Sensaciones. ADN
A las elecciones la definen los números, a pesar de las sensaciones que se viven en momentos en que se conocen los resultados de las urnas, que luego se diluyen con los datos oficiales.
Ayer esto sucedió con el desempeño de Cambiemos en las elecciones rionegrinas. Los resultados de la alianza macrista imponían la sensación de una gran elección de Matzen, cuando en realidad lo que se mostraba era la debacle de Juntos Somos Río Negro y un triunfo importante de FpV, donde María Emilia Soria dobló en votos a Lorena Matzen,
Cuando se esperaba que la pelea electoral era entre FpV y JSRN, nada de eso sucedió. Por el contrario y lejos del peronismo, el oficialismo rionegrino quedó tercero con 18.06 por ciento, un punto abajo de Cambiemos.
Cambiemos, integrada mayoritariamente por la UCR en la provincia, tuvo una buena elección, si se la compara con el magro tres por ciento de Horadio Massaccesi, en 2015, pero fue menor su caudal de votos respecto de las últimas presidenciales donde Mauricio Macri tuvo el 22 por ciento en Río Negro, mientras que ahora llega el 19.07 por ciento.
La derrota del oficialismo de Juntos Somos Río Negro, donde en varias localidades resignó el protagonismo en manos de Cambiemos e incluso del CC-ARI, como en el caso de Viedma, revaloriza la actuación de Lorena Matzen.
Por otra lado el desempeño del peronismo, siempre en los guarismos históricos, frente al retroceso de JSRN, podría aspirar a colocar a dos representantes en la cámara baja del Congreso, de mantenerse estos números.
María Emilia Soria alcanzó el 40 por de los votos, con 148.987 sufragios, mientras que en el 2013 cuando fue electa diputada nacional había llegado al 42 por ciento, con 140.484 votos. En esa elección -en el tramo senadores- Miguel Pichetto, también tuvo el mismo porcentaje; Magdalena Odarda el 18 por ciento y Miguel Saiz (UCR) el 10 por ciento.
Si el peronismo mantiene su caudal histórico, entonces hay que poner la mirada en el oficialismo de Juntos Somos Río Negro, que perdió 32 puntos respecto del 2015, una fuga de votos sorprendente.
¿Dónde están esos 22 puntos que se escurrieron de la adhesión a Alberto Weretilneck?. Podría decirse que 16 puntos que eran radicales viraron a Cambiemos y sumados al 3 por ciento que obtuvo la UCR con Massaccesi, alcanza los actuales 19 puntos del macrismo. El resto de los siete puntos, corresponde al sector kirchnerista rionegrino que no quiso votar a Pichetto como gobernador, y se volcó al FpV aumentado el porcentaje del 33 por ciento del 2015 a los 40 actuales. Todo en el terreno de los análisis y conjeturas que nos permiten las matemáticas.
Odarda también perdió votos respecto a su elección a senadora. Obtuvo el 13.52 por ciento y en el 2015 había llegado al 18 por ciento. Cabe señalar que las encuestas previas daban al CC-ARI un empate con Cambiemos en el orden del 15 al 16 por ciento. La diferencia entre unos y otros finalmente fue de alrededor de cinco puntos.
Usina nuclear
Un párrafo aparte merece el debate por la usina nuclear en la costa atlántica rionegrina. Ayer Alberto Weretilneck, en declaraciones a la prensa, volvió a minimizar el impacto de esta radicación al señalar que la elección de Cambiemos en Viedma, desmitificaba la oposición al proyecto nuclear.
El gobernador volvió a errar en el análisis, porque los costos de este proyecto que es nacional e impulsado por Mauricio Macri, los pagó exclusivamente el gobierno provincial.
La dirigencia rionegrina de Cambiemos hizo «mutis por el foro», no defendió a la usina, esquivó el tema, José Luis Foulkes, prefirió eludirlo y Matzen, no lo tuvo en su discurso.
La defensa fue sólo del gobierno y principalmente en la voz de Weretilneck.