¿Piso y techo? ADN
El abrumador triunfo del peronismo en Río Negro, en las PASO del pasado domingo, arrinconó en torno del 20 por ciento a las fuerzas políticas que lo secundaron. Cambiemos con el 19.54 por ciento de los votos (72.969) y Juntos Somos Río Negro, el 18.48 (68.999), guarismos que señalan una ínfima diferencia, que si bien deja un resquicio para el entusiasmo, también puede haber una mayor captura de adhesión al FpV, como poner dos diputados en la cámara baja del Congreso. Todo es posible, aún para la CC-ARI con el 12.85 de los sufragios (47.984).
Como diría un conocido político rionegrino, la lógica en política sólo se da por excepción. Ante esta diferencia del Frente para la Victoria, que dobla en votos a sus seguidores, la cuestión es determinar si los números de la alianza macrista y del oficialismo rionegrino, son piso y techo, y hasta dónde pueden sumar para llevar un diputado al parlamento nacional.
La pelea será palmo a palmo y habrá que esforzarse en la estrategia electoral para saber en qué nichos hay que ir a buscar esos votos.
Esta elección nacional puso al gobierno de Weretilneck en un piso, ya que en las elecciones provinciales alcanzó un techo del 52 por ciento, que ahora demuestra que fue circunstancial.
Por el lado de Cambiemos, es su primera elección como tal, luego de la alianza del PRO con la UCR, acarició el 20 por ciento y si de buscar antecedentes se trata, hay que remitirse al 22 por ciento que obtuvo el presidente Mauricio Macri en esta provincia en el 2015.
Ese porcentaje, ¿también es piso y techo? El domingo Cambiemos alcanzó el 19.54 por ciento de los votos, no alcanzó el porcentaje del presidente y aventajó sólo por un punto a JSRN.
Este virtual empate significa el punto de partida para salir a cazar electores. Pero ¿dónde?
Salvo que salgan a “robarse” mutuamente, quedan pocos cotos de caza. Habría que descartar los más de siete puntos de las agrupaciones de izquierda, que se suponen que tienen un voto muy fidelizado. Al peronismo, más difícil aún y quedan los votos logrados por la CC-ARI, cercanos al 13 por ciento, que también se estiman difíciles de conquistar.
Queda el resto de los ciudadanos que votaron en blanco y los que no fueron a sufragar el domingo, pero que pueden hacerlo en octubre –aún si no hubieran justificado su no voto del domingo- y plantearse una estrategia distinta para conquistarlos y tentarlos a concurrir a las escuelas y elegir por una u otra opción.
La alianza macrista se entusiasma en que la nacionalización termine de convencer a los indecisos, tanto a través de los videos que circulan por las redes sociales con alegóricos recuerdos del gobierno anterior, las imágenes de ex funcionarios detenidos camuflados con casco y chalecos antibalas, como por la prédica que puedan tener sobre el electorado dirigentes nacionales como Lilita Carrió, Marcos Peña y otros que puedan visitar a Río Negro.
Cambiemos ya piensa en alcanzar esos votos.
Queda ahora en manos de Juntos Somos Río Negro, remontar el resultado del domingo pasado y rescatar los votos que le faltan en cada circuito y lograr un nuevo envión que lo ubique nuevamente en el centro de la escena ¿Nuevo discurso, nuevo pacto con los rionegrinos?
Ambas fuerzas políticas se encuentran en la misma situación. Les falta casi lo mismo para “meter un diputado”.
Que puede atentar contra esta estrategia de Cambiemos y Juntos Somos Río Negro: 1) que el peronismo aumente su ventaja a costa de ambos y 2) que la CC-ARI también sume desde esas canteras. Una posibilidad más remota.
Quedan dos meses.