Una buena idea con déficit de consenso y método
Mientras la fruticultura tradicional es ridiculizada por la opulencia del petróleo, jaqueada por costos en alza, saturada de trabas comerciales, impositivas y sanitarias, condicionada por políticas cambiantes y condenada por bajos rendimientos y tecnologías desactualizadas, las iniciativas para rescatarla aparecen escasas, tibias y descoordinadas. Y hasta tímidas en difusión. ¿No querrán que los propios interesados se enteren?
Las últimas semanas hubo novedades sobre un plan armado, ajustado y presentado por una parte del Gobierno de Río Negro, que encabezó el Gobernador Weretilneck. Si bien aparentemente al Presidente Mauricio Macri le interesó la propuesta, a tal punto que pocos días después desembarcó en el Alto Valle uno de los operadores económicos fuertes del Gobierno como es Gustavo Lopetegui, ex CEO de LAN Argentina. Llegó para trabajar y ajustar el proyecto de una nueva fruticultura con los actores de la actividad, una propuesta que adolece a priori de algunas fallas de concepción.
Como reacción (o complemento) a esa presentación en Buenos Aires, hace unas semanas que vienen traccionando desde Río Negro, y en parte desde Nación, una iniciativa para trabajar el tema frutícola “con los jóvenes”. Utilizando el paradigma de que “con los viejos” ya no se puede hacer nada constructivo, menos en el mediano plazo.
De esta manera se convocó a unos 200 productores “sub40” para intentar generar ideas, compromiso y participación para encarar la fruticultura de los próximos 20 años. Las invitaciones fueron reservadas y cuidadosamente seleccionadas. No se convocó a ningún organismo de Neuquén, ni al INTA, ni a la Federación de Productores. Tampoco Cámaras, Colegios, Gremios, ni Universidades. Quizás por lo extraño del mensaje de convocatoria y lo difuso de las intenciones, solo participaron cerca de 50 productores (número nada despreciable) de un encuentro realizado el jueves en el Hotel de la Fundación Cultural Patagónica en General Roca.
Abrieron la ronda de exposiciones por Río Negro Alberto Diomedi y Alfredo Palmieri (dos de los padres del plan presentado a Macri), pero se retiraron luego para dejarle protagonismo y presencia al Ministerio de Agroindustria en las personas de Juan Machera y del Secretario de Agricultura Ricardo “Ricky” Negri. Diomedi y Palmieri solo regresaron para el cierre de la Jornada.
Culminado el encuentro, algunos asistentes, de los que hicieron varios kilómetros para llegar y que tienen el ojo adiestrado en estos procesos, dejaron trascender su parecer, como por ejemplo que ninguno de los actores principales de la actividad conocian el plan presentado a Macri, que no cuenta con aval generalizado y que no participó en su elaboración la otra provincia involucrada (Neuquén), que se enteró por los diarios. No hubo participación ni consulta a productores, ni siquiera a los “de punta”. Tampoco fue tenida en cuenta la opinión de empresarios ni instituciones del sector. Todos estos detalles, más otros tantos que se pueden recoger fácilmente recorriendo y escuchando a los protagonistas del medio frutícola, dejan herida a esta iniciativa, por no dotarla de un insumo necesario (pero no suficiente) para su éxito, como es el apoyo social y participación de todos los actores.
La dinámica se fue construyendo durante el día con presentaciones y talleres a cargo de reconocidos especialistas de la Universidad de Buenos Aires (Sebastián Senesi) en temas de agronegocios e integración de cadenas productivas, quiénes hicieron mucho foco en la necesidad de participación y continuidad, poniendo como casos de éxito el trabajo en otras cadenas productivas del país. Mediante trabajos de taller, se identificaron tanto los riesgos como oportunidades para la fruticultura de los próximos años y se reflexionó (muy constructivamente) sobre cómo generar espacios y procesos que pudieran aprovechar estas oportunidades.
El Secretario de Agricultura Negri, estuvo durante una hora al mediodía, y remarcó la necesidad del trabajo en conjunto con cierta metodología y la voluntad de separar los temas de coyuntura de aquellos otros de mediano y largo plazo. No dió precisiones de cómo seguir, y delegó la tarea en un taciturno Machera, que asentía desde el fondo del salón.
Llegó el turno de analizar un ejemplo local y Senesi presentó a Diego Gordon, para contar la iniciativa Tomate Patagonia que se lleva adelante en Valle Medio, como ejemplo de integración entre empresas y productores, construcción de confianza y mirada de mediano plazo, todo surgido a partir de una fuerte crisis de la horticultura hace 9 años. Gordon remarcó la importancia del trabajo conjunto, del liderazgo, de los espacios de encuentro y de la construcción de la mirada trascendente a la coyuntura.
Por último el consultor holandés Peter Revensbergen, invitado para la ocasión, realizó una presentación destacando la reunión y el potencial que tiene la fruticultura del Valle. Dio algunas definiciones de tendencias comerciales y consejos sobre cómo debería organizarse la producción y comercialización regional.
Para cerrar, y pese a que habían regresado Diomedi y Palmieri, Machera reivindicó lo planteado por Negri respecto a la voluntad de trabajo conjunto y se despidió sin dar ninguna pista sobre como continuaría (si continuaría) este proceso.
Los puntos bajos: poca convocatoria, poca representación, mucha incertidumbre sobre los objetivos, pobre metodología.
Los puntos altos: entusiasmo de los productores, ejemplos locales y dinámica que mantuvo un clima de trabajo intenso de 9am a 17hs con muy poca deserción.
“Ojalá que esta reunión no quede atrapada entre internas políticas y egos desmedidos, y pueda iniciarse un proceso que sortee los desafíos que se le presenten. Deberá haber constancia, liderazgo, metodología y participación”, resumió uno de los convocados que prefirió el anonimato.