Vieja polémica…
(ADN). – El tema no es nuevo. Lleva décadas de polémica y pone en juego importantes intereses provinciales que enfrentan a Río Negro y Neuquén con la provincia de Buenos Aires. Volvió el pedido de trasvasar agua del río Negro al Colorado.
Se reedita un controversial tema que siempre tuvo fuertes embates durante los gobiernos militares y que ahora la gobernadora María Eugenia Vidal reabrió la polémica. La mandataria bonaerense es la “niña mimada” del gobierno nacional de Mauricio Macri y dio muestras de lograr siempre lo que se propone. Basta el ejemplo de la reforma previsional que derivó 40 mil millones de pesos extras al primer Estado Argentino.
Precisamente la gobernadora Vidal anunció que quiere regar 1.100.000 hectáreas el sur bonaerense, trasvasando agua del río Negro al Colorado, una superficie que para algunos entendidos “es imposible”.
Se proyecta llevar adelante una conexión en la zona de Chelforó, la más estrecha de distancia entre los dos cursos de agua. Como el río Colorado está a mayor altura que el Negro, el desvío debe tener una pendiente hacia arriba derivando agua por bombeo.
Este tema debe ser atendido por el gobierno rionegrino. Si bien no está ajeno al conflicto que plantea la situación y además rige la ley 1906 de 1984, cuando con el regreso de la democracia la Legislatura vetó una norma de la dictadura militar y prohibió todo trasvasamiento del río Negro al Colorado.
Pero el pedido de agua no es sólo bonaerense, La Pampa también reclama un cupo de agua y en varias oportunidades pidió a Río Negro que derogue la ley 1906.
Aquel acuerdo Interestadual durante el gobierno militar de 1976 señalaba que la provincia de La Pampa debe tener a su disposición en el Colorado el agua necesaria para regar unas 85 mil hectáreas, mientras que la determinación de los cupos de agua permitiría avanzar con el trasvase, al determinarse la cantidad del recurso hídrico.
El reclamo pampeano también sirve a las pretensiones de la gobernadora de Buenos Aires de lograr el trasvase.
Asimismo, Neuquén también dejó sentada su oposición al trasvasamiento en el seno la Autoridad Interjurisdiccional de las Cuencas de los ríos Limay, Neuquén y Negro (AIC). El subsecretario Recursos Hídricos de Horacio Carvalho, declaró el año pasado que su provincia tiene proyectos pendientes para sumar unas 20 mil hectáreas bajo riego y dejó en claro que la prioridad debe ser usar el agua «dentro de la cuenca del Limay, Neuquén y Negro y no afuera».
Precisamente hay que tener en cuenta que en Río Negro también existen muchos proyectos de regadíos en los valles del río, sobre todo en el Medio e Inferior, que deben defenderse frente a la erogación actual del orden de los 300 metros cúbicos, que ha disminuido en sus registros debido no sólo a las represas, sino también por el uso de agua en otras actividades como el caso de las explotaciones petroleras.
El tema merece preocupación y ocupación. Más allá de las cuestiones técnicas y jurídicas la cuestión es política y de defensa de los intereses provinciales.
En el Comité Interjurisdiccional del Río Colorado (COIRCO), en abril del año pasado, la provincia de Buenos Aires presentó una nota en la que sostenía la «urgente necesidad» de asegurarse el riego de unas 600 mil hectáreas con proyectos productivos.
Esta posición recoge –entre otras- la opinión expresada en septiembre del 2016, que se conoce como el Acta Ascasubi, elaborada luego de una jornada sobre Aprovechamiento Integral de los Recursos Hídricos del Sur Bonaerense, que se llevó a cabo en el INTA de Hilario Ascasubi.
En la oportunidad representantes de la provincia de Buenos Aires, intendentes municipales del sudeste, organizaciones de productores y de diversas entidades suscribieron el documento donde en el punto 3, inciso c, se reclama la realización y/o adecuación de los proyectos de las obras necesarias para el aprovechamiento de los recursos hídricos del sur de la provincia, tales como riego de la margen norte del río Negro en el partido de Patagones y trasvase del río Negro al Colorado para mejorar calidad del agua de este último y desarrollo de nuevas áreas de riego en el interior de Patagones y el norte de Villarino.
En esa oportunidad, el legislador Alejandro Marinao (FpV) presentó una Declaración en la Legislatura oponiéndose y alertando sobre lo resuelto en Ascasubi. De esta manera se expresó la ratificación de la vigencia de la ley provincial Q nº 1906, a la vez que «se reafirman los derechos de la provincia de Río Negro de disponer sobre la cuenca hidrica del río Negro y definir los usos que beneficien el desarrollo de su territorio».
En los fundamentos de esta declaración se indica que «la provincia de Buenos Aires no puede arrogarse el derecho de disponer sobre la cuenca,, menos aún, pretender la realización del trasvasamiento de sus aguas a las del río Colorado·
Otro antecedente sobre el tema, lo constituye la reunión del cuerpo ejecutivo del COIRCO, el 13 de julio del año anterior, donde se analizó el avance del estudio de impacto ambiental de toda la cuenca para la realización del trasvase del río Negro y la distribución de los cupos de agua.
Para ese momento la provincia de Buenos Aires ya había realizado la petición para obtener un cupo de agua del río Negro, de 200 metros cúbicos, para regar unas 600 mil hectáreas en el sudoeste de su territorio.
En el COIRCO se insiste que la distribución del cupo de agua, dependerá del estudio que se está realizando sobre la cuenca, para conocer cuánto se puede trasvasar.
La estrategia de Vidal es hacer valer su actual poder político, pedir, insistir y finalmente logar un mayor cupo de agua. Conoce del apoyo que tiene del gobierno nacional y también en la Justicia, si en algún momento el tema se judicializa.