Cannabis medicinal: el pleito podría llegar a la Corte
(ADN).- Los abogados de la familia de Joaquín estudian ir a la Corte Suprema de Justicia de la Nación, para que defina sobre la posibilidad de poder generar un esquema de autocultivo de mariahuna para garantizar la producción de aceite de cannabis que requiere su tratamiento.
Un fallo de primera instancia en la Justicia Federal de Viedma había habilitado esa posibilidad, pero el Estado argentino -a través de la Secretaría de Salud- apeló, y una Cámara de Roca revocó el fallo inicial. Ahora, el caso podría terminar en la Corte.
Joaquín vive en San Antonio y padece de síndorme de Tourette y el tratamiento con aceite de cannabis mejoró sustancialmente su calidad de vida. En ello se basó la jueza Mirta Filipuzzi para avalar el autocultivo. Su fallo se basó en informes médicos.
Gabriel Navarro, abuelo de Joaquín, indicó: «desde mi óptica sería extraordinario que (el caso) vaya a la Corte para que defina». En diálogo con FM El Rayo, aseguró: «Y no tengo dudas que va a definir a favor del autocultivo por muchas razones. Primero porque es una instancia privada de las personas; segundo porque es una cuestión de salud; y tercero porque tienen jurisprudencia nacional e internacional al respecto».
En ese sentido puso como ejemplo la legalización del uso medicinal de la marihuana en Canadá, que comenzó con un fallo de la Corte canadiense (en 1999) en favor de una persona que tenía epilepsia.
De todos modos, son los abogados quienes hoy están estudiando las posibilidades.
Navarro también hizo foco en la «hipocrecía» de los gobiernos nacional y provincial y del Poder Judicial. Indicó que mucho de los funcionarios, legisladores y jueces que se oponen al autocultivo, consumen aceite de cannabis o lo compran para familiares. «Así, fomentan la ilegalidad», se quejó.
Sin embargo, Navarro desafió: «A Joaquín no le va a faltar aceite para su tratamiento». Su familia, como tantas otras en Río Negro, consiguen -sin tener que importar de Uruguay, Estados Unidos o Canadá- el aceite, ya que hay cientos de cultivantes y productores.
Entre otras cosas, Navarro planteó ir a un esquema moderno. Y pidió referenciarse en países que tienen autorizado el autocultivo e involucrar al Estado en su producción. «Río Negro tiene características particulares» indicó, y explicó: posibilidades de generar invernaderos, productores con experiencia, sedes del INTA y el CONICET, y un laboratorio público como PROFARSE.