Tobillera polémica: tres fugas en dos meses en Cipolletti
(ADN).- Tres casos de alto voltaje social convulsionaron a Cipolletti y pusieron en debate la efectividad de la tobillera electrónica para el cumplimiento de la prisión domiciliaria. De las fugas producidas, solo en un caso se logró la recaptura. A pesar de todo, el gobierno rionegrino salió a defender su utilización.
Las personas que lograron vulnerar el sistema estaban condenadas por delitos de asesinato, violación y robo agravado. Los casos tuvieron mucho impacto en la ciudad. Tanto, como la novedad que lograron esquivar el sistema y escapar.
El primer caso fue el de Irene Méndez, que había sido declarada culpable por el homicidio del comerciante cipoleño Eduardo Honores el 6 de junio pasado. Cortó la tobillera y se fugó, pero finalmente fue recapturada. La justicia le negó el beneficio de la prisión domiciliaria y volvió a la cárcel.
Manuel Rivas fue condenado a 12 años de prisión por violar en reiteradas oportunidades a una niña. Mientras se conocía la sentencia, cortó la tobillera y huyó de su domicilio. Pese a la intensa búsqueda, continúa prófugo.
Ayer, Hugo Cisterna se cortó la tobillera electrónica que controlaba sus salidas transitorias y se escapó. Cumple una condena de 13 años por robo agravado por el uso de arma.
Minor
Betiana Minor, secretaria de Justicia, informó que en la actualidad hay dos tipos de dispositivos en funcionamiento en Río Negro: el E4 para detenidos que gozan de prisión domiciliaria, y el de seguimiento por GPS para quienes tienen libertad ambulatoria. El primero lo utilizaba Irene Méndez y el segundo Manuel Rivas.
“Se trata de tobilleras de goma que se ajustan a través de un precinto. Cuentan con una batería de larga duración y transmiten la geolocalización exacta de forma constante. En caso de detectarse una trasgresión, que puede ser exceder el perímetro delimitado o cortar la señal, emite una alerta inmediata al sistema de monitoreo. Incluso muchas de las alertas son porque las tobilleras se aflojan”, explicó Minor a LM Cipolletti.
La funcionaria agregó que el dispositivo no es inviolable, y se presume que la persona que lo usa cumple con su responsabilidad. “Detrás del dispositivo hay todo un sistema operativo que trabaja para su control, como las oficinas de monitoreo y la central 911 ubicadas en Viedma”, sostuvo.