Encuestas y estrategia electoral
(ADN).- Las dos encuestadoras a quienes recurre habitualmente el gobernador Alberto Weretilneck, muestran desde el año pasado un eventual triunfo de Martín Soria, para el 2019. Los muestreos de opinión ubican en alrededor del 40 por ciento el porcentaje de votos que se proyectan para el intendente de General Roca. Con datos inciertos sobre si es posible superar ese punto.
Este dato despertó la necesidad en el gobierno de pensar en estrategias electorales, siempre en base a los datos que señalan a Juntos Somos Río Negro en segundo lugar y tercero a la alianza Cambiemos.
El gobernador y sus íntimos, con la colaboración de asesores, piensan en introducir en las elecciones a gobernador y vicegobernador la segunda vuelta en caso que el ganador no llegue al 50% de los sufragios.
De esta manera Juntos piensa en el armado del partido del balotaje, donde confluiría para esa segunda votación con Cambiemos y de esta manera superar al FpV. Sería en realidad una alianza postelectoral entre el gobierno y el macrismo rionegrino, donde este apoyo podría significar abrir espacios en una eventual nueva gestión de JSRN. Una verdadera confluencia.
Pensada de esta manera parecería una estrategia posible ante cualquier desprevenido, pero esta incorporación del balotaje en las elecciones rionegrinas tiene mucha tela para cortar.
No sería tan simple y tampoco podría incorporarse la segunda vuelta a través de una simple modificación de la ley electoral.
Un poco de historia nos remite a la incorporación del balotaje en la Constitución Nacional de 1994 a través del Pacto Menem-Alfonsín, donde se tuvo sumo cuidado de fijar un criterio «pétreo» en temas electorales. El espíritu expreso de los convenciones nacionales fue dejar en claro que la materia electoral es de orden público.
Hay celos en los juristas en esta cuestión, de manera tal que se trata de evitar que los temas electorales puedan modificarse por normas de naturaleza legislativa, sobre todo a partir del concepto de evitar medidas autoritarias de los gobernantes.
De esta manera sólo se podría habilitar el balotaje, incorporando un artículo específico en la Constitución de Río Negro ¿Es posible?
Queda abierto el debate y sin duda se posicionarán opiniones desde uno y otro sector, con fundamentos vinculados exclusivamente con las próximas elecciones.
Nunca en Río Negro el actual sistema electoral rionegrino fue impedimento para que se exprese la voluntad popular y se preserven las instituciones.