Senado:Boudou tuvo que ponerle límites a Pichetto
Capital Federal.- El jefe del bloque kirchnerista, Miguel Pichetto, estalló cuando la oposición quería debatir temas que estaban fuera del orden del día. “¡No saben el reglamento!”, protestó y pidió restringir la palabra. “Lo discutimos mañana”, lo cortó el vicepresidente y abrió la lista de oradores.
La sesión del Senado se desordenó como pocas veces esta tarde, cuando la oposición se plantó ante Pichetto para exigirle abrir el debate sobre su proyecto para repudiar la última tapa de la revista Noticias.
El caos de acusaciones y palabras cruzadas fue cortado por Amado Boudou, quien para eso tuvo que poner en caja a Pichetto, no siempre benévolo con el presidente de la Cámara.
“¡Habíamos arreglado en la reunión de labor parlamentaria que hablaba 5 minutos por bloque!”, gritó Pichetto, cuando el vicepresidente abrió la lista de oradores. “Bueno Pichetto lo discutimos mañana”, lo cortó y repartió la palabra.
“¡Nunca acordamos restringir la palabra! ¡Si no quieren debatir no traten el tema!”, protestó Adolfo Rodríguez Saá. Pichetto empujó su micrófono y respondió con el tipo gesto de hagan lo quieran.
La discusión se repite en cada sesión. La oposición plantea cuestiones de privilegio, como se demoniza a cada tema que se trata por fuera del orden del día. Pero luego no respeta el supuesto acuerdo para que sólo hablen 5 minutos por bloque y Pichetto estalla y denuncia que no se cumplió el acuerdo.
El reglamento establece que las cuestiones de privilegio deben tener un tratamiento de diez minutos para que luego su presidente disponga su pase a la Comisión de Asuntos Constitucionales, “salvo que la Cámara, con el voto de las dos terceras partes de sus miembros presentes, disponga su tratamiento preferente”.
La sesión de hoy tenía muchas cuestiones de privilegio, la mayoría sobre las crisis de Córdoba, Jujuy y Santa Cruz. Pero la diferencia fue que esta vez el oficialismo tenía la suya que, a diferencia de las de la oposición, iba a ser aprobada sin problemas.
El caos se inició unos segundos antes, cuando Norma Morandini, del Frente Cívico cordobés, intentó continuar un planteo sobre Córdoba y Boudou la frenó ante los gestos de fastidio de Pichetto.
“¡Los senadores de esta Cámara no conocen el reglamento!”, gritó le jefe de bloque k, quien como muestra de autoridad, le cortó la palabra a Aníbal Fernández, cuando estaba dispuesto a hablar de los incumplimientos de José Manuel de la Sota.
Cuando la situación se repetía con el debate por la tapa de Noticias, en un clima de griteríos cruzados como pocas veces se ve en el Senado, Pichetto le pidió a Boudou que no abra la lista de oradores y este lo frenó con un “Lo discutimos mañana Pichetto”.
Difícil relación
Boudou nunca fue bien recibido por Pichetto, quien lo defendió cada vez que fue atacado por la oposición con el caso de la ex Ciccone, pero fue implacable cuando se trató del manejo interno del recinto.
Cerca del vicepresidente le adjudican al jefe del bloque kirchnerista las amenazas de reducir el plantel de empleados que se difundieron antes de su llegada.
Los propios delegados de la Asociación de Personal Legislativo (APL) se sorprendieron cuando conocieron al ex ministro de Economía y supieron que esos rumores eran falsos.
Los roces siguieron al momento de discutir las autoridades de la Cámara. Pichetto se plantó cuando supo que el prosecretario administrativo, Mario Daniele, iba a ser reemplazado por un militante de La Cámpora.
Se descargó con el secretario administrativo, Juan Horacio Zabaleta, mano derecha de Boudou.
La búsqueda de votos para el fallido pliego de Daniel Reposo como procurador general también los tuvo en veredas separadas. Pichetto intentó sumar aliados pero cuando vio que los números no daban se lo hizo saber a Carlos Zannini y dejó a Boudou caminando por los pasillos.
Los desencuentros en el recinto demuestran que Pichetto lejos está de querer abandonar su rol agresivo para con la presidencia, del que hizo gala en tiempos de Julio Cobos.
Boudou, por su parte, intentó dejar atrás su perfil burlón y agresivo con la oposición que tenía en el Senado por sus pasos como ministro de Economía.
Y fue generoso en el uso de la palabra, a expensas de las malas caras de Pichetto. Hoy tuvo que poner su autoridad, sobre todo con el jefe del bloque oficialista.
LPO