Partido Judicial. ADN
Inexorablemente, la política rionegrina camina hacia su judicialización. Una derrota de la dirigencia, incapaz de resolver sus temas fuera de los estrados, apelando al arbitraje de un Poder siempre sospechado por la injerencia de los oficialismos de turno.
El viernes se presentaron las listas de siete partidos, alianzas y frentes que competirán por la gobernación. Ese proceso dejó algunos datos: la fragmentación -histórica- de la izquierda que lleva tres propuestas diferentes; el PUL, un grupo de dirigentes vetustos del pejotismo rancio que busca quitarle un par de puntos al Frente para la Victoria y la candidatura del gobernador Alberto Weretilneck.
No había dudas sobre la jugada del oficialismo, pero ello abre una serie de impugnaciones. Los espacios que seguro avanzarán en ese sentido son el FPV y Cambiemos.
El macrismo ya trabaja con prestigioso abogado Ricardo Gil Lavedra (ex juez de la Corte que juzgó a las Juntas Militares y ex Ministro de Justicia) que lidera la ofensiva judicial contra las re-re en La Rioja y Río Negro. La candidata a gobernadora, Lorena Matzen, ya estuvo en Buenos Aires con el jurista. El brazo político de la impugnación será Elisa Carrió. Y la estrategia -que no es del agrado de la Casa Rosada- se completa con medios porteños renuentes a los procesos de «atornillarse a los sillones de los políticos» como expresó Jonatan Viale esta semana en Radio La Red, en un duro comentario contra Weretilneck.
Matzen adelantó, además, que podrían iniciar una acción de per saltum a la Corte Suprema.
El FPV también impugnará la postulación del gobernador. Entiende que el artículo 175 de la Constitución es claro y que el oficialismo busca violar la Carta Magna para hacer «trampa» electoral. El primer foco será el Tribunal Electoral. Si esa instancia habilita al mandatario, recurrirán al Superior Tribunal y, finalmente, a la Corte.
Sobrevendrán tiempos de argumentaciones jurídicas en favor y en contra de la nueva candidatura del gobernador. Temas muy lejanos a una sociedad que no termina de involucrarse con el proceso electoral que cada vez está más cerca. Por ahora, es un debate de políticos y abogados. «El problema es que ponen a la Justicia, una Justicia desprestigiada, a definir un tema sensible», le dijo a esta agencia un ex juez del fuero electoral.
La sentencia tiene que ver con el sistema judicial general argentino, que está sumergido un profundo descrédito, del que el Poder Judicial rionegrino no escapa. La Justicia es, en términos populares, injusta, excepto para los poderosos. Y cada vez que se mezcla con temas de índole partidario-electoral, difícilmente su dictamen esté descontaminado ni sea advertido, por parte de la población, como ecuánime.
Lo cierto es que los escenarios electorales cambian radicalmente si Weretilneck es parte del juego o no. Y eso, en definitiva, hoy está en manos de la Justicia.