El Plan Patagonia, una farsa
(Por Sebastián Premici*).- El pre candidato a la vicepresidencia de “Juntos por el Cambio”, Miguel Ángel Pichetto, estuvo de paso por la Patagonia, una de las regiones más afectadas por las políticas económicas del actual Gobierno nacional. Junto a Rogelio Frigerio, ministro del Interior, repartieron “promesas sobre el bidet”.
En Río Gallegos, Pichetto estuvo junto a Eduardo Costa, candidato a gobernador de Cambiemos que hizo todo lo posible por separarse de la boleta de Macri. Ambos votaron todas las leyes que perjudicaron al país, desde el Pago a los Fondos Buitres, la reforma previosional como su rechazo al proyecto que declaraba la emergencia tarifaria. Pichetto defendió el tarifazo en los servicios públicos con un Eduardo Costa que lo miraba complaciente.
“Vamos a trabajar en una mesa patagónica para volver a plantear los temas de la región para ser una voz en el Congreso nacional para trabajar los intereses de la región sobre los hidrocarburos, minerías, producción ovina y pesca”, sostuvo el pre candidato a la Vicepresidencia de Cambiemos.
Su presencia en la Patagonia –calificada por la senadora Nancy González como una farsa ya que “en la región siguen cerrando fábricas y centenares de familias se quedan sin trabajo ni sustento para su hogares”- es una buena oportunidad para hablar del fracaso del Plan Patagonia, otra de las falacias establecidas por la Alianza Cambiemos.
El anuncio del tan mentado Plan Patagonia ocurrió el 9 de febrero de 2017. Macri llevaba en el Gobierno poco más de un año y la mayoría de los mandatarios y mandatarias de la región le rendían pleitesías. Con una sola excepción.
“Quiero destacar y valorar la decisión del Presidente de la República de poner en marcha este plan. Con todos los mandatarios hemos coincidido que el Estado siempre ha tenido un rol preponderante en el desarrollo de la región. Ahora también lo tendrá pero debemos generar las condiciones necesarias para que los sectores privados se entusiasmen con esta nueva etapa de la Patagonia. Esto es lo que hemos hablado con el Presidente”, manifestó el anfitrión Alberto Weretilneck.
“Hemos planteado nuestros temas con absoluta libertad”, expresó Mario Das Neves, el fallecido gobernador de Chubut. “Bueno, hemos tenido diálogo durante todo el año con Macri y los ministros”, aclaraba el ex gobernador como si faltaran evidencias de la sintonía política que existía por entones.
“Esta es la primera reunión de las muchas que habrá para fortalecer el desarrollo territorial de la Patagonia cuya marca ya está instalada en el mundo”, aseveró Omar Gutiérrez, mandatario de Neuquén.
La más exultante de todes a la hora de bendecir el encuentro fue Roxana Bertone, gobernadora de Tierra del Fuego.
“Ha sido una reunión muy positiva. Quiero decir que fuimos escuchados por el Presidente y él ha tomado nota de nuestros planteos generales y particulares. Quiero destacar que a partir de ahora podemos tener una posibilidad de trabajo conjunta, donde se han marcado lineamientos de trabajo que serán reforzados conjuntamente con nuestros ministros y las universidades. Lo que buscamos los gobernadores y el Presidente es que se generen puestos de trabajo”, aseveró. Por entonces, Bertone abrazaba el modelo político económico de la Alianza Cambiemos a pesar de que los trabajadores y trabajadoras de su provincia sufrieran las consecuencias.
De todes los que hablaron aquel día, sólo Alicia Kirchner le dijo en la cara a Frigerio que Cambiemos había postergado a la Patagonia:
“Todo lo que convoque para mejorar, para cualificar y desarrollar a la Patagonia me tendrá presente. Lo que hoy se ha marcado es una metodología de trabajo donde se irán planteando las distintas problemáticas. Pero hay que hablar con la verdad, aunque sea con la verdad relativa de cada uno. Lo que más nos importa es que tenemos que generar trabajo. Como primera reunión es buena pero nos queda un camino largo para generar las condiciones con la responsabilidad del Gobierno nacional, las provincias, los empresarios y trabajadores. Entre todos debemos poner a la Patagonia donde debería estar. Hoy está postergada y eso hay que decirlo.”
Inmutable, a Frigerio ni siquiera se le vio una mueca. La Patagonia siguió postergada, abandonada, ajustada, violentada, militarizada.
-¿En qué quedó el Plan Patagonia?-, le consultó este cronista a la gobernadora Alicia Kirchner dos años después de aquel encuentro.
– La verdad es que no quería poner obstáculos en esa participación, quizás había buenas intenciones pero en el corazón sentía que era una puesta en escena, aunque no lo podía decir porque era adelantarme a los hechos. Los gobernadores creyeron que el Plan Patagonia iba a ser un hecho; se habló de articulación y coordinación pero no sentí que tuviera fuerza. El Plan Patagonia terminó en una simple conferencia de prensa.
Para mayo de 2017, los medios de comunicación porteños anunciaban que dicho proyecto incluía como mínimo 50 iniciativas por un total de 10.000 millones de pesos. Cuatro meses después, los gobernadores y gobernadoras de la región habían acumulado un listado de 208 proyectos por 334.000 millones de pesos.
Dicho de esta manera, la Patagonia parecía estar ante un momento clave para transformar su estructura productiva. Pero no. Del planteo inicial de reuniones periódicas y un trabajo mancomunado con la sociedad civil se pasó a un mero listado de obras. Un esquema de Gobierno a base de planillas de cálculo como le gustaba decir a Aranguren.
El listado incluía desde Parques Eólicos, el tendido de líneas de alta tensión, la expansión de gasoductos, el tendido de fibra óptica (algo que ya se venía realizado desde la gestión de Cristina Fernández de Kirchner), la ampliación de una colonia penal, y la realización de rutas entre otras iniciativas.
Macri había dicho que las iniciativas serían discutidas por la ciudadanía, quizás en un esquema de audiencias públicas, pero nada de eso ocurrió. El Plan Patagonia, en caso de haber existido alguna vez, murió en un listado sobre una planilla de cálculos.
*Periodista, Cadena Del Sur.