Campaña bonaerense: gato escondido
Con este título, Jorge Joury*, analiza en el sitio digital diariofull, de La Plata, la campaña electoral en la provincia de Buenos Aires, donde los intendentes tratan de esconder a Mauricio Macri y apuestan todo a la gobernadora María Eugenia Vidal.
Según la nota, mientras el Gobierno trata de afinar la puntería en la cacería de votos, el conurbano se está tornando un territorio altamente adverso para Mauricio Macri, debido a “los efectos demoledores de la crisis, el malhumor social es muy grande. Por poner un ejemplo, hay 5.500 pymes que desaparecieron en los últimos cuatro años, aumentando significativamente los índices de desempleo y la falta de changas”
Sostiene Joury, hasta la propia tropa amarilla, no quiere llevar la pesada cruz del mandatario y ruegan que no los visite en sus distritos antes de las PASO. Quieren evitar el efecto piantavotos. Los denominados «sin tierra», aquellos que aspiran a las intendencias, se pegan solo a la figura de María Eugenia Vidal.
Explica que si bien es cierto que la mayoría de los candidatos coincide en que hubo un repunte en la imagen presidencial, también admiten que ese efecto se detuvo y que a ninguno le sumaría ahora una aparición del jefe de Estado en sus territorios. Tienen como asumido, que el primer tramo de la campaña para ellos «es todo Vidal. Después de las primarias veremos», reveló un vocero confiable del oficialismo.
También hace referencia a que el propio Sergio Massa fue hasta el hueso al describir esta situación: «Esconden a Macri porque sienten vergüenza. Si los propios candidatos de Juntos por el Cambio sienten vergüenza de Macri, ¿qué le pasa al resto del pueblo argentino?», apuntó el precandidato a diputado nacional en referencia a los carteles de los postulados a las intendencias que en el Conurbano no llevan ya la imagen del Presidente, sino la de la gobernadora María Eugenia Vidal.
La gobernadora comienza a aceptar que podría perder las primarias contra Axel Kicillof. Hay quienes murmuran que se trata de una confesión que además es estratégica y busca movilizar a los simpatizantes de Cambiemos para que vayan a votar, aunque haya mal tiempo. Lo cierto es que en la Provincia también saben que necesitan perforar el techo de Vidal y reconocen que Macri resta en lugar de sumar.
Desde los laboratorios amarillos que trabajan a destajo en la residencia de la calle 6 en La Plata, tratan de minimizar los rezongos de los candidatos «sin tierra». De hecho, el cierre de campaña antes de las PASO será en la tierra amiga del primo Jorge, en Vicente López. Pero intentarán mantener alejado a Macri de la tercera sección, donde el peronismo tiene un alto poder de fuego. Después, Rosario y Córdoba capital, serán las últimas cabeceras urbanas que pise el Presidente antes de las PASO.
Los más experimentados en batallas políticas territoriales señalan que «sería un milagro que Vidal gane en agosto”. Las cuentas son muy sencillas. El conurbano bonaerense representa el 70% del electorado, si María Eugenia Vidal pierde en esa geografía, la diferencia no la puede descontar en el interior de la provincia. Es decir, si en el Conurbano perdiera por 10 puntos. En 9 millones de electores serían 900 mil votos abajo. Necesitaría entonces un 25% de los 3.800.000 votos restantes del interior a su favor para compensarlo. Para el kirchnerismo, “el interior lo tienen empatado”, porque según analistas, una cosa es Vidal y otra muy distinta es que la gente va a votar Macri-Vidal y el intendente, y en esta elección pesan las puntas de la boleta, la presidencia y la intendencia, no la gobernación.
En el tramo final de la campaña, Cambiemos ahora decidió cambiar el eje de las críticas y le apunta a Verónica Magario porque el ataque a Kicillof no prende. Admiten que no sumó votos acusarlo de «marxista».
En el gobierno bonaerense algunos admiten cierto fastidio porque Kicillof se muestra como un candidato medido en sus declaraciones, que no entra en provocaciones e intenta despegarse de polémicas como la de Aníbal Fernández. Además, logró minimizar las asperezas con los intendentes y pasea en tándem con Sergio Massa. «Vidal tiene que terminar con la campaña sucia y dejar de buscar mugre porque no la hay, no la va a encontrar», repiten los armadores del ex ministro.
La franja de indecisos es alta y se ubica en un porcentaje superior al 20%. Contrariamente, el opositor Frente de Todos calcula que el núcleo duro se aproxima al 10%. La mayoría de las encuestas dibuja un espacio que trepa hasta el 15% y señala un recorte etario entre los 40 y 55 años.
El Frente de Todos identifica a los indecisos como ciudadanos críticos de la etapa kirchnerista en tres ejes –política de planes sociales, corrupción e inseguridad– que ahora también rechazan la oferta de Juntos por el Cambio por la marcha negativa de la economía y los efectos del ajuste en su vida cotidiana.
Aunque los indecisos circulan en todos los estratos sociales, el Frente de Todos aumenta sus posibilidades de sumar adhesiones entre los más jóvenes, principalmente por la falta de salidas laborales. Un ejemplo de ello, fue la cola de un kilómetro para aspirar a 50 puestos de personal carcelario bonaerense. Mientras tanto, el oficialismo se hace fuerte con los mayores y le pone una ficha a la tercera edad. (Foto: diariofull).
*Jorge Joury es licenciado en Ciencias de la Información, graduado en la UNLP y analista político.