Un esbozo de tácticas para afrontar el mobbing ● Augusto Costanza

En una sociedad asimétrica la dificultad que afronta el trabajador frente a un superior, grupo de pares que actúan en masa o incluso, un grupo de menor jerarquía pero abroquelados, es la de intentar un camino efectivo que lo lleve a resolver en su cotidianeidad el sufrimiento por el hostigamiento vivido día a día en su trabajo o fuera de él.

Hemos especificado en un artículo anterior (“Mobbing, La depredación del otro”) publicado en este medio que generalmente los atacados psicológicamente -en esto que se dió en llamar “acoso laboral”- suelen ser las personas más inteligentes del grupo, los más talentosos. El temor que abrigan los no talentosos frente al que descolla es una amenaza para su futuro laboral. Hay estadísticas que muestran el temor a perder su propio trabajo ante el avance de los nuevos jóvenes que poseen competencias en la interdisciplina y superan a sus pares o incluso, superiores.

La amenaza que representa para estos que “el talentoso” avance, crezca en la organización o se convierta en “la jefe o el jefe” es lo que motiva, no siempre, a idear un plan premeditado de acoso con el fin que el talentoso -dicho en jerga cotidiana- “se vaya solo”.

Esta es una de las infinidades de variantes del mobbing.

¿Hay alguna manera de afrontar este hostigamiento contínuo y resolverlo sin convertirse en víctima?

Algunas de las tácticas que se han pensado son las siguientes:

1.- Antes que nada el acosado debe “darse cuenta” de la situación que está viviendo. Tomar conciencia es esencial para resolver el problema.

2.- ¿Callar o expresar el hostigamiento? Se plantea que transparentar la situación de acoso es la mejor manera de iniciar un camino hacia su solución. Hay una frase que he leído que no recuerdo su fuente que decía algo muy interesante: “murió asfixiado por las palabras que nunca dijo”.

3.- El yoga u otra disciplina de relajación pueden aportar tranquilidad y calma a la mente del acosado, incluso ofreciéndole respuestas intuitivas. Asimismo se evita caer en “el día de furia” típico que es lo que a veces buscan los que motorizan este modo de anular al talentoso.

4.- ¿Que hacer frente a la difamación que se propaga en el ámbito del trabajo y fuera de él como causa del acoso premeditado? Afrontarla, expresar, hablar. El peor error suele ser callarse y acurrucarse en un rinconcito de su ser esperando que otro haga algo por vos.

5.- ¿Que hará el hostigador al ser enfrentado? Generalmente se repliega. Estudios psicológicos muestran que los acosadores suelen ser interiormente cobardes y ruines, sentirse inferiores a la persona a la que acosan, y cuando esta reacciona de modo “moderado y asertivo” -no agrediendo al agresor- y plantea la situación de un modo “seguro y directo” los acosadores suelen “batirse en retirada”.

6.- Una de las facetas que se evidencian ante el hostigamiento laboral es el asilamiento del acosado. Éste debe salir de él. Debe socializar, generarse grupos de pares donde conversar de todo y también esta situación que lo afecta día a día.

7.- También suele ser muy efectivo ampliar las competencias del hostigado. No quedarse anclado en ese lugar ni tampoco huir, pero mientras se afronta el problema de fondo, el hostigado sigue capacitándose para crecer, sigue apostando por su excelencia.

8.- Antes de la renuncia por no soportar el clima, recurrir a un abogado laboralista capacitado que lo asesore. Si no queda otra que irse, que sea con una estrategia de salida que lo sostenga un tiempo con una indemnización acorde al daño moral y psicológico sufrido.

9.- Asimismo buscar ayuda en terapia psicológica.

Hoy el mobbing es receptado casi pacíficamente por los tribunales de todo el país; y los terapeutas ayudarán al acosado a idear estrategias de salida del conflicto dentro de un contexto de salud y decisiones pensadas junto al equipo de letrados asesores.

 

Augusto Costanza.

Abogado U.B.A.- Posgrado de Aspirantes a la Magistratura de la Nación.

Centro de Estudios Legales del Sur.