La Rosada lanza «campaña del pánico» ante triunfo de CFK
De la campaña del miedo a la campaña del pánico. La Casa Rosada activó una nueva fase de su “estrategia” para intentar la reelección de Mauricio Macri. Plan para reactivar el consumo, inyección de pesos entre los electores, de acuerdo con la última recomendación de Miguel Bein al Presidente, y exhibición de Cristina ya no como una amenaza teórica sino como escenario próximo y tangible.
La difusión de la encuesta de Isonomía donde Cristina se impondría a Macri en el balotaje es, de acuerdo con voceros oficialistas, parte de esa estrategia. Pero las consecuencias de instalar a Cristina como recambio de Macri son un arma de doble filo que puede pulverizar el proyecto de reelección antes de las presidenciales. Las acciones de empresas argentinas en Wall Street se hundieron 8% el jueves a partir de ese estudio de opinión. Falta ver cómo impactará en el dólar.
Desde el Poder Ejecutivo Nacional repiten como un mantra: “Nos siguen subestimando”. Para los estrategas de campaña bajo las órdenes de Marcos Peña la campaña del pánico es el último recurso para torcer el escenario electoral. “Nadie pensaba que el país podía volver para atrás y quedar de nuevo a cargo de Cristina. A partir de la semana pasada ya se comenzó a percibir que esa posibilidad es real y existe”, analiza ante Ámbito Financiero uno de los encargados de coordinar la reunión que mantendrá mañana Macri con los cinco gobernadores de Cambiemos.
El jefe de Gabinete de Ministros se encarga de instalar ese escenario en persona. Por su despacho circulan empresarios y líderes de opinión a quienes el funcionario interpela: “¿Sabés cuánto va a valer tu empresa el año que viene si gana Cristina?”. Por primera vez, es el mismo Gobierno nacional el que instala un escenario de derrota. Una lección básica del manual de antipolítica de Peña. Autoflagelación proselitista y exhibición de debilidad. La estrategia se agudizará a partir del 22 de junio, en caso de que Cristina se anote finalmente como candidata presidencial. Eso siempre y cuando el dólar, y la inflación de abril no precipiten soluciones de otra índole en Cambiemos.
Elisa Carrió se plegó al nuevo discurso de campaña. “Estamos pasando el momento más difícil (…) Estamos pagando enormes costos. Pero no hay otra salida (…) Aunque no nos gusten muchas cosas, tenemos que hacer un esfuerzo importante para parir una gran Nación”, advirtió la diputada de la Coalición Cívica que este semana irá a apoyar a los candidatos de Santa Fe.
¿Renunciamiento?
Si la expresidenta anuncia un renunciamiento histórico, la campaña del pánico perdería sentido. En varios despachos de Casa Rosada analizan que, ante ese escenario, el oficialismo se vería obligado a cambiar de candidato presidencial. La volatilidad política, y la fragilidad económica, en el país obligan a la prudencia en cuanto a las proyecciones electorales. Tanto en el macrismo como en el kirchnerismo.
El miércoles, un día después de reunirse con Macri, Horacio Rodríguez Larreta (CABA), y los radicales Gerardo Morales (Jujuy), Gustavo Valdés (Corrientes) y Alfredo Cornejo (Mendoza), la gobernadora de Buenos Aires anunciará su propio paquete de medidas para reactivar el consumo. Volverán los descuentos del 50% del Banco Provincia en supermercados adheridos y descuentos en farmacias para jubilados, entre otros incentivos que terminará de definir Federico Salvai con su gabinete.
La última encuesta que recibió Vidal refleja que en los 40 municipios bonaerenses donde se concentra el 80% del padrón electoral, Cristina tiene una intención de voto del 38% y Macri, del 32%. Una diferencia similar a la de 2015.
Si esas proyecciones se confirman en la PASO del 11 de agosto, el “vidalismo” deberá apelar a un 7% de corte de boleta para blindar la reelección de la gobernadora en octubre. En Casa Rosada, y en La Plata, dan por hecho que Cristina se impondrá en la PASO. Y buscarán convertir la primaria en una primera vuelta que logre unir al anticristinismo de cara a octubre. En ese mes, más que la subsistencia de Macri se definirá el futuro de Vidal, teniendo en cuenta que en la provincia no hay balotaje. La derrota o la victoria de la gobernadora el 27 de octubre será el dato que más impacto tendrá en la presidencial. Recién en noviembre, en la segunda vuelta presidencial, se definirá el futuro de Macri. Y de Cristina.
(Fuente: ámbito.com)