Gobierno vs. CAME: «No hay invasión de importaciones»
El Gobierno saldrá a contestar de manera fuerte a una acusación que sobrevuela la economía argentina: para el macrismo, no hubo invasión indiscriminada de importaciones. Esto incluye tanto 2016 como lo que va de 2017. Y afirmará, además, que tampoco la habrá. Y que si hay algún problema, este sería puntual en algún rubro determinado por las propias características del mercado. Promete además el Gobierno que de producirse alguna distorsión, está dispuesto a atender la situación desde el Ministerio de Producción de Francisco Cabrera y, eventualmente, tomar medidas correctivas.
Así lo adelantó el diario Ámbito Financiero, que publicó que para el Ejecutivo resulta ahora imprescindible dejar claro ante el público que no hay invasión de importados, ya que una vez que la opinión pública quede convencida, la herramienta podrá utilizarse con mejor eficacia. En la carpeta inmediata del macrismo figura la apertura de las fronteras aduaneras para la tecnología, con un primer paso para las notebooks, tablets y partes de computadoras, para avanzar en un segundo momento con celulares y aparatos de telecomunicaciones. El Gobierno quiere también despejar ante el público la duda sobre la existencia de una invasión de importaciones, para tener también la herramienta disponible para la eventualidad de tener que utilizarla en una situación más compleja: como aumento de la oferta para sectores donde la demanda se incrementa de manera peligrosa y con mayor presión inflacionaria.
Según los números oficiales a partir de las mediciones del INDEC de Jorge Todesca, el año pasado hubo un superávit comercial de u$s2.128 millones luego de un 2015 con un déficit de 2.969 millones, fruto de una caída de las importaciones del 6,9% y de un incremento de las exportaciones en 1,7%. Estos datos primarios mostrarían que, para el Gobierno, hay que descartar que en el primer año de Mauricio Macri haya existido, sin más, una invasión importadora descontrolada. En el desagregado de 2015, el INDEC muestra además que las importaciones que más bajaron fueron las de combustibles y lubricantes (30,7%), bienes intermedios (14,4%) y piezas y accesorios para bienes de capital (10,8%). Sin embargo, hubo alzas importantes en vehículos automotores de pasajeros en un 33,5%. Para el Gobierno hay una explicación transparente: se trató de las consecuencias de la apertura para las compras del exterior de unidades de alto valor agregado y precio, luego de la deconstrucción parcial del impuesto a los automóviles de lujo. Para el macrismo, durante 2015 hubo más importaciones de vehículos de alta gama, pero por una cuestión estacional y para abastecer una demanda insatisfecha que no afectó el mercado interno de las terminales automotrices. También hubo un incremento el año pasado en las compras del exterior de bienes de capital (2,2%) y de consumo (9,1%). En el primer caso se trata, para el oficialismo, de mayores importaciones de máquinas herramienta y bienes para producir más bienes por la percepción de mejora de la economía en 2017. La situación es más compleja en los bienes de consumo. En el desagregado se muestran aumentos de 16,2% en el rubro artículos de consumo semiduraderos y los alimentos y bebidas destinados para el hogar. En estos rubros se incluyen los textiles y una batería de alimentos y bebidas que tuvieron alzas porcentuales mayores que las del promedio general, y que en algunos sectores superaron el 30%. Para estos casos el Gobierno tiene otra explicación. Asegura que se trató de la normalización en la aprobación en los primeros cinco meses del año pasado de ingresos de contenedores retenidos en los últimos meses del kirchnerismo, y que distorsionaron las estadísticas finales. Pero que en el segundo semestre, la situación se controló. Y que, otra vez, no hubo «invasión».
El Gobierno asegura que tampoco se puede considerar que esto haya sucedido en el primer mes de 2017, únicos datos registrados hasta el momento. Según el INDEC, hubo un déficit en enero de 106 millones de dólares; con aumentos de 9,3% en las exportaciones y 7,1% en las importaciones. Y que es verdad que se registró un alza de 19,7% en los bienes de consumo. Se reconoce que puede haber un problema en los productos semiduraderos, con alzas de 29,2% y de alimentos y bebidas con un 45,8%. La explicación oficial es similar a la de 2016. Según el macrismo, se trata de una situación absolutamente estacional derivada de las políticas de las propias empresas, y no de una consecuencia de la apertura indiscriminada de las fronteras. Para defenderse, se promete también que la situación se normalizará hacia marzo y que los datos finales de 2017 serán muy similares a los del año pasado.