¿Reelección o re-reelección?. ADN
Alberto Weretilneck admitió la idea de ir en busca de un nuevo mandato como gobernador y abrió la polémica por la habilitación legal que tendría esa postulación. «Tengo ganas» dijo, y aseguró que el período que transita «es el primero». Inmediatamente llegaron las reacciones desde el Frente para la Victoria y Cambiemos, los adversarios de Juntos para el 2019.
La idea venía madurando en el seno del oficialismo. Los voceros lo fueron dejando trascender y a medida que el rumor crecía tantearon hacia adentro y afuera qué recepción había. Seguro de pisar en suelo firme -aún sabiendo que la definición generaría resistencia y una segura judicialización- el mandatario blanqueó la intención.
Tres cosas animaron a Weretilneck. 1) su liderazgo ordena la tropa y frena el virulento proceso interno que se había desatado por su sucesión y a su vez genera ánimo y optimismo en un partido que ya estaba vencido antes de ir a las urnas; 2) las encuestas indican que mantiene buena imagen y sigue siendo el único político de Juntos competitivo (Martín Soria le ganaría a otros postulantes) y 3) consolida alianzas que generó en 2015 con intendentes del radicalismo que no están dispuestos a inmolarse con Cambiemos.
Por eso, quien más se opuso a la reelección del gobernador fue el diputado PRO, Sergio Wisky. Aseguró que una nueva postulación sería la tercera, es decir, re-reelección, y que ello está imposibilitado por la Constitución de Río Negro. El dirigente también sabe que quienes tienen poder territorial (son varios) profesan buen vínculo con el gobernador y prefieren mantener el status quo, situación que debilita su propia candidatura.
Desde el FPV también plantearon objeciones. «No es su primer mandato, es el último» chicanearon, y aseguraron que habrá triunfo del espacio como el del año pasado, cuando María Emilia Soria obtuvo 49% de los votos. Pero también advirtieron sobre la imposibilidad constitucional. Ergo, Cambiemos y el Frente judicializarán la postulación de Weretilneck.
Pero el oficialismo no recurrirá a la Justicia, está el antecedente Mendioroz. No buscarán certeza ni interpretación. La fórmula se anotará -ése el pensamiento generalizado hoy en la Casa de Gobierno- y esperarán las impugnaciones en el Tribunal Electoral. Si esa instancia es desfavorable, irán al Superior Tribunal y si también allí hay un traspié, a la Corte Suprema.
¿Qué piensa la Justicia? En ese Poder ya analizan el caso desde hace unos meses, porque el tema se instaló en los medios. Más aún ahora que Weretilneck aceleró. Las opiniones están divididas, pero es clave conocer qué dicen dos de los integrantes del STJ: Liliana Piccinini y Ricardo Apcarián.
Uno de los apoderados de Juntos está buscando referencias en fueros federales y de otras provincias. Lo entusiasma el caso La Rioja, donde Luis Beder Herrera (vicegobernador) asumió tras la destitución Ángel Maza, y después fue dos veces gobernador de manera consecutiva.
Ese antecedente es refutado desde el FPV con el caso Santiago del Estero, donde la Corte le frenó la re-reelección a Gerardo Zamora.
Pero en los casos del STJ y la Corte además de los argumentos jurídicos es imprescindible la política. Ese dato vuelve a poner al senador Miguel Pichetto en el centro de las especulaciones, ya que hay quienes aseguran un acuerdo entre el jefe del bloque del PJ y el gobernador. Por ahora, solo rumores. Desde el FPV aseguran que no habrá ruptura con Martín Soria.
Lo cierto es que el lanzamiento del gobernador viene con la certeza que se volverán a aplazar las PASO en Río Negro y el oficialismo sigue estudiando impulsar al balotaje. «Estoy a favor de la segunda vuelta», dijo el viernes Weretilneck en Roca. Ése trámite parece más complejo porque es de naturaleza constitucional y habría que hacer una enmienda o ir por la reforma del proceso electoral.
En el oficialismo aseguran que el balotaje es una herramienta para el caso en que el cipoleño desista de su postulación. En Juntos asumen una dificultad porque no hay candidatos (el mejor posicionado es el vicegobernador Pedro Pesatti) que puedan enfrentar al jefe del PJ con alguna chance. «Con Alberto por lo menos estamos en carrera» aseguran al pasar de no tener certezas de triunfo, pero basan sus posibilidades en que se polarizará la contienda y entre ambos concentrarán más del 60% de los votos.
La jugada del gobierno incluye la idea de votar en abril o mayo, para evitar la nacionalización. Así, proyectan que diluirán a Cambiemos y lograrán adhesiones radicales. También el oficialismo definió no ir en alianza con el macrismo, del que se despegará con fuerza. Y aseguran que el Peronismo Federal podría tener sus candidatos y así dividir al FPV.
Más allá de los tironeos públicos de los últimos días entre el pichettismo y la senadora Magdalena Odarda, no se ven chances de ruptura. Para colmo, el Senador viene perdiendo poder a pasos agigantados en su bloque y su postulación no mueve la aguja: 3% a nivel nacional y 9% en Río Negro. Pichetto decidió jugar en la política nacional y hasta cumplió y le valió una diáspora en su sector. Solo le quedan referencias de fidelidad en Viedma con su hijo Juan Manuel y el dirigente sindical Roberto Vargas, y en Campo Grande con el legislador Ariel Rivero. Otros, como el presidente del bloque, Alejandro Marinao, ingresó en la unidad y la mandamás de Pomona, María Maldonado, tiene mejor vínculo con Weretilneck que con cualquier dirigente peronista.
Soria avanza. Aún no se expresó sobre la reeleción. Suma integrantes al frente, reafirma sus alianzas y por ahora no tiene puesta su preocupación en el oficialismo. Incluso cree que Weretilneck le hace un favor presentándose nuevamente. En principio descree que ello vaya a suceder, pero si ocurre, evalúa que habrá un efecto «central nuclear», un rechazo generalizado en la sociedad.
Pero debe manejar con cuidado los armados locales. Por ahora le alcanza con la sensación de triunfo que recorre el peronismo -un ordenador vital en el partido del General- y la posibilidad de abrir Unidades Básica descomprime las internas, pero ya hay codazos fuertes, recelos y en algunos casos luchas muy crudas que dejarán secuelas.
El armado de las fórmulas es otro tema que agita aguas. En Juntos aseguran que será de Bariloche quien complete el binomio con Weretilneck. Siempre sobrevuela el nombre de la senadora Silvina García Larraburu. Pero están en la grilla el ministro de Obras Públicas, Carlos Valeri, la ministra de Turismo, Arabela Carreras, y el propio intendente Gustavo Gennuso. Si así fuera, Valeri pelearía por el municipio. A los ciudades bajarían también hombres fuertes de Juntos: el presidente del bloque, Alejandro Palmieri en Roca, y el vice Pedro Pesatti en Viedma, y la ministra de Educación, Mónica Silva en Choele Choel. Ello descomprimiría la sábana y los circuitos.
A Soria podría acompañarlo la jefa de RIO, Magdalena Odarda. Pero dependerá de las encuestas y las tensiones internas. Llegado el momento se sabrá si es necesario sumar votos o con la proyección del intendente alcanza.