El yacimiento de Allen, a punto de quedar sin subsidios de Nación
(ADN).- “Dando vueltas por tu cuarto, sin sentido, esperando algún milagro y no pasa nada”. El fragmento de una de las primeras canciones de Soda Estéreo, resume el estado de ánimo de quienes producen, controlan y viven del yacimiento gasífero Estación Fernández Oro (EFO) de la empresa YPF, ubicado en Allen, porque es muy posible que se “caiga” de los programas nacionales (subsidios) implementados para el “gas nuevo”, Si eso ocurre, su producción pasa a valer unos 4,2 dólares, en vez de los 7,5 dólares que le pagan hoy por cada millón de BTU que inyectan a la red. Una caída abrupta del 40%. Y esperan un milagro.
En silencio, en casos así, se juega la carta política. Ya sea a través de la Secretaría de Energía de la provincia (Sebastián Caldiero), o vía el propio titular del Poder Ejecutivo, Alberto Weretilneck.
“Están sacando cuentas, pero parce que está más afuera que adentro”, señaló un especialista del sector que transita los pasillos de las petroleras.
¿Qué cambió? Para incentivar la producción de gas, sobre todo en la cuenca neuquina (EFO lo está), la Nación fijó un sistema de incentivos o subsidios por el cual, al precio de mercado ( que hoy está en 4,2 dólares el millón de BTU), se le suman 3,3 dólares y se llega a los actuales 7,5 dólares por unidad de medida.
El sistema vigente estipula que será “incentivado” cada metro cúbico que se producía por encima de la curva de producción promedio del yacimiento. Todo para producir más, y no dormirse en los laureles.
Ahora, el Ministro de Energía, Juan José Aranguren, dispuso que habrá subsidios sólo a “los nuevos proyectos de inversión”. O como en el mundillo se conoce como “gas nuevo”. Ir a un área, perforar y desarrollarla. Como hace Tecpetrol, la empresa de Paolo Rocca, en el yacimiento Fortín de Piedra de Neuquén, donde invertirá 2.500 millones de dólares.
Está resolución, además, no contempla el declino. ¿qué es esto? Cuando se pone a producir, en sus inicios, un yacimiento tiene mucha presión, que va decayendo con el paso del tiempo. Desde YPF entienden que EFO, si bien no es gas nuevo, es de reciente descubrimiento, y que con determinadas inversiones, puede producir por encima de sus valores promedio. Pero ya no existe el anexo que contemplaba un 15% de declino natural en la producción para seguir con el precio sostén.
Esta situación puede disparar dos consecuencias primigenias: que YPF, si no hay precio diferencial, congele inversiones y frene el desarrollo de EFO. Para buscar con sus dólares, invertir en proyectos de “gas nuevo”, que los tiene y en buena cantidad en Neuquén. Y por otro lado, una considerable caída en la recaudación por regalías hidrocarburíferas que percibe la provincia.
La Nación, al pagar este subsidio, lo que hace es darle un empujón a las empresas para que inviertan y desarrollen sus yacimientos no convencionales. Por eso estableció un “sendero” de precios, por el cual las petroleras que se adhieran al plan recibirán un precio mínimo de US$ 7,5 el millón de BTU el año próximo, de US$ 7 en 2019, de US$ 6,5 en 2020 y de US$ 6 en 2021. Todo, porque sacar gas de arenas compactas en un proceso caro, y que insume bastante tiempo el desarrollo de los yacimientos.
Luego, quedarán a merced de las reglas del mercado, donde hoy se paga entre 4,2 y 4,3 dólares el millón de BTU.
Así las cosas, qué puede pasar entonces en Allen si queda afuera del precio subsidiado al gas en boca de pozo? Si YPF le pone freno de mano al yacimiento, puede haber una caída de hasta un 20% en los volúmenes de producción, y una pérdida de regalías.
Esperan un milagro intentando demostrar que se hicieron inversiones de riesgo, y que van por nuevos pozos. Que hoy la producción es muy buena. Tan buena que pasó de 2,3 a 2,7 millones de metros cúbicos al día de gas. Pero que si les mantienen el precio, y se invierte en los gasoductos que faltan y en la planta compresora, se puede llegara a los 4 millones de metros cúbicos diarios. Ahí hay una carta a jugar. Pero en YPF avanzan con escepticismo, porque el yacimiento estrella de la formación Vaca Muerta, Loma Campana, ya quedó afuera del plan gas nuevo, y su producción (seria de 1,5 millón de metros cúbicos al día), ya se paga a los valores usuales de mercado.
Hay otro argumento, que también necesitaría de lubricación política para su aceptación: Convencer a Aranguren que, en vez de importar gas a 7 dólares, que mantenga los 7 dólares a la producción criolla de modo tal de no resentir desarrollos, mano de obra, ni regalías.
Aranguren, con las estadísticas en sus manos que indican que el consumo domiciliario bajó un 25%, les dirá que las compras de gas al exterior son cada vez más esporádicas y solo ante picos estacionales de consumo. Podría, de ese modo, relativizar ese argumento.
De todos modos sabe el Ministro que, un poco, las empresas le van a ir a llorar la carta. Que con el gas a 4,2 dólares, hay algún margen de rentabilidad. Acotado, pero lo hay.