La periodista Ana Guzzetti y Orlando Barone
Pocas veces he escrito algo “sobre caliente”. Siempre pienso en notas más “de largo plazo”. Hoy hago una excepción. Confieso que escribo con indignación, que no siempre es buena consejera, pero siento el deber de hacerlo. Voy al grano.
Ayer, miércoles 26, puse un rato 6,7,8, el programa oficialista del canal oficialista. El tema que charlaba el panel eran las conferencias de prensa. Todos aportaban argumentos para defender la negativa de la presidenta Kirchner a dar conferencias de prensa. En esas circunstancias, Orlando Barone recordó una conferencia de prensa, de 1974, en la que una periodista del diario El Mundo le hizo una pregunta “inconveniente” a Perón. La periodista se llamaba Ana Guzzetti, y El Mundo estaba vinculado al PRT. Guzzetti le preguntó a Perón qué medidas iba a tomar el gobierno ante la escalada de atentados fascistas, perpetrados por grupos parapoliciales, que estaban sufriendo los militantes populares. Tengamos en cuenta que por ese entonces había habido una ola de bombas contra unidades básicas y locales de partidos de izquierda. Por toda respuesta, Perón le dijo a Guzzetti que debía probar lo de parapoliciales, y llamó a su edecán para que tomara los datos de la periodista, a fin de iniciarle una causa.
Pues bien, Barone reivindicó esa respuesta de Perón, ya que en su opinión lo de la periodista había sido una provocación; había hecho una pregunta “irresponsable” (estoy citando de memoria, pero seguramente podrán ver la grabación del programa). Con esto, Barone quería demostrar lo inconveniente que son las conferencias de prensa, y lo acertado que estuvo Perón en parar una pregunta que podía generar “escándalo”. En ese punto, Gabriela Cerruti, que había sido invitada al programa, le recordó que la periodista de El Mundo había terminado secuestrada y desaparecida. Barone se llamó a silencio. “No es un ejemplo feliz”, le observó Cerruti. El resto del panel no dijo palabra y fueron a la tanda.
Cambié de canal, asqueado. Hay cosas que tocan recuerdos muy dolorosos. Aquella conferencia de prensa de 1974 tuvo amplia repercusión en ese momento. Por aquellos días todos sentíamos cómo avanzaba a pasos agigantados la represión de los grupos fascistas y parapoliciales, amparados en el aparato del Estado. La joven periodista se había animado a poner el dedo en la llaga del fascismo. Perón respondió con la amenaza (que no era menor en aquel contexto), y poco después Ana Guzzetti fue secuestrada y torturada (aunque creo que no desapareció). El diario El Mundo fue cerrado algunas semanas después de esa conferencia de prensa.
Para concluir, me parece muy significativo que Barone considere que lo de Ana Guzzetti fue una provocación; que haya reivindicado aquella respuesta brutal de Perón; que no haya sentido siquiera la necesidad de rectificarse cuando Cerrutti le recordó cuál había sido la suerte corrida por la periodista; y que el resto del plantel estable del programa oficialista haya callado. A esto le llaman hoy “progresismo de izquierda” y “lucha contra los monopolios mediáticos”. A veces, un acto revela más contenido que 100 discursos.
Por Rolando Astarita