Energía: gobernadores serán parte del área presidencial
(ADN).- El presidente electo, Alberto Fernández, tomó la decisión de acordar con los gobernadores de las provincias petroleras (como Río Negro) la conformación del equipo que lo acompañará en la gestión energética. Así lo reveló ámbito.com de fuentes oficiales que explicaron que la intención es, no sólo logar la mayor eficiencia en los distintos proyectos, sino también alcanzar consensos básicos que permitan el desarrollo de las políticas oficiales en esta materia.
Aún queda por definir el esquema institucional que tendrá el nuevo área, pero los mandatarios tendrán su espacio en la mesa del gobierno nacional, un gesto en favor del federalismo real y la explotación de los recursos naturales de forma consensuada.
Cabe recordar que son varias las iniciativas que llegaron al escritorio de Fernández. El dirigente bonaerense y previsto presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, habría sido uno de los que estudiaron el tema y acercó propuestas.
Otro que se especializó en la cuestión energética es Guillermo Nielsen, uno de los economistas de la mesa chica del futuro presidente. Entre las compañía petroleras se comenta que fueron bien recibidas las iniciativas de Nielsen, orientadas a dar previsibilidad a las inversiones y potenciar la exportación.
El tema también lo tiene en carpeta Matías Kulfas (no hace mucho visitó Vaca Muerta), el economista más cercano a Fernández. Pero también tiene opinión Axel Kicillof que si bien fue electo gobernador de la provincia de Buenos Aires, es sin duda referente de los temas económicos estratégicos.
Y por supuesto, están los gobernadores de las provincias energéticas. Precisamente la semana pasada, Alberto Fernández mantuvo una reunión con el mandatrio de Neuquén, Omar Gutiérrez, en la que coincidieron en la necesidad del desarrollo del yacimiento.
Exportación
El interés por el área energética tiene datos concretos que lo explican: las reservas de Vaca Muerta permiten cubrir el consumo de gas del país durante 170 años y de petróleo durante 80 años y su desarrollo requiere inversiones por unos 200.000 millones de dólares en las próximas dos décadas.
La explotación de un solo yacimiento Fortín de Piedra demandó 2.300 millones de dólares en los dos últimos años y ya cubre 15% del consumo de gas del país.
Se proyecta que el avance de Vaca Muerta permitirá en unos cinco años generar exportaciones por más de 10.000 millones de dólares, es decir tenderá a resolver el crónico problema de falta de dólares que sufre el país. Un dato es que más del 90% de los insumos necesarios para la explotación no convencional son de origen nacional. Esto explica el desarrollo de proveedores locales con impacto regional que tiene Vaca Muerta.
La industria del petróleo espera con particular expectativa las definiciones del próximo gobierno en momentos en que los trabajos en Vaca Muerta registran una notable desaceleración por medidas adoptadas por la actual administración.
Las inversiones se vieron afectadas porque el gobierno redujo los subsidios a la extracción de gas no convencional, dispuso el congelamiento en el precio de los combustibles en agosto y, con carácter general, estableció restricciones cambiarias que también condicionaron la operatoria.
En medios del sector petrolero se señala que se deben combinar tres ingredientes para el desarrollo de Vaca Muerta.
Uno es que el sector privado siga invirtiendo y mejorando sus costos. Al respecto, si bien los gastos en perforación han ido cayendo, todavía se ubican un 30% por encima de los valores vigentes en Estados Unidos.
El segundo es que los empresarios consideran que es necesario que el Estado invierta en infraestructura. Hoy la logística, afirman, es la mayor dificultad y señalan como ejemplo que el costo del transporte en camión duplica al de Norteamérica. Y el tercero es que al gobierno establezca reglas de juego estables y previsibles.
No es para siempre
En medios de la industria petrolera se viene advirtiendo – y de hecho hicieron llegar el mensaje al futuro gobierno – que el tiempo para aprovechar Vaca Muerta no es infinito.
Precisamente, la última edición de la revista británica The Economist dedica su portada al tema energético y advierte que “ahora se está desarrollando un nuevo capítulo en la historia del petróleo: la perspectiva de estancamiento o caída de la demanda a medida que el mundo cambia a una energía más limpia”.
En este sentido, recuerda que el término “peak oil” (pico de petróleo) fue acuñado en 1956 por M. King Hubbert, un geólogo preocupado por el momento en que la producción de petróleo llegaría a su punto máximo a partir del cual comenzaría el agotamiento del recurso. Hoy la frase está de regreso pero por la razón opuesta: no es que vaya a faltar oferta sino que aparece la posibilidad de una disminución de la demanda.
Sucede que la contaminación urbana y el cambio climático oscurecen el panorama del petróleo, ya que el “oro negro” es responsable de un tercio del uso global de energía y una parte similar de las emisiones de carbono.
Entre las empresas petroleras, señala The Economist, se proyecta que la producción aumentará durante la próxima década, hasta un nivel ligeramente superior al nivel actual de 95 millones de barriles por día y luego se estabilizará. Pero la producción tendrá que caer a 45-70 millones de barriles por día hacia 2050 si el mundo quiere evitar que las temperaturas suban más de 1.5-2 ° C por encima de su nivel preindustrial.
Amenazas
Así, la industria petrolera se encuentra amenazada por el cambio en la opinión pública que aspira a reglas más estrictas en contra de las emisiones. Como muestra es de señalar la popularidad de Greta Thunberg la activista adolecente quien reclama fervorosamente por el cambio climático.
El otro riesgo es tecnológico. La energía más abundante es la solar (ya se está incorporando activamente en industrias como la del automóvil) aunque aquí los técnicos advierten que la ausencia de mecanismos eficientes de almacenamiento ayudan a la industria del petróleo.
En este contexto, la explotación a través de la técnica del fracking (fractura) que es la que permite el desarrollo de Vaca Muerta, está en desventaja. Tiene más impacto ambiental que otras técnicas y costos más elevados, ya que se calcula que se tornan rentables los nuevos proyectos a partir de precios del petróleo del orden de 40 a 50 dólares por barril, más del doble de los valores que requieren los pozos convencionales de Arabia Saudita.