Pato rengo
(ADN).- La movilización de ayer dejó varias lecturas y mensajes. Mostró la cara de la realidad provincial ya sea producto de las políticas nacionales como por defecto de la administración Weretilneck. Estuvieron representados los sectores que más sienten las consecuencias de las actuales medidas económicas: el sector estatal, los jubilados (CADEJUR), los centros de estudiantes, los trabajadores de la economía popular y gremios como UOCRA y empleados de Comercio afectados con crudeza por la desocupación, entre otros sectores. La discusión sobre el número de manifestantes es inválida frente a esta realidad a la que se deben sumar otras situaciones como la del sector frutícola, pymes y demás.
Ante una movilización similar en abril del año pasado, el gobernador minimizó esa protesta y estableció el número de manifestantes en 300 personas cuando los organizadores hablaron de más de 10.000. Ahora pretendió dejar en claro que ésta marcha era contra Macri, tratando de salvar su ropa.
Error, las consignas y cánticos escuchados en la puerta de la Casa de Gobierno desmienten ese argumento. Responsabilizaron a Weretilneck, criticaron con dureza su alianza con el presidente Mauricio Macri y le pidieron que defienda a Río Negro, dejando en evidencia la ausencia de los principios fundacionales del partido JSRN. Muchos de esos manifestantes sumaron su voto para que el mandatario haya logrado casi el 54% de los sufragios.
La leyenda del pato rengo tiene dos acepciones en la definición de un político: una criolla, que señala al dirigente que se hace el rengo cuando en realidad siempre caminó de esa manera, como el pato y la otra, es que el pato rengo ya no puede acompañar a la bandada, queda rezagado y se convierte en blanco móvil.
De una otra manera Alberto Weretilneck observa esta realidad. En medio de la negociación salarial los gremios le enviaron claros mensajes. La actualización de los sueldos para el segundo semestre no debe ser menor que el índice de inflación, pidieron que defienda a la provincia frente las medidas del gobierno nacional en cuanto al pago de la zona austral, subsidios al transporte, financiamiento universitario, la paralización de la obra pública y otras que afectan a la región.
El Gobierno puede minimizar la marcha de ayer, como es habitual, pero no desoir el reclamo de la calle. Es la cara de la realidad actual.
También un mensaje para la dirigencia gremial. No hay espacio para negociaciones que afecten el poder adquisitivo del sector público. Acá tampoco hay pato rengo, porque si hubo alguna intención de desligar a Wetetilneck en el reclamo de la marcha la presión de los manifestantes fue clara.
La responsabilidad es conjunta.