El minué de la crítica y el blindaje
(ADN).- No es nuevo. Fabián Galli es, quizás, el ministro del gabinete de Alberto Weretilneck que recibió más cuestionamientos por el desempeño de su gestión al frente del ministerio de Desarrollo Social.
Ahora ATE –una vez más- le pide al mandatario el alejamiento del funcionario y califica a su gestión como “desastrosa”. Pero también la respuesta es conocida.
Weretilneck ha dicho que cuando le piden la renuncia de un funcionario “lo fortalecen en el cargo”. Un estilo que tampoco es nuevo en la política y si de buscar antecedentes se trata, basta con recordar la administración del radical Miguel Saiz, donde pedir una renuncia significaba confirmación en el cargo.
Una regla no escrita de la política, que se fundamenta en que aceptar la renuncia de un funcionario del staff gubernamental es “un signo de debilidad”.
Pero luego el tiempo pasa y más allá de la ratificación coyuntural, queda el análisis de la gestión y el funcionamiento del organismo y sus consecuencias en la sociedad.
Si bien ahora se transita por un tema puntual, cual es la delicada situación de una menor de cinco meses agredida físicamente por su padre de 20 años, que fue detenido, el caso presenta antecedentes de violencia sobre la beba. O sea, que se podría haber evitado.
El hecho también puso a Fabián Galli en el centro de la escena y con pedido de renuncia junto con la separación del Secretario de Niñez, Adolescencia y Familia, Daniel Badié, solicitada por el legislador (FpV) Alejandro Marinao. El mismo reclamo hizo Matías Chironi de Nuevo Encuentro.
A esto se suma un pedido de interpelación al ministro de Desarrollo Social de Río Negro, presentado ante la Legislatura por el Bloque del Frente para la Victoria.
Más allá del destino de Fabián Galli, no se puede ocultar que hay un cuestionamiento a las funciones que cumple este ministerio.
Una larga lista de errores y gestiones erráticas se puede enumerar. La vulnerabilidad de las menores alojadas en los centros de atención de adolescentes; presupuestos no ejecutados en áreas sensibles como la violencia a la mujer y menores e intimaciones de la Justicia de Bariloche para que el Ministerio cumpla con los planes sociales. Así se suceden otras críticas como los contratos de empleados y la falta de jerarquización de técnicos y profesionales.
Tampoco se puede omitir, que se trata de un organismo que trabaja sobre la dermis más sensible de la sociedad, sobre la vulnerabilidad, la carencia, la desprotección y los sectores más desprotegidos, donde se requiere la presencia del Estado, no sólo en recursos, sino también en eficiencia e idoneidad de sus funcionarios.
En suma, un cuestinamiento más a Galli. Y otro probable blindaje político. Más desgaste para un Gobierno que hace mucho tiempo está mal calificado por los rionegrinos.