En Cipolletti, más de 18 mil personas viven en asentamientos irregulares
En Cipolletti, 18.200 vecinos viven en asentamientos irregulares y más de seis de cada 10 ocupaciones tienen en su interior o a escasos diez metros un factor de riesgo: la ribera del río o un arroyo, un camino de alto tráfico o las vías del tren, señala un relevamiento de la ONG Techo, que hoy publica el sitio digital de La Mañana de esa ciudad, en un nota de Guadalupe Maqueda.
En los últimos tres años la población de las tomas creció un 16%. La ciudad concentra más de la mitad de los barrios informales que georreferenció la organización social Techo en el Alto Valle de Río Negro, donde existen 54 asentamientos de esas características.
Del relevamiento emerge otro indicador que derriba el mito de que las tomas en la ciudad fueron orquestadas por punteros políticos. “Casi siete de cada 10 asentamientos se constituyeron de manera espontánea y paulatina, es decir, no fueron organizadas”, sostuvo Bascuñán, titular de la ONG Techo.
Según este relevamiento hay en Cipolletti, 3960 familias empobrecidas y desperdigadas en 28 asentamientos, uno menos que en 2013. Viven en hogares precarios y contiguos, prácticamente sin servicios básicos, no tienen el título de las tierras y muchos recorren enormes distancias para acceder a un hospital, a una escuela o a un jardín de infantes.
En comparación con el registro de 2013, los referentes de la organizaciòn Techo indicaron que sólo Puente 83 Sur no entró en el relevamiento, pues sus habitantes consiguieron el título de la propiedad, una de las variables que la organización tiene en cuenta para considerar un asentamiento informal. Aun así, se advirtió que en la ciudad la cantidad de vecinos que vive en estos sitios, lejos de descender, aumentó un 16%.
De acuerdo con las encuestas realizadas, hay 550 familias más que hace tres años atrás. “Existen prácticamente los mismos asentamientos informarles, pero con más familias viviendo”, comentó la directora general de Techo en Río Negro y Neuquén, Mariana Bascuñán.
De acuerdo a la información brindada por este estudio, las tomas no son un fenómeno de los últimos años, sino un problema de falta de políticas públicas. En Cipolletti tienen más de 23 años de vida, en promedio, pero ni por antigüedad son incluidas a la traza urbana.
También se indica que en estos asentamientos la mayoría al menos una vez se organizó para mejorar la calidad de vida del conjunto, sea para instalar un salón comunitario, tener un comedor o paliar una inundación. Eso lo hicieron siete de cada diez asentamientos y hay más ejemplos.
La directora regional de Techo, Soledad Balan, reconoció que desde el primer relevamiento que hicieron en 2013 al segundo, este año hubo muy pocos avances. “Tenemos una Argentina que nos preocupa, donde 2 de cada 10 personas de Cipolletti viven en asentamientos y sus derechos son vulnerados. Desgarra tanta injusticia social”, sostuvo.
Junto a la referente zonal Mariana Bascuñan y la directora del Centro de Investigación Social, Marina Morgan, consideraron que es una problemática de gran magnitud que debe ser prioridad en la agenda de los gobiernos y que el camino a seguir pasa por integrar a estas familias a la trama urbana. “Es complejo, pero no imposible”, acotó Bascuñan. Por su parte, el intendente Aníbal Tortoriello aseguró: “Como vecino y cristiano, erradicar la pobreza es una premisa personal”.