FMI: operativo blindaje
(Por Estefanía Pozzo*).- 18 de diciembre de 2000. Ese día, el ministro de Economía, José Luis Machinea, junto al presidente de la Nación, Fernando De la Rúa, cerraron un paquete de asistencia financiera para la Argentina por u$s 39.700 millones. El principal aportante era el FMI, pero también había fondos del Banco Mundial, el BID, España y algunos privados. El objetivo era “blindar” a la Argentina ante las necesidades de financiamiento, fijando con ese término en la agenda pública que el país no estaba en una situación de debilidad sino todo lo contrario, había conseguido protegerse. No hace falta decir que después de 2000 llegó 2001.
A partir de ahí, la palabra blindaje está vedada, porque refiere a una decisión de política económica que intentó venderse como positiva, pero corralito, corralón, casi 40 personas muertas y 5 presidentes en una semana. No parece una buena idea volver a usarla.
Sin embargo, “blindaje” no es solo un eufemismo para evitar hablar de un programa de asistencia financiera solicitado a organismos internacionales de crédito.
Desde que la nueva misión del FMI llegó a la Argentina el lunes 11 de febrero con el fin de auditar las cuentas públicas, los dos principales diarios del país le dedicaron menos espacio en su tapa a la información sobre esa visita que a las noticias relacionadas con las novedades judiciales brotando desde las entrañas de Comodoro Py y el Poder Judicial. Clarín publicó el anuncio de la llegada el lunes, pero esta información brilló por su ausencia en La Nación. Solo el martes 12 llegó a la portada de ambos diarios algo referido al FMI. En todos estos días apareció más veces el apellido “Kirchner” en las tapas que “FMI”.
¿Por qué volvió a ser noticia el FMI? Después de 12 años, en 2018 la gestión de Mauricio Macri consideró que recurrir al organismo internacional era la opción más lógica y racional para enfrentar las necesidades de financiamiento de su gobierno. Luis Caputo, el Messi de las finanzas según Marcos Peña, acercó la propuesta al Presidente. A partir de ese momento, todos los indicadores económicos no paran de marcar récords negativos: la inflación más alta en 27 años, el peor parate de la industria desde 2002, la expectativa de creación de empleos más baja en 9 años y así podemos seguir.
Economistas cercanos al gobierno reconocen que no hay programa económico, porque lo único que existe es el plan de contingencia para estabilizar al tipo de cambio que se acordó con el Fondo. Nada más. Plan picapiedras, lo llamó Melconian.
La contracara de la ausencia de noticias relacionadas con el FMI en la tapa de los diarios es la constante publicación de la agenda judicial. A esto podríamos llamarlo “Operativo Blindaje”.
Sumemos ahora un nuevo condimento: 2019. Elecciones presidenciales. Macri se juega su reelección. Los estrategas de campaña de Cambiemos dejan trascender que quieren a CFK jugando en el tablero electoral, porque favorece la famosa “grieta” que le viene bien al macrismo.
El Operativo Blindaje saca de agenda los temas espinosos a la actual gestión -y que ponen de malhumor al electorado- y le pega fuerte a la principal figura de la oposición. Las finas hierbas que completan el menú son la reforma del Régimen Penal Juvenil y otras iniciativas que alientan la demagogia punitiva.
¡Hablen de otra cosa mientras la economía se destroza!
*Publicado en Política Argentina