunque no sienta esa sensación cada vez que visita una localidad y toma contacto con los vecinos. Está solo conduciendo la provincia, y esto se refleja en las encuestas que marcan un alto grado de aceptación a las visitas de Weretilneck por ciudades y localidades, pero que decae la aprobación cuando se pregunta sobre la solución de los problemas. De nuevo la soledad.
Sus funcionarios –salvo excepciones que confirman la regla- no atajan nada, es más, algunas pelotas que van afuera la meten adentro. Lo dijimos en otras oportunidades desde éste mismo espacio. Hay comodidad, nadie arriesga y dejan que todo lo resuelva el gobernador o el tiempo. No se trata sólo de Galli, sobran ejemplos en el gabinete. Muchas sombras.
Weretilneck se molestó por el momento que vivió en Bariloche. Nunca le había pasado. El mensaje llegó al gremio de ATE y Rodolfo Aguiar creyó que era necesario enviar una señal.
Desde que arribó a la secretaría de Trabajo Lucas Pica, se abrió una puerta para reiniciar el diálogo entre la Asociación de Trabajadores del Estado y el gobierno provincial. Ante los hechos de la última semana Pica declaró que las circunstancias determinan que de esta manera no se dialoga.
Rápido Aguiar respondió que se privilegia el diálogo y que se suspendían las medidas de fuerza, salvo el paro nacional resuelto por la CTA.
Mensajes y señales. Son tiempos de conflictos. Los reclamos gremiales se repiten en la reapertura de paritarias. Sucedió lo que todos pronosticaban: las circunstancias llevaron a los sindicatos a cerrar a principios de año un aumento del orden del 20 por ciento, pero la sombra de la inflación sobrevoló todas las negociaciones paritarias y tanto patrones como trabajadores presentían que llegaría el momento de las actualizaciones salariales. El segundo semestre comenzó con restricciones económicas: no hay plata para aumento de sueldos.
La situación supera incluso a la actividad en el Estado. Un reciente documento de la CGT Zona Atlántica alertó sobre actitudes «liberales» en el gobierno provincial y pide que no haga como el gobierno nacional de escuchar sólo a los empresarios.
El gobierno conoce sus limitaciones presupuestarias, pero también sabe que los gremios tienen en las medidas de fuerza una herramienta de presión y reclamo. No siempre se transita el camino pavimentado, sin baches, que propone UPCN en su historia dialoguista.
Son tiempos de cintura política, de flexibilizar posturas y de liberar tensiones, en tanto el Estado tiene la primera responsabilidad en garantizar la paz social.
La ministra Silva reiteró a la UNTER que no habrá reapertura paritaria, un mensaje que cae en saco roto cuando llega a los docentes, que insisten en un aumento de sueldos del orden del 20 por ciento. También prometió descontar los días de paro y extender las clases hasta diciembre para cumplir con el calendario de 189 días de clases. Posturas contrapuestas.
Los docentes tienen capacidad movilizadora y hay acompañamiento de CTA, ATE y Judiciales.
Otros gremios duermen. Quedan tres meses para finalizar el año y llegan las vacaciones. Recesos en las escuelas, la Justicia y la Legislatura y en el resto de las actividades lo que no se logre ahora, difícilmente se pueda reclamar en la época estival.
El gobierno permanecerá intransigente, los gremios están en línea con el reclamo nacional. Un estudio de la consultora Analogías reflejó el creciente malestar entre los trabajadores por la situación económica y un apoyo mayoritario a que se reabran las paritarias y la posibilidad de que el sindicalismo lance un paro general contra el Gobierno.
Según el sondeo el 57,2% de los encuestados consideraron que la situación de los trabajadores empeoró durante el nuevo Gobierno (de hecho, un 32% piensa que la situación del sector es «mucho peor»).
Este es el clima. El bolsillo de los trabajadores es el termómetro que mide la sensación térmica, que con un poco de viento siempre es mayor a la temperatura real.(foto ANB)