Morales y Larreta, se alejan de la receta del ajuste de Macri
Las cosas no parecen haberse tranquilizado luego de la cena de Mauricio Macri con los gobernadores radicales. Tampoco entre la tropa propia. Tras el convite presidencial, el gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, sostuvo que la situación económica “es muy complicada y se vienen meses difíciles”. Advirtió que a Federico Sturzenegger tendrían que haberlo echado antes y que deberían bajar la tasa del Banco Central. En el radicalismo, advirtieron que el gobernador no tenía otra que empezar a despegarse: “Macri en Jujuy mide muy mal”. El otro que salió en esa misma línea fue el jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, quien dijo: “Preocupados estamos todos”. En el Gobierno porteño advierten que Larreta junto a María Eugenia Vidal venían sugiriendo otras medidas, pero no son escuchados. Y apuntan al núcleo duro del jefe de Gabinete, Marcos Peña. Tanto radicales como el sector más político del macrismo apuntan a que la cúpula del Gobierno está encerrada en una única receta: el ajuste del FMI.
Primero hubo reuniones de integrantes de la cúpula macrista con los gobernadores peronistas “dialoguistas” (en especial, Juan Schiaretti y Juan Manuel Urtubey) y con Sergio Massa. Luego le siguió el reclamo del radicalismo de una audiencia propia. En el medio, vino el intercambio de chicanas con Elisa Carrió. Finalmente hubo reunión con la mesa política nacional y una cena con el presidente para distender.
No parece haber descontracturado demasiado a los gobernadores radicales, que salieron a decir en público lo que le habían señalado tanto a Peña como a Macri. El gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo, advirtió que “difícilmente se podrá instrumentar el ajuste en un escenario de recesión económica. Por eso es clave apuntalar a las pymes, que son generadoras de empleo y dinamizadoras de la economía. Igual que la obra pública”. Morales también planteó inquietudes sobre la situación económica: “Diría que no cubre las expectativas que tenía. Inclusive, tal vez, no cubre ni las expectativas que tenían las autoridades económicas que están conduciendo y tomando medidas. A esta altura, más allá de las explicaciones y problemas globales, creo que Sturzenegger se tendría que haber ido mucho antes, seguramente en diciembre”, remarcó.
“Los dos o tres meses que vienen serán difíciles y el desafío central del Gobierno nacional, me parece, es que los que tenemos responsabilidades en las provincias evitemos que caiga la economía”, remarcó el gobernador de Jujuy. “Hay que mantener el nivel de actividad hasta que los que tienen a cargo la conducción económica puedan ordenar algunas situaciones, como bajar la tasa de interés”, destacó. Esa fue una de las medidas que le reclamaron los radicales a Peña. “Cuando se ve a un gobierno débil entonces los actores de la economía aprovechan y sacan ventaja”, indicó el radical.
Sobre el affaire Carrió, Morales solo dijo: “Hay que tener cuidado con seguir debilitando Cambiemos y seguir generando ruido político en el marco de una situación económica muy delicada. No me parecen momentos buenos para estarnos chicaneando entre miembros de la coalición Cambiemos”.
En el radicalismo explicaron la salida de Morales por su necesidad política en Jujuy de empezar a despegarse de Macri. “Hoy el presidente mide muy mal en su provincia”, indicaban los correligionarios. Entre los radicales sigue primando la sensación de que no los están escuchando. “No van a tocar las retenciones. No van a inyectar plata a la industria o a las Pymes. Macri está dispuesto a morir en la suya”, dicen en la UCR sobre la imagen que se llevaron de la cena presidencia. “Y eso está atemorizando a los gobernadores radicales”, dicen.
No son los únicos preocupados. Hace tiempo que, sutilmente, Larreta viene comenzando a desmarcarse de la Nación. “Todos coincidimos en que estamos pasando una situación difícil, después de la turbulencia que hubo en el mercado producto del aumento de la tasa en Estados Unidos. La estamos superando pero hubo una situación complicada”, indicó Larreta. “Tenemos que volver rápido a esa senda de crecimiento”, indicó el jefe de Gobierno, quien viene observando las encuestas preocupado porque la caída de Macri lo termine arrastrando a él.
En el Gobierno porteño, en un profundo off the record, detallan que “Horacio se está desmarcando porque sabe que tiene con qué. Tiene su propio equipo con el que puede torcer este rumbo. Lo que buscamos es que la gente lo note”. En silencio, muy en silencio, aparece una idea que nadie dirá salvo que la situación empeore dramáticamente: la posibilidad de que Larreta suceda a Macri el año que viene, si este no está en condiciones de presentarse. No es un secreto que el jefe de Gobierno quiere ser presidente, aunque por ahora el plan oficial sigue siendo reelegir.
“No lo están escuchando a Horacio, que venía proponiendo otros caminos económicos”, indican. “Hace dos meses que no lo escuchan. El problema es Marcos, que condiciona cualquier mirada diferente”, apuntan desde la sede de Parque Patricios. Y advierten que Larreta no estaba de acuerdo con varias de las medidas que se tomaron. Incluida la decisión central de volver a pedir financiamiento al FMI. “En las fotos van a seguir saliendo juntos. Pero Larreta tenía otras soluciones a esta situación y no lo escucharon”, comienzan a rumorear por lo bajo.
Por ahora, el jefe de Gobierno tiene que afrontar el traspaso de Edenor, Edesur y tal vez Aysa, con el agujero que esto puede producir en las cuentas. “En esta discusión, la aliada natural es Vidal”, indican. Algunos comparan el peso que implicará ese traspaso con el momento en que la ex presidenta le trasladó el subte a Macri. No obstante, en el Gobierno porteño descartan que Larreta vaya a decidir un aumento masivo de tarifas en 2019. “Es políticamente inviable”, sostenía un funcionario, quien advertía: “Habrá que reasignar recursos que eran para obras. Se dejarán de construir pasos a nivel”.
(Fuente: Página/12)