Un discurso que cayó mal
Seis de cada diez personas hicieron una valoración negativa del paso del Presidente ante la Asamblea Legislativa. Un estudio del CEOP indica, además, que las palabras de Macri generaron bronca, preocupación e incertidumbre, señala un informe de Raúl Kollmann, publicado en Página 12
El discurso de Mauricio Macri en la apertura de sesiones ordinarias del Congreso produjo una fuerte reacción negativa, incluso dentro de los ciudadanos que se consideran independientes. Nada menos que el 61 por ciento calificó con un mal o muy mal el discurso, pero dentro de ese porcentaje hubo un 25 por ciento que sintió bronca, 20 por ciento preocupación y otro 20 por ciento incertidumbre. Se ve que las palabras del mandatario sólo estuvieron dirigidas a su núcleo duro que alcanza el nada despreciable porcentaje del 31 por ciento. Si se piensa que el discurso tuvo un objetivo electoral, el resultado fue un fracaso porque siempre se busca llegar a los votantes que no son seguros, a los que no pertenecen al núcleo del candidato –el Presidente en este caso–: la realidad es que en esa franja le fue mal, a todos les provocó bronca, incertidumbre, angustia o preocupación.
Las conclusiones surgen de una encuesta nacional realizada por el Centro de Estudios de Opinión Pública (CEOP), que dirige Roberto Bacman. El sondeo se concretó durante la tarde del viernes y se procesó a la noche. En total se entrevistaron, a través del teléfono, a 800 personas, respetándose las proporciones por edad, sexo y nivel económico–social.
Parecía cantado que el discurso iba a provocar reacciones adversas porque al ciudadano común le provocaría un choque con la realidad. A los independientes sólo les hubieran podido llegar palabras que admitieran una situación gravísima de inflación, caída en el poder de compra, pérdida de trabajo, cierre de empresas y de locales comerciales. En ese contexto, tal vez les hubiera llegado una invocación a que los procesos son difíciles, que llevan tiempo y otros argumentos del arsenal que usa Cambiemos. Sin embargo, al negar de forma tan brutal la realidad y en un estilo tan confrontativo terminó por producir una muy mala reacción dentro de la franja que más le interesaba: los que no se declaran abiertamente opositores.
Habrá que ver el efecto hacia el futuro, pero el contenido y el estilo mostraron cierta desesperación en el mandatario y una respuesta negativa en una gran mayoría. Y eso es lo que transmiten los que expresaron las opiniones más moderadas: que las palabras del Presidente les generaron incertidumbre y preocupación. Esto último seguramente por la distancia entre las palabras y lo que está sucediendo todos los días.