Macri relanza batalla con sindicatos y empresarios
(Por Liliana Franco*).- «Macri está convencido de la necesidad de ir en contra de todas las estructuras tóxicas que condenaron al país a décadas de pérdidas de oportunidades», señaló un hombre muy cercano al Presidente. Esas batallas hoy parecen estar concentradas en el frente sindical y esta es la razón por la cual el propio jefe de Gabinete, Marcos Peña, dio a entender en recientes declaraciones, que el Poder Ejecutivo no va a insistir en impulsar el proyecto de reforma laboral.
En el fondo, el primer mandatario no cree en las «grandes leyes», comentan en la Casa Rosada, y está muy conforme con los resultados obtenidos en las mesas sectoriales. El ejemplo emblemático es el acuerdo logrado entre los representantes de los trabajadores y empresarios petroleros, autoridades provinciales y la administración central que permitió incrementar la productividad en la actividad de Vaca Muerta.
Pocos saben que las mesas sectoriales es un tema que Mauricio Macri sigue personalmente y al que dedica las horas que demande. «El Presidente se arremanga y participa activamente de estas discusiones» apuntan en la Casa de Gobierno. «Su presencia y el seguimiento de la lista de temas, que Macri controla personalmente, hace que los acuerdos avancen y no se queden en meras comisiones en las que los participantes no logran mucho más que compartir un café», precisan.
Macri, dicen, sabe que la Argentina es cara y es su obsesión el bajar costos. Según su pensamiento, el tratamiento caso por caso de los distintos sectores es un mecanismo más directo y eficiente que la definición de cambios globales.
La participación en las mesas de negociación le permitió al Presidente no sólo ver las ineficiencias del Estado, sino también los sobrecostos que derivan de determinadas prácticas sindicales y empresarias.
La pelea contra «los malos sindicalistas» consiste esencialmente en no impedir ahora lo que el Gobierno anterior frenaba: que avancen las investigaciones contra determinados gremialistas que se encuentran en organismos como la AFIP o la Unidad de Información Financiera, especifican en medios oficiales. Uno de los casos más importantes y de largo trámite es el que supuestamente vincula al dirigente Hugo Moyano con cuentas no declaradas en Suiza.
Y también tomarían iniciativas como la elaboración de un proyecto que obligue a los sindicalistas a presentar declaraciones juradas patrimoniales y de interés. La fortuna de ciertos gremialistas es uno de los secretos mejor guardados, evalúan en el Gobierno, que está empezando a ver la luz como reveló los millonarios fondos -en dólares- que se le descubrieron al sindicalista Marcelo Balcedo en Uruguay.
El recorte de los fondos que reciben las obras sociales podría ser parte de la ofensiva oficial, entre otras medidas (algunas más arriesgadas) que se están estudiando en los despachos del Gobierno.
«La disputa no es contra algunos sindicalistas, sino contra un sistema que permite bolsones de corrupción», aclaran fuentes de la Casa Rosada y advierten que el enfrentamiento no es gratuito: el presidente Macri fue informado que «dos miembros del Gabinete nacional recibieron serias amenazas». La respuesta del primer mandatario fue que «no nos van a amedrentar, sigan adelante».
Empresarios, en la mira
En el Gobierno aseveran que los ilícitos y los problemas de sobrecostos que afectan a la Argentina no son responsabilidad exclusiva de ciertos sindicalistas sino que también hay «malas prácticas empresarias».
«Macri conoce bien a los empresarios, sabe de sus cosas buenas y de las malas -comenta un alto miembro del Gabinete- y está decidido a dar pelea en este frente también».
Por ejemplo, en el análisis oficial sobre los gastos de las obras sociales surge que uno de los principales rubros de costos son los medicamentos. Y no dejó de llamar la atención que los precios de las especialidades medicinales hayan aumentado por encima de la inflación desde fines de 2015. Según estudios privados, los precios de los medicamentos le habrían sacado 10 puntos de ventaja al promedio de los índices. Asimismo, hay sectores que cuestionan estos incrementos en momentos que, sostienen, es baja la inversión que realizan los laboratorios. «Y curiosamente, no he escuchado que los gremios se quejen por estas subas», deslizan con suspicacia en fuentes oficiales.
Todo indica que las próximas semanas serán complicadas. El Gobierno, según ratifican en el Palacio de Hacienda, está decidido a «defender a rajatablas» la pauta salarial del 15% y, en tal sentido, está enviando mensajes tanto a los sindicatos como a los empresarios.
La evaluación oficial es que continuar con la baja de la inflación es central para acelerar el demorado proceso inversor en el país. Particularmente, la inversión extranjera sigue sin reaccionar -se mantuvo en línea entre 2016 y 2017, rozando los 2.200 millones de dólares. Donde sí hubo «lluvia de inversiones» fue en el plano financiero: en los primeros once meses del último año se multiplicó casi por ocho, superando los u$s14.500 millones.
Macri aprovechará su gira por el exterior, particularmente en el Foro Económico de Davos, para explicar a la elite empresaria mundial que estas acciones son las que permitirán que la Argentina sea un país más atractivo para radicar capitales.
*Periodista, Ámbito Financiero.