La reunión de intendentes convocada por el gobierno movió el avispero político
(ADN).- Predecir un verano tranquilo en política siempre es un albur. A la aparente calma donde la mayoría de la dirigencia trata de buscar un descanso y prepararse para el trajín de un año electoral, le llegó la convocatoria del gobierno a los intendentes para conocer los proyectos de obras de cada localidad, encuentro al que han sido invitado los presidentes de los bloques parlamentarios.
Rápidamente desde la oposición se percibió que tras una inocente convocatoria existe la intención del oficialismo de ofrecer «el abrazo del oso». Es decir comprometer a cada jefe comunal para avalar el plan de obras que será motivo para endeudarse en dólares, para lo cual se necesita una ley de la Legislatura y la autorización del gobierno nacional. Un paraguas protector nacido desde el poder territorial de los municipios.
Oficialmente el gobierno anunció que el martes próximo, a las 12, en el Salón Gris de la Casa de Gobierno, se presentarán los proyectos de los equipos interministeriales, en el marco del Plan de Inversiones para el Desarrollo Productivo, Energético, de Infraestructura y Equipamiento “Edgardo Castello”.
La información se difundió tarde porque cuando apareció su publicación en la página oficial del gobierno, el tema ya había ganado la calle 48 horas antes y era motivo de diversos análisis políticos que trataban de responden al objetivo del Ejecutivo de incluir a los municipios en la búsqueda de consensos y obtener la aprobación de la toma de dinero en el mercado internacional.
A pesar del letargo estival la oposición reaccionó con agilidad, a medida que se conocían las invitaciones que fuera de toda formalidad, hicieron –por ejemplo- el ministro de Gobierno, Luis Di Giácomo al intendente de Cipolletti, Aníbal Tortoriello y el titular de Obras Públicas, Carlos Valeri, al jefe comunal de Sierra Grande, Nelson Iribarren, entre otros mensajeros.
Esta Agencia de Noticias realizó un relevamiento para conocer las posiciones a adoptar en Cambiemos y el Frente para la Victoria, donde se manifestó en principio cierto grado de desconfianza de convertirse en la claque del espectáculo, con inciertos beneficios.
Desde el FpV hay coincidencia en que si se pide la opinión y un plan de obras locales a los intendentes, los recursos que se obtengan tienen que ser destinados directamente a los municipios que serán los encargados de ejecutar las obras, donde el gobierno sólo es “un pasa mano” como con la coparticipación y que a la vez se constituya un fondo específico a esos fines, sin que se pueda torcer el destino.
Del lado de los intendentes de Cambiemos, se conoció que se está organizando una reunión de jefes comunales del sector para fijar una posición en conjunto, que podría llevarse a cabo este fin de semana o el lunes, en oportunidad de la visita del ministro Bergman a Bariloche, para asistir a un acto en el SPLIF.
En el espacio de la oposición hay desconfianza. Se recuerda el destino final de tantos millones que llegaron por los contratos petroleros y además en voz baja se coincide en la posibilidad de convertirse en el “pato de la boda”, para que el gobierno logre un aporte de dinero que termine financiando a la política y las campañas electorales. El destino final que tuvo el recurso derivado de los contratos petroleros fue el ejemplo remanido de intendentes y legisladores de la oposición.
Por otra parte muchos intendentes lograron una relación directa con el gobierno nacional y de esta manera consiguieron obras para sus localidades, como es el caso de la pavimentación urbana en Cipolletti y General Roca, entre otras, y en la próxima semana se anunciarían 50 cuadras para Villa Regina.
También según pudo conocer ADN, desde el gobierno nacional se tiene un ojo de vigilancia sobre los números de Río Negro, un tema adelantado por la administración del presidente Macri que anunció el monitorear las cuentas provinciales.
La lectura en el gobierno nacional es que en Río negro no hay signos de austeridad ni plan de contención del gasto público, con una estructura poblada de funcionarios y un incremento en la planta de empleados públicos y en gastos corrientes, un tema en donde también los intendentes dudan de las últimas medidas anunciadas por el gobernador Weretilneck, quien a su vez se muestra optimista en lograr financiamiento externo y sanear las cuentas , donde además sumó gestiones de buenos oficios del Banco Patagonia con el flamante ministro de Finanzas Nicolás Dujovne, un viejo conocido de la entidad bancaria brasileña.